Upload, el futuro está encantador
¿Qué pasaría si a un capítulo Black Mirror lo escribiera el creador de The Office? Bueno, un poco eso es Upload. La serie de ciencia ficción que se estrenó en mayo en Amazon Prime Video, que trae aire fresco a la multitud de distopías que nos rodean.
Upload sabe cómo bajar un poco el tono “depre” al que nos acostumbró el género y hacer uso del humor negro o del absurdo para lograr su efecto. En el futuro todos tendremos la posibilidad de descargar nuestras consciencias antes de morir para “seguir viviendo” en alguno de los paraísos virtuales disponibles. Como todo, quienes tengan más recursos no solo tendrán una mejor vida sino también una mejor muerte. Hay paraísos mejores que otros y estos son, por supuesto, los más caros. Cuando Nathan (Robbie Amell) sufre un misterioso accidente en su vehículo automático, su novia Ingrid (Allegra Edwards) no duda en sacar la tarjeta de crédito y salvarlo de la nada que espera a la mayoría de los seres después de la muerte. Después de un procedimiento un poco impactante (explota la cabeza de quien va a morir), la memoria de Nathan, y con ella la identidad total del sujeto –según lo que propone la serie–, despierta en el lujoso y apacible Lake View. Este paraíso, el más codiciado, no deja de ser la creación de una empresa tan capitalista como cualquiera que ofrece a sus usuarios servicios según sus necesidades y posibilidades. Es por eso que las experiencias en Lake View pueden variar según el límite de tu tarjeta de crédito. En qué piso estás, qué vista tenés, qué podés comer, qué ropa usar, todo upgrade depende de un clic y va moldeando tu experiencia como si fueras una sim. Para Nathan todo depende de su posesiva y superficial novia, cuya riqueza le permite no solo mantenerlo sino brindarle las mejores commodities post mortem.
Al modo de The Good Place, los primeros momentos de la serie son de descubrimiento, pero a diferencia de ella no hay aquí nada fantástico, por el contrario, todo rebosa de una materialidad insoportable. Incluso, la posibilidad de “sentir” o experimentar esa materialidad en el paraíso también depende del vil metal. Lake View y el resto de los paraísos virtuales replican las lógicas del capital y reproducen sus desigualdades. Es por eso que la técnica que se ocupa de la vida post mortem de Nathan, su “Ángel”, es una joven explotada que hace que junta el mango día a día y que le alcance para algo más que sobrevivir. Nora (Andy Allo) tiene a su padre enfermo, terminal, por lo que intenta hacer lo posible para que pueda acceder a Lake View. La vida personal y laboral de Nora se cruzan y atan cuando empieza a sentir cosas por Nathan, el ex muerto que parecía en un principio un agrandado insoportable pero que resulta ser un tierno y comprensivo compañero.
La trama se vuelve más y más romántica pero esto se va intercalando con las aventuras de Nathan y sus compañeros de paraíso y el misterio de qué sucedió en verdad con su muerte. Hay algo en la memoria de Nathan que parece no poder ser recuperado y que estaría guardando el secreto del motivo por el que terminó en Lake View. Quizá no del todo parejos, pero sabiendo mantener la atención y el interés del espectador, estos primeros diez capítulos de Upload son prometedores y dejan con ganas de ver más. Lo más interesante que viene a traer la serie es la muestra del absurdo de la lógica del mundo que, así como siguen las cosas, seguirá reproduciéndose en la muerte. Espero que no se enreden en la trama romántica tanto para perder de vista este elemento novedoso y el uso del humor que permite la distancia irónica y deja ese sabor agrio que toda buena ciencia ficción que se precie de tal debe provocar.
