Los invisibles #18 Las nuevas herramientas al alcance de la mano

En las ediciones pasadas de esta humilde columna de la Revista 24 Cuadros me sumergí en los cambios tecnológicos que influyen en lo social, y cómo estos avances/cambios de las últimas dos décadas repercuten en el mundo del guion. Primero fuimos por el mundo de los videojuegos y luego por la narrativa transmedia. Para cerrar esta improvisada y autodenominada trilogía dentro de la columna, cerramos con las tendencias, herramientas y oportunidades que se les abren a lxs guionistas en los últimos lustros.
Espero que sirva como un empujoncito para que algunx se lance a escribir y reescribir.
Volvamos al radioteatro
En este nuevo panorama que se nos ofrece a lxs guionistas, donde ya no es obligación esperar a tener unx conocidx o, como se dice, “tener cuña”, en los últimos años volvió a resurgir una de las primeras herramientas de trabajo que tuvimos: el radioteatro. Si sabrá de ello Orson Welles que en un episodio del programa de radio “The Mercury Theatre on the Air” logró cundir el pánico en las calles de Nueva York y Nueva Jersey al narrar en códigos cinéfilos (es decir, con actuación, efectos de sonido y de más) “La guerra de los Mundos”, de H. G. Wells. McLuhan y otros teóricos marcaron esa histeria colectiva como el poder de los medios sobre la sociedad, pero yo quiero quedarme en la preponderancia que tenía el radioteatro en aquellos años (1938), cuando no había producciones televisivas. Con el auge de la televisión, poco a poco ese arte quedó en el olvido, sin embargo, en los últimos años resurgió en forma de podcast.
¿Cómo es esto? Con los avances tecnológicos al alcance de la gran mayoría, hoy cualquier persona con acceso a un programa de edición sonoro puede crear una historia, las de mayor éxito seriales, con la creatividad de escribir una historia y construir un ambiente, atmósfera que explote esa historia.

Los libros son una gran fuente de la que beben series y películas a la hora de producir, entonces, para sostener este número me remito a las pruebas del poder de las series vía podcast: Homecoming, Lore, Dirty John, Limetown, Archivo 81, The Shrink Next Door, The Midnight Gospel, todas historias adaptadas al fílmico que nacieron de podcast. De hecho, aún hay más en cola en proceso de producción con las distintas plataformas, como WeCreashed, Nice White Parents, Happy Face, Welcome to Night Vale, entre otras.
Para hablar sobre la oportunidad que ofrece escribir en este medio, puedo marcar el éxito que surgió hace unos años en Netflix: el true crime (para ahondar más en este género tienen este número especial de la 24 y, vaya paradoja, el podcast de la 24 El cuarto cerrado). Como subgénero policial, nació en un podcast llamado Serial, creado por la periodista Sarah Koenig, del cual salió la adaptación en miniserie de HBO Adnan Syed: Más allá de Serial, y la parodia American Vandal.
¿Qué nos deja esto como guionistas? Que, con una buena historia, bien narrada, bien construida, casi todxs tenemos al alcance un medio para grabar voz, editar sonidos. Y esto último hay que tenerlo en cuenta porque, como guionistas, no olvidemos el sonido. En un podcast la textura sonora en parte dará la cualidad a la ficción, por ejemplo, Homecoming, el podcast es superrico en sonido, es una ida escucharlo. Y en la serie, no desentona porque se recurrió al creador de Mr. Robot, Sam Esmail.
Aprovechemos la ociosidad
Pensando en seriales, hay que aprovechar las redes sociales como Facebook, Instagram, Tik Tok y Twitter. Soy sincero, hay un par que ni las sé usar y no agarré la onda, pero sí sé que son medios para divulgar historias y poner a prueba la creatividad como guionistas.
Pensar historias en capítulos de menos de un minuto es un gran ejercicio para poner en práctica el talento, la habilidad y el ingenio para crear contenido y, gancho. Cliffhanger si suena más elegante. Son herramientas tan incorporadas en nuestra vida que ya es recurrente verlas en series y películas, y ser en muchas, protagonistas.

Esto nos lleva a la columna sobre los videojuegos y las historias interactivas (y como verán, también estoy hablando de redes sociales como en narrativa transmedia, acá tienen la trilogía, guiño, guiño). Por ejemplo, creamos un reel/historia con un personaje tal en una situación tal (puede apoyarse con ilustraciones, fotos o filmaciones caseras, o solo el texto). En la siguiente historia, ponemos, si querés que tome la opción A, pasá a la siguiente historia, si querés que agarre la opción B, salteá la historia que viene y mirá la siguiente. Para que sea más fácil de entender: Carlos camina por un callejón oscuro cuando de repente un ladrón armado sale a su encuentro. Si pensás que Carlos debe correr, pasá a la siguiente historia. Si pensás que Carlos debe enfrentar al ladrón, salteá la historia que viene y mirá la siguiente.
Reciclemos el celular
Todxs estamos con el celular en la mano casi las 24 horas. Es una extensión más del cuerpo para muchxs. Los mensajes de texto quedaron en el olvido y el WhatsApp nos atraviesa a todxs: conocemos su interfaz, su neo lenguaje, sus abreviaciones. Hay que aprovecharlo. Últimamente muchxs están optando por la posibilidad de narrar historias en formato de chat de WhatsApp. Capturas de pantallas que muestran entre 2 o más personas contando algún acontecimiento: algo ominoso, un acecho, lo que sea. Para que tengan ejemplos, en Instagram hay un guionista al que tengo como referencia en este estilo llamado Mauro Croche.

Cuánta gente conocen que les gusta leer comentarios, si al pasar una historia o un post con capturas de WhatsApp seguro que paran para ver qué dicen, ya tenemos tan incorporado esa interfaz que paramos automáticamente a ver qué dicen. Tanta preponderancia está tomando esta forma de narrar que ya tenemos aplicaciones que nos emulan un chat, por ejemplo, Leemur. Es una app gratuita, en la que podemos leer y publicar historias narradas como chat.
Este número como los dos anteriores giran en torno a los avances tecnológicos que influyen en el trabajo de unx guionista. El guion de los videojuegos como el de narrativa transmedia aún están supeditados a un trabajo largo y arduo que genere un gran CV, sin embargo, creo que tenemos herramientas para pensar en la autopublicación y buscar la oportunidad.
Es escribir, escribir y escribir. Siempre tocamos el suelo, es mirar para arriba.