Reseña: The Morning Show, segunda temporada

Cuando Apple se abrió camino en el competitivo mundo del entretenimiento audiovisual vía streaming, necesitaba un caballito de batalla que lo hiciera pisar fuerte y posicionarse. Esto es: una historia sólida, bien escrita y que haga ruido, y estrellas que atraigan al público. Con las fulgurantes figuras de Jennifer Aniston, Reese Witherspoon y Steve Carell encabezando al elenco, tocando un conflicto sensible que atravesó al mundo mediático a partir del #MeToo, y con un final de temporada explosivo y muy bien logrado, The Morning Show y Apple TV vaya que hicieron ruido. La segunda temporada ya tenía fecha e ingredientes.

SPOILER ALERT, si aún no vieron la temporada inicial de esta serie, en el próximo párrafo puede haber algunas revelaciones. El que avisa no traiciona.

Después del gran final de la primera temporada, con la muerte de Hannah (Gugu Mbatha-Raw) y el despertar de Alex Levy (Jennifer Aniston) como una voz femenina que denuncia al jefe de la cadena UBA, Fred Micklen (Tom Irwin), nos encontramos al inicio con las partes del jarrón roto unidas con pegamento. Alex dejó el programa y vive en una cabaña retirada escribiendo sus memorias, Mitch Kessler (Steve Carell) exiliado en Italia alejado de la bomba e intentando buscar la redención. Charlie “Chip” Black (Mark Duplass), quien perdió su trabajo por culpa de Alex, se encuentra feliz en un compromiso con su pareja y laburando como productor en un programa menor de noticias. Cory Ellison (Billy Crudup) está al mando de la cadena en lugar de Micklen, lidia con la responsabilidad de manejar a Bradley y levantar un rating en caída, mientras que Bradley Jackson (Reese Witherspoon) es la cara de The Morning Show, con todo lo que ello conlleva.

Así tenemos repartidas las cartas en el arranque, pero todo cambia cuando Cory decide hacer que Alex vuelva a ser la compañera de Bradley para levantar el rating. Antes la misma Levy pone de condición que solo lo hará si vuelve Chip como su productor personal, con quien luego la misma conductora deberá hacer las paces.

Al otro lado del Atlántico, Mitch Kessler encuentra en la documentalista italiana Paola (Valeria Golino) una amiga y un apoyo en el que buscar una símil redención. Esta trama secundaria al principio no tiene mucho sentido, pero con el pasar de los capítulos y llegando al final, adquiere un total sentido y una justificación que da más redondez al relato en general y a la transformación de este personaje polémico.

Los problemas se acumulan y la inminente salida de un libro escrito por Maggie Brener (Gay Harden) que se centra en el programa matutino de noticias “más visto de América”, el escándalo y en especial la relación de Alex con Mitch, pone al personaje de Jennifer Aniston al borde de la histeria y en un cuadro de angustia, emocional y corporal, que la llevan a comprometer su trabajo y su imagen.

Por otro lado, Cory intenta mantener en secreto un desesperado intento de Micklen (aún con amigos en los medios) por ensuciar y justificar el final de Hannah mientras Bradley lidia con quién es, cómo se siente y su familia.

Si esta temporada nos deja algo, es el crecimiento de personajes secundarios como Yanko (Néstor Carbonell), al presentador del tiempo que, en la era de la censura, algunos dichos desafortunados lo ponen en el ojo de la tormenta. Mia Jordan (Karen Pittman) ahora carga con el peso de ser la jefa de producción, el puesto que antes tenía Chip, y lo que significa eso al lidiar con lxs presentadorxs, lxs técnicxs y lxs jefes que están por encima de ella. Sin duda, el secundario con un mayor crecimiento dentro del relato y con un final muy abierto para seguir en esa senda es Daniel (Desean Terry), afroamericano y gay, que siente que es menospreciado y que no le dan el lugar y respeto que merece.

Para agregar, la incorporación de Laura Peterson (Julianna Margulies) es el gran acierto de la temporada, ya que sirve de catalizador de varias líneas argumentales, tanto con Alex, Cory, la cadena UBA y, en especial, Bradley Jackson.

El diseño de la imagen y el tratamiento sonoro son fenomenales, no me voy a explayar más porque ya siento que me queda muy larga la nota. Me gustaría destacar cómo la serie sabe tocar los temas que nos atraviesan como sociedad; si en la primera fue el abuso sexual bajo la impunidad del poder mediático y corporativo, en esta temporada vemos las consecuencias de aquello, para victimarios y para quienes miraron para otro lado al considerar ciertos comportamientos como normales. También está de manera muy sutil cómo quedan las relaciones después de esto, ¿separan al amigo del abusador?, ¿qué imagen pesa más?

No solo se abarcan estos temas, sino que ya no hay impunidad para decir cualquier cosa en la tele, que hay que cuidar qué decir y cómo actuar porque el ojo del mundo (de las redes sociales) está puesto encima de ellxs y juzga, señalando si ofenden a alguien.

Algo particular que me encantó es cómo es tratado el COVID, cómo las primeras noticias son ignoradas (de hecho, cuando Daniel habla por primera vez de esto y lo propone, Mia decide ir con otra noticia); cómo a medida que crecía era una noticia de segunda plana, hasta que finalmente explota. Creo que la próxima temporada irá por ahí, las noticias en la era de la pandemia y el streaming. Informar con una camarita desde casa.