35° FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE MAR DEL PLATA: RESEÑAS DÍA II

Competencia Argentina, por Benjamín Héctor Minevitz

Historia  de lo oculto es la segunda película que se presenta en la Competencia Argentina. De la misma manera que su predecesora, es una ópera prima y también está filmada en blanco y negro, por lo menos en  su mayor parte. Fue dirigida por Cristian Ponce y producida por Pedro Saieg. La dirección de fotografía estuvo a cargo de Franco Cerana y Camilo Giordano. Cuenta con la música original de Marcelo Cataldo. Cristian Ponce es director y guionista, de experiencia en el área de series web y además dirigió el corto Breve Historia en el Planeta.

Es difícil encasillar Historia de lo oculto en un solo género,  comparte estilo con el fantástico, con el terror, y por qué no, con lo político y conspirativo. La película tiene una duración de 82 minutos y podríamos decir que transcurre en un simulado «tiempo real». La acción se desarrolla fundamentalmente en un estudio de televisión y en el gabinete de los productores. El relato se desenvuelve en 1987. En un programa de TV llamado “60 minutos antes de la medianoche” proyectan efectuar revelaciones extraordinarias que implican seriamente al presidente del país y producirían su renuncia. Una Argentina ficticia y una Buenos Aires que no sabe bien si sigue existiendo como la conocemos. Brujería, charlatanería y política, todo mezclado. Los personajes: el conductor del programa, los productores y asistentes, un senador, el supuesto brujo, hasta el presidente de la República (imaginario, por supuesto)

Los hechos transcurren siempre de noche, casi siempre en interiores. Ponce se vale del blanco y negro, de la luz, de planos cortos y de la música para ir consolidando el clima de misterio. Salvo un momento, el film está rodado con un tamaño de cuadro 4:3 que reproduce la pantalla de televisión. Dato de color: en esa Argentina hipotética la Secretaría de Turismo ofrece viajes promocionales a las Islas Malvinas y la protagonista de El exorcista es Andrea del Boca.

Historia de lo oculto promete misterio y miedo a quienes desean emociones inexplicables.

Competencia Argentina de cortometrajes, por Anna Ciaffi

  • Los primos esperan, de Marina Nerea Malchiodi (2020)

Marina Malchiodi nació en 1995 y estudió diseño de imagen y sonido en la FADU. Esta joven cineasta aparece entre las hendijas del Festival con un corto entrañable y narrado con mucha consistencia que cuenta cómo tres primos, una joven adulta y dos (pre) adolescentes esperan el regreso de sus familiares del velorio de su abuela.

La espera se realiza en la casa de la difunta y a través de una mirada costumbrista y una puesta en escena de total simpleza y belleza, se irán conociendo los dolores y sentimientos encontrados de los tres, conectados más que nunca por ese evento único, pero también por esa relación inexplicable que tienen los primos que se desata cuando los grandes no están.

Vale mucho la pena.

Competencia Latinoamericana, por Fabio Vallarelli

  • Selva trágica (Tragic Jungle), de Yulene Olaizola (2020)

La nueva película de la cineasta mexicana Yulene Olaizola es una historia que transcurre en los años 20, en la Selva Maya, en la frontera entre México y Belice. Allí, un grupo de hombres recoge látex de los árboles para hacer chicle se encuentra con una extraña chica beliceña que no habla español y que se ha escapado de otras personas que la buscan.

Con este disparador, el personaje de Agnes funciona como un catalizador espiritual para despertar una antigua leyenda Maya, que transforma a la selva en un personaje más de un relato místico que a lo largo de la duración de la película se va volviendo más inquietante.

Muchas ideas pueden extraerse de la película, no alcanza con un visionado. La principal, creo, está en el hecho de cómo el film se enmarca en toda una serie de largometrajes latinoamericanos que trabajan desde la alegoría, realizando una relectura del rol de la mujer desde el presente, pero a través de las tradiciones y culturas populares de los diferentes pueblos.

Tengo debilidad por este tipo de relatos, la selva como escenario hostil para el hombre y para sus trabajadores es algo que me resulta hipnótico. Selva trágica trabaja esto con mucha maestría y decisión.

Competencia Latinoamericana de cortometrajes, por Anna Ciaffi y Fabio Vallarelli

  • Correspondencia, de Dominga Sotomayor y Carla Simón (2020)

En este corto experimental, la directora chilena Dominga Sotomayor se «escribe» cartas audiovisuales con la directora catalana Carla Simón. Cartas compuestas por material analógico, de ahora y de antes, pensamientos de ambas mujeres, voces en off de ellas mismas o de sus seres queridos, representando algunas anécdotas.

Hablan de cine, de amor, de vida, de la maternidad y de la muerte (todas cosas que son un poco lo mismo).

Para ver sin pretensiones y sin mucho análisis; para disfrutar de la conjugación de imágenes e ideas de dos mujeres sensibles, que tienen más de dos dedos de frente a la hora de pensar, hablar y filmar. (AC)

  • Vitória, de Ricardo Alves Jr. (2020)

Este cortometraje de 14 minutos sigue a una empleada de una fábrica de tejidos en una zona rural de Minas Gerais que, cansada física y mentalmente, decide rebelarse contra la explotación laboral que sufre.

Vitória ve su salud deteriorada como si fumara y tomara, pero no hace ninguna de las dos cosas. Nadie la escucha. Está cansada, ya es grande para hacer el esfuerzo que está haciendo. Intenta convencer a sus compañeras de tomar una medida de fuerza. Los hombres están ausentes en este relato y el final del corto devela un poco el porqué.

Si bien la película peca de ser un cortometraje que se parece más a un teaser de lo que sería un largometraje (algo que de por sí me parece absurdo, teniendo en cuenta todas las posibilidades estético y narrativas que tiene el formato), llega a conmover y a plantear con mucha solidez lo que quiere contar. Cada encuadre y cada acción están calculadas al detalle, y Vitória se transforma en un personaje del que nada sabíamos y del que ahora solo queremos conocer más. (FV)

Fuera de competencia, por Anna Ciaffi

  • Vicenta, de Darío Doria (2020)

Vicenta es una mujer pobre, casi marginal, que no sabía en su momento leer ni escribir y que se cargó al hombro por su cuenta una peripecia legal que duró ocho años y que representó un hecho histórico para la lucha argentina por el aborto legal.

Dirigido y coescrito por el argentino Darío Doria, Vicenta es un documental que al principio no lo parece. La historia narrada -una historia real- se remonta al 2006, año en el que Laura, la hija de 19 años con retraso madurativo de Vicenta, queda embarazada producto de una violación.

En ese momento, el mundo de la mujer cambiará por completo, debiendo luchar junto con su hija mayor, Valeria, para que la Justicia le garantice un aborto a Laura.

El film se compone únicamente de una voz en off que narra en primera persona los acontecimientos, un poco de material de archivo y, lo más importante de todo, una constante dramatización de los hechos que prescinde de actores y diálogos y que, en cambio, está hecha puramente con muñecos de plastilina sobre maquetas y escenografías.

La película combina, de este modo, una narración ideal y emocionante en conjunto con una estética bellísima y peculiar, de un arte y fotografía excepcionales, con una puesta en escena igual de fuerte en la que los encuadres, los enfoques y los movimientos de cámara cuentan tanto como su narradora.

Definitivamente una película para ver, más allá de su ideología, para empaparse de una propuesta original y creativa a la hora de contar y mostrar.

(Aprovecho el espacio para mandarle un abrazo a María Sol Vera, meritoria de dirección, compañera y amiga que se alza flamante con el título de ser la primera en mi camada idaquense en haber estado en los créditos de una película del Festival de Mar del Plata).