Palm Springs: renovando la fórmula
Si leen con cierta periodicidad La 24, es probable que me hayan escuchado despotricar contra los libros de guion y de escritura cinematográfica. Como digo siempre, son un mal necesario. Ayudan, ordenan y dan una metodología de trabajo que es útil, pero están escritos como una publicación de autoayuda de Stamateas. No es ningún secreto tampoco, también lo decimos siempre, que todo proviene de la Poética de Aristóteles. Si alguna vez quieren indagar algo sobre cómo contar historias, arranquen por ahí.
Pues bien, entre todos estos delincuentes y ladrones de guante blanco hay gente más o menos digna. Entre los menos dignos está el inefable Blake Snyder, un chanta y malandra como pocos conocidos. Snyder se volvió muy popular a comienzos del nuevo milenio con su libro Save the Cat! o Salva al gato, un supuesto “manual definitivo” de la escritura de guiones redactado por alguien que se presentaba a sí mismo como “uno de los guionistas más exitosos de Hollywood”. Mamita, lo que debe ser vivir con ese ego. Me recuerda a una colega que una vez me mandó una gacetilla de su película escrita en tercera persona con una entrevista que se había hecho a ella misma. Cine, autobombo y egos desmedidos también deberían ser asunto separado.
Creo que a estas alturas no hace falta que les diga que ni Salva al gato es un gran libro de guion ni que Blake Snyder es uno de los mejores guionistas de Hollywood. Bastante lejos de todo eso, Snyder era uno de los tantos script doctors que contratan los grandes estudios para revisar guiones que están por comprar o que ya compraron y mejorarlos para que sean más vendibles o evaluar su potencial. O sea, alguien que lee el trabajo de los demás y les dice cómo deberían hacerlo bien. Un trabajo que varios críticos de cine podrían hacer bastante bien por lo visto.
La cosa es que en su libro Snyder analiza y redefine cierta categorización de los géneros, inventándose una propia a partir de ciertas “fórmulas” de Hollywood de los 90 que habían funcionado bien. Su frase de cabecera es: dame lo mismo, pero diferente, e incluso remarca que toda estrategia de venta de los proyectos se sostiene en decir que una película es como tal pero en tal escenario, por ejemplo: esta película es como Duro de matar pero en el espacio y con extraterrestres.
Por más absurdo que parezca, esta consigna y forma de trabajar pegó muchísimo y se volvió furor. Algo que más o menos continúa hasta el día de hoy. El problema de la fórmula de Snyder, algo que les suele pasar a todos los teóricos del guion, es que analizaba la estructura de películas que habían sido exitosas y no miraba todas las que habían replicado la fórmula y no habían funcionado nada bien. Contando los goles nada más, salimos todos campeones.
Si la mayoría de las películas que vemos de Hollywood son repetitivas, se lo debemos en parte a este esquema, que por supuesto no inventó Snyder sino que viene desde el mismo inicio del cine de estudios y que es en esencia la razón de existir de muchas películas B. Salva al gato, como mucho, trajo al presente el fenómeno y lo actualizó de una forma más acartonada, simple y ganchera.
Por suerte, cada tanto, alguna de estas reformulaciones funciona. Es el caso lo que ocurre con Groundhog Day (1993) o El día de la marmota y varias películas que le han sucedido en el tiempo con cierto ingenio y un buen uso de ese dame lo mismo pero diferente. Pienso, por ejemplo, en la mal cancelada serie Day Break (2004), o en películas como Edge of Tomorrow (2014), Happy Death Day (2017) y su secuela Happy Death Day 2U (2019), Before I Fall (2017) de la ex mumblecore Ry Russo Young, o la española El increíble finde menguante (2017). Todas obras que replican la idea de un personaje atrapado en un loop o bucle temporal de un modo muy parecido a como lo hacía la película protagonizada por Bill Murray.
En esa línea, llega para alegrar esta cada vez más insoportable y difícil cuarentena Palm Springs, ópera prima de ficción de Max Barbakow, producida por The Lonely Island y protagonizada por uno de los comediantes del momento, el enorme Andy Samberg, y Cristin Milioti (gran actriz de TV que quizá tengan del episodio “USS Callister”, de Black Mirror, de la segunda temporada de Fargo o de How I Met Your Mother).
Palm Springs es una rom-com muy muy divertida, con diálogos y situaciones graciosas, con un dúo protagónico con mucha química entre sí y con una serie de personajes secundarios muy a tono también. Recuperando la idea de Salva al gato, se podría decir que la película es El día de la marmota en una comedia romántica con dos personajes en una boda que transcurre en el desierto norteamericano. Lo más interesante es la vueltita de tuerca que le encuentra a la trama el guionista Andy Siara con el hecho de que no es un personaje, sino varios, los que terminan atrapados en el loop temporal y se ven obligados a revivir una y otra vez el mismo día. El otro punto notable del guion es el arranque in medias res de la película, no quiero spoilear demasiado, pero cuando la vean se van a dar cuenta de a lo que me refiero.
Es muy entretenido y divertido observar cómo esta estructura de loop vuelve muy fresco algo ya hartamente visto como dos personajes, en principio sin demasiadas cosas en común, que terminan enamorándose. A su vez, el film replica varias de las premisas que este tipo de películas suele cumplir: los detalles específicos que se trabajan a partir de la repetición (llamados, charlas, objetos que se rompen, etc.); la idea de que los personajes no están teniendo un buen día; la noción de que del bucle se sale haciendo algo y una serie de intentos en pos de lograr romperlo que fracasan; la aceptación de los personajes que para salir del loop deben transformar su propia vida (el bucle suele ser una metáfora del estado en el que está/n el/la/los protagonista/s); y, finalmente, la resolución, es decir, la manera en la que se logra salir de la mecánica de la repetición.
Como decía, además de los protagonistas hay toda una gala hermosa e hilarante de personajes secundarios que vuelven más entretenida a la película, en especial aquellos a los que dan vida J.K. Simmons, Peter Gallagher, Tyler “Superman” Hoechlin, Meredith Hagner y Dale Dickey. Todos estos actores se complementan a la perfección con Milioti y Samberg, generando múltiples momentos de risas a carcajadas.
La película se estrenó en la competencia principal del Festival de Sundance de este año (¿se acuerdan de cuando todavía existían los festivales?) y recibió muy buenas críticas. De ahí hasta ahora se venía hablando bastante de ella y era una de las “esperadas” del año. El posible pequeño estreno en cines que hubiese tenido se vio limitado por la pandemia y finalmente Hulu la compró y distribuyó. Con mucha facilidad la pueden encontrar en el dealer de torrents amigo desde el 10 de julio.
Dicen los infectólogos que ver Palm Springs ayuda a pasar mejor algunos de estos días, y yo creo que tienen razón. Si no es la comedia del año, pega en el palo.
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