Top Gun: Maverick, las alas de la nostalgia

Cuando le comenté a un amigo que había visto Top Gun: Maverick (Joseph Kosinski, 2022), la pregunta obligada fue “¿qué te pareció?”, a lo que respondí “me gustó mucho, pero… (¿Por qué siempre tiene que haber un pero?) …me hubiera gustado más si no se pareciese tanto a la primera”. Y es que este nuevo film se monta sobre las alas de la nostalgia y desde el primer momento nos regresa a la década de los 80 cuando a mediados de la misma, 1986 para ser más exactos, se estrenaba Top Gun bajo la dirección del fallecido Tony Scott y se convertía de manera inmediata en un film de culto.

Aunque ambas producciones presentan varias diferencias, los elementos narrativos se combinan todos de tal manera que es imposible no remitirse al film original.       

Desde los créditos iniciales suena la misma banda sonora, los acordes de Top Gun Anthem, resuenan en You’ve Been Called Back to Top Gun que, con sutiles modificaciones, se trata casi del mismo tema; ambos compuestos por Harold Faltermeyer, músico alemán pionero en la música electrónica y ganador del premio Grammy a la mejor interpretación instrumental pop de 1986.

El protagonista de ambas películas es Pete “Maverick” Mitchell, interpretado por Tom Cruise, por aquel entonces un actor de carrera ascendente y hoy en día ya consagrado. En el primer film el personaje es un piloto naval de la Marina de los Estados Unidos de aviones F-14 Tomcat, vale decir que la película los transformó en un ícono de la cultura pop; ostenta el grado de Teniente y al inicio de la historia puede apreciarse que vuela de manera temeraria y no acata las reglas impuestas por la Armada, de allí proviene su apodo que en español significa disidente. Su forma de volar lo lleva a ser uno de los mejores pilotos de su generación, por lo que es seleccionado para ir a la escuela de Armas de Guerra, conocida de manera informal como Top Gun. En la segunda parte, Maverick ya es un veterano y trabaja como piloto de pruebas, llevando en sus hombros el rango de Capitán, justamente por su comportamiento irreverente es que no ha ascendido más en los escalafones; y será, de nuevo, su forma temeraria de volar la que lo llevará una vez más a la Escuela de Armas de Guerra, pero ahora como instructor.

La llegada a la base cita en California muestra leves diferencias de realización y montaje, pero la nueva remite indefectiblemente a la anterior. En ambos casos Pete Mitchell llega en su moto durante el atardecer; pero mientras que en el primer film se realiza desde el punto de fuga central izquierdo en línea diagonal hacia cámara, para luego cambiar el eje cortando con una toma que muestra el aterrizaje de un F-14 y pasar la imagen de derecha a izquierda de cuadro con la moto en primer plano mientras otro avión despega y el personaje levanta su brazo en señal de victoria, terminando con una nueva toma con la moto y el avión alejándose de cámara simbolizando la llegada de un futuro promisorio; en el segundo film aparecen Mitchell y su moto en primer plano centrados en el cuadro directos hacia cámara, para luego cambiar a un plano secuencia que pasa del punto de fuga izquierdo con la moto en plano entero dirigiéndose hacia la derecha y el avión despegando en el fondo, aunque esta vez el obsoleto F-14 fue reemplazado por un moderno F-18 Super Hornet, terminando dicha secuencia con Maverick dirigiéndose hacia el punto de fuga central derecho y pasando otra vez al primer plano central mostrando la cara de felicidad del personaje por su regreso y un nuevo futuro promisorio. En este caso también cambia la banda sonora, mientras que en la original sonaba Danger Zone de Kenny Loggins, que se convertiría en un éxito inmediato; en la segunda parte suena la inconfundible guitarra eléctrica de Top Gun Anthem. Al entrar a la base hay un nuevo golpe de nostalgia, Mitchell mira la foto del saludo final que tiene con su antiguo rival en la Academia, Tom “Iceman” Kazansky, interpretado por Val Kilmer, quien ahora luce el cargo de comandante. [Cabe aclarar que en el año 2015 Kilmer fue diagnosticado con cáncer de laringe y, si bien logró vencerlo, perdió completamente su voz y debe hablar usando un micrófono que aplica brevemente sobre una traqueotomía; para interiorizarse más sobre este hecho recomiendo encarecidamente ver el documental sobre su vida Val (Ting Poo, Leo Scott, 2021)]

Momentos más tarde, mientras le explican la razón por la que ha sido llamado, nos enteramos que es precisamente Iceman quien protege a su anterior rival devenido en amigo, y por eso no es dado de baja gracias a su comportamiento rebelde. Maverick debe entrenar en un tiempo de tres semanas a un grupo de doce pilotos y seleccionar seis para una misión de ataque a un país no aliado que está construyendo una planta subterránea de enriquecimiento de uranio. En este instante se presentan dos problemas que se encuentran relacionados y que llamaré “la sombra de los muertos”, el primero es que uno de los pilotos es Bradley “Rooster” Bradshaw, con la excelente interpretación de Miles Teller, hijo de Nick “Goose” Bradshaw, quien fuera encarnado por Anthony Edwards, mejor amigo de Maverick que muriese en un accidente de aviación del que Mitchell se considera responsable; y el segundo es que el mismo padre de Maverick, también piloto de combate, murió en una misión encubierta similar a la que debe ahora encarar él como instructor. La sombra de estos dos muertos pesa mucho sobre la conciencia del protagonista que deja muy en claro que en este tipo de misiones siempre hay alguien no regresa y no quiere tener la responsabilidad de ser quien envíe a sus estudiantes a la muerte y mucho menos al hijo de su amigo.

Si bien en ambas películas la partenaire cambia; en la primera Charlie es una funcionaria civil del gobierno que asesora en los entrenamientos, interpretada por la actriz Kelly McGillis; y en la segunda Jennifer Conelly se pone en la piel de Penny Benjamin, la dueña del bar local, en Top Gun de 1986, este personaje se menciona como uno de los amores previos de Maverick, hija de un almirante que no le perdona que le haya roto el corazón. En esta película, Penny está divorciada y tiene una hija adolescente, Amelia, la actriz Lyliana Wray, que le advierte a Mitchell que no vuelva a romperle el corazón a su madre, puesto que ya han tenido varias idas y vueltas.

Terminados la situación inicial y los personajes, hay que mencionar tres arcos narrativos que se reflejan en ambos materiales:

  • El primero lo llamaré “enfrentamiento y revelación”, mientras que en la película de los 80 Maverick, durante la celebración del inicio del entrenamiento en lo que parece ser el bar de oficiales, intenta conquistar a Charlie, sin lograrlo, ella sabe que él es uno de los pilotos que debe asesorar y no lo dice, para revelarse luego como asesora al otro día cuando comienza la primera clase correspondiente bochorno del protagonista; en la segunda película es Maverick quien es avasallado por sus futuros entrenados y arrojado fuera del bar de Penny por ser un viejo molesto. La revelación de quién es el entrenador terminará con la vergüenza de todos los alumnos.
  • El segundo es el “partido en la playa”, que si bien tienen un enfoque diferente, en ambos filmes se juega un deporte que enfrenta a los pilotos que asisten al curso de entrenamiento. En Top Gun es un match de Voleyball, que fue puesto allí por orden de los productores ejecutivos ya que no querían que la película fuera tan violenta y tuviese algún momento de distensión, esta secuencia es utilizada para mostrar una mayor competencia entre Iceman y Maverick. En el film actual juegan un partido de Football Americano cuya intención es lograr una mayor unión y limar todo tipo de competencia entre los pilotos asistentes al entrenamiento.
  • El tercer arco es precisamente el “entrenamiento”, mientras que en el primer film, siendo Maverick uno de los aviadores a entrenar, se trata de un perfeccionamiento para alcanzar el rango de piloto de elite; en el segundo, oficiando de entrenador, su función es lograr que un equipo de combate se infiltre en un país no aliado en una misión encubierta para destruir una planta de uranio. Si bien la intencionalidad en cada película es distinta, están filmados y montados de forma muy similar.

El último punto a destacar es la relación existente entre Maverick y Rooster, el hijo de su amigo fallecido. Esta situación evidencia el conflicto principal que atraviesa toda la película, dejando el ataque a la base enemiga como problema de la peripecia de bastante rápida solución una vez comenzada la operación encubierta. La subtrama entre ambos personajes está dada por la responsabilidad que siente Mitchell hacia el hijo de su antiguo mejor amigo, por lo que de manera premeditada sabotea la carrera de piloto del joven para evitar ponerlo en una situación de peligro. Como es costumbre en este tipo de filmes, la desavenencia entre ambos personajes se soluciona en los últimos minutos.

En conclusión, Top Gun: Maverick es una buena película, que remite casi en su totalidad a los filmes icónicos de la década del 80, pero que se queda a mitad de camino entre la nostalgia y la innovación. Es un buen signo que, acorde con los tiempos que corren, el grupo de ataque formado por Maverick tenga un integrante femenino, evidenciando la actualización de una carrera naval originalmente copada por hombres. Lo que queda fuera de tiempo es el rol de salvador y guardián de la paz mundial de los Estados Unidos, que ya se ha visto en tela de juicio a lo largo de todos estos años en diversas obras y materiales culturales revisionistas, por lo que, para evitar consecuencias en algunos mercados extranjeros de distribución y proyección, fue necesaria la creación de un país ficticio que no formase parte de ninguno de los tratados internacionales vigentes. No obstante, logra remontar a aquellos que disfrutamos de la película original a nuestras épocas de juventud, en las que no nos hacíamos tantos planteos existenciales, y al público novel le proporciona un buen rato de entretenimiento y, tal vez, les genere curiosidad para acercarse al material que dio origen a esta historia.