31° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata: Días 5 & 6

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Competencia Argentina: «Los Globos» Dir. Mariano González.

¿Qué es lo que lleva a un Actor a lanzarse a dirigir cine?… Con ese interrogante comenzaba la presentación de la ópera prima de Mariano González, actor con amplia trayectoria y formación que hace su debut en la pantalla grande escribiendo, dirigiendo y protagonizando «Los Globos».

La película aborda la historia de César, un hombre que intenta recuperarse – jamás sabremos del todo bien de qué, aunque hay indicios – al tiempo que trabaja en una perturbadora fábrica de globos. De un día para el otro a César le piden que se haga cargo de un hijo. Hijo que nunca sabemos muy bien si siempre supo que tenía o no, hijo que tampoco sabemos si ya conocía. Todo ello es poco relevante porque lo importante del relato pasa por ese momento en el César debe afrontar su futuro y decidir si finalmente entrega al pequeño en adopción a una familia adinerada o lo conserva con él.

Con una premisa muy sencilla se desarrolla esta pequeña película que apenas dura 65′ minutos, sabia decisión de González que entiende que no debe abusar del metraje para contar la historia que quiere narrar. Se destacan las locaciones – la fábrica de globos es increíble -, el enorme trabajo de Fernando Lockett y, por sobre todas las cosas, la gran actuación de Alfonso, el hijo tanto en la vida real como en la ficción de Mariano, que cada vez que aparece en pantalla le otorga una naturalidad a la película que no se ve muy seguido. Algo que solo un padre y un hijo pueden transmitir de modo genuino.

Al ver «Los Globos», en definitiva, uno puede dar una posible respuesta al interrogante del comienzo. Se trata de una película que solo González podría haber filmado, ya que el relato refleja preguntas y respuestas tan íntimas que nadie más que él podría formularse y contestarse.

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Competencia Internacional: «Era el Cielo» Dir. Marco Dutra

La nueva película de Marco Dutra («Trabajar cansa», «Cuando estaba vivo») aborda desde el género una problemática muy fuerte y perturbadora como lo es el abuso sexual. Constituida como un trhiller (casi podríamos llamarla un trhiller psicológico), «Era el Cielo», comienza con una violenta – y estética – escena de violación. En ella, Carolina Dieckmann es sometida por tres hombres; luego del ataque, la mujer intenta continuar con su vida cotidiana, casi como buscando que nadie se entere lo que ha vivido. Llega entonces su esposo (Leonardo Sbaraglia) y sus hijos. Como si se tratase de un día cualquiera, la familia cena y luego cada uno sigue haciendo lo suyo.

Claro, hasta aquí no habría demasiada tensión más allá del extrañamiento que nos genera saber por qué el personaje se ha comportado del modo en qué lo ha hecho, qué es lo que esconde. La cosa se pone más interesante entonces cuando en un flashback se nos presenta que el personaje de Sbaraglia ha presenciado – sin que ningún otro personaje lo sepa – la violación, inmóvil y atemorizado desde el exterior de la casa.

A partir de aquí comienza una película donde mediante el pensamiento en off de los personajes conoceremos más de ellos; en particular, en qué momento de su vida se encuentran. A su vez, el personaje de Sbaraglia intentará dar con los abusadores y en el camino conocerá ciertas cosas de un período de su vida que no estaba tan claro.

Es en la trama y en la narración donde uno encuentra el punto a destacar de «Era el cielo», dado que la técnica con la que el film está ejecutado no tiene demasiado «vuelo cinematográfico», tranquilamente podría ser algún telefilm o capítulo extendido de alguna serie de TV. Por supuesto, esto no la hace menos disfrutable.

Competencia Internacional: «Aquarius» Dir. Kleber Mendonça Filho

Esta película de Kleber Mendonça Filho probablemente esté entre las mejores cosas que se proyectaron en el festival, tanto en la competencia internacional como en el resto de las secciones.

«Aquarius» es una película atípica y extraña, pero a la vez, muy convencional. Es un poco difícil de explicar esta contradicción a quien no ha visto la película, pero podríamos definirlo de la siguiente manera: Se trata de una historia muy pequeña, casi sin interés como para filmarla (allí estaría lo atípico), pero narrada con una solidez clásica tal que el resultado es notable.

Sonia Braga brinda una de las mejores interpretaciones de su carrera (pidiendo a gritos todos los premios posibles) llevando adelante el papel de Clara, una periodista viuda y jubilada a la que observamos a través de una serie de capítulos de su vida.

Inicialmente, casi a modo de precuela, el relato nos introduce a una joven Clara que acaba de sobrevir a un cáncer. Luego, casi sin aviso, la película vuelve al presente para mostrarnos a Clara ya en su retiro luchando contra una constructora que necesita comprar su departamento, ella es la única que no ha vendido, para construir una inmensa torre.

Lo interesante de «Aquarius» es que este conflicto, que tranquilamente podría ser el motor de un relato, solo aparece como un agregado más. Un contexto a través del cual Kleber Mendonça Filho decide narrar – con mucha maestría – un personaje.

Sumado a lo menionado, la película está filmada de una manera preciosa, con imágenes muy bien compuestas, una gran utilización de la profundidad de campo y una fotografía que trasmite con mucha calidez las playas de Brasil. Mención aparte merece el uso de la música y las canciones que van desde Queen hasta Amar Azul.

En definitiva, «Aquarius«, redondea en una gran película que seguramente será disfrutada por un público mayor y que se apoya y sostiene completamente bajo la enorme figura de Sonia Braga.

Competencia Internacional: «La Reconquista» Dir. Jonás Trueba

Para quien les escribe esta película, «La Reconquista», era el film más esperado del 2016. Sí ya sé, me pueden hablar de BvS, el Squad, Civil War, o películas de autores reconocidos y prestigiosos. Está todo bien, yo lo entiendo. Sin embargo, así como hay hinchas de Temperley o Sacachispas, yo soy un barra brava de Jonás Trueba.

Como decía, esperaba más que cualquier otro evento cinematográfico ver esta película y, por sobre todo, poder hacerlo en un cine. Las expectativas eran altas. El realizador venía de hacer dos de las mejores películas que he visto: «Los Ilusos» y «Los Exiliados Románticos». El resultado fue inesperado, ampliamente superador de lo que imaginaba.

«La Reconquista» narra el reencuentro de dos treintañeros madrileños. Ella y él, ellos dos que fueran novios del secundario y luego no se vieran más. Ella que vive en Buenos Aires y él que se acaba de mudar con su pareja. Ellos que se juntan a charlar sobre sus vidas y aquello qué les pasó en estos años. Ellos que dilatan la despedida lo más posible, y un beso que amaga con aparecer todo el tiempo.

Porque Jonás hace eso, siempre. Construye personajes de una forma hermosa e idílica, para luego ponerlos en escena. A dialogar, a mirarse, a que la cámara se quede con ellos el tiempo que sea necesario para que hagan aquello que tienen que hacer. Y eso es la reconquista, una película sobre el amor y dos personas. Sobre ese amor que no se puede explicar, tan ñoño y cursi como suena, pero a la vez tan tierno como lo que todos alguna vez hemos sentido o deberíamos sentir.

Articulada sobre la lectura de una carta de juventud que ella le muestra él, la película va reconstruyendo el mundo idílico de los jóvenes amantes desde una perspectiva más adulta y «responsable». Como la saga antes, pero mejor escrita, filmada y dialogada, «La Reconquista» es la película en la que Jonás alcanza un nivel como realizador mucho más lucido y logrado. Mezcla en ella el «estilo guerrilla» de Los Ilusos y Los Exiliados Románticos, con la prolijidad de su primera película «Todas las canciones hablan de mí», y el resultado es notable.

Como siempre, valió la pena aguantarle los trapos a Jonás. Mi único héroe en este lío.

Proyección sorpresa: «La Flor» Dir. Mariano Llinás

Contra su voluntad o casi de modo inconsciente, Llinás se ha convertido en un figura mítica dentro de nuestro cine nacional. Mítico en el sentido etimológico de la palabra, ya que hay algo de ficción, de la belleza de lo desconocido que rodea principalmente sus películas, pero que también salpica a El Pampero cine, su grupo de amigos y de trabajo. Podría arriesgar, por lo que he escuchado hablar a Llinás, que lejos estaría su intensión de alimentar ese mito, pero lo cierto es que «La Flor», su nueva película, no hace más agigantarlo.

Filmada durante más de 7 años, y tal como lo indica su tráiler y el prólogo al inicio de la película, el film – o LOS films – abarca seis historias: cuatro, que empiezan y no terminan; una, cortita, que empieza y termina como un cuento breve; y, finalmente, otra que arranca por la mitad y termina.

Resulta difícil hablar de una primera parte que integra una película más grande. Esta serie de proyecciones que culminaron ayer en Mar del Plata solo cuentan menos de la mitad de lo prometido por el propio Llinás al comienzo del film. Lo único que estaría en condiciones de mencionar entonces es que las casi cuatros horas de duración de «La Flor» se sienten como veinte minutos.

La película es fresca, divertida, entretenida y todo el tiempo mantiene el interés del espectador. El cuarteto protagónico (Pilar Gamboa, Laura Paredes, Elisa Carricajo y Valeria Correa) es hermoso y magnético, brindan las interpretaciones más creíbles del cine nacional de los últimos años y los diálogos, hermosamente escritos por llinás, suenan en las actrices con una naturalidad y verosimilitud notable.

Después de casi cuatro horas viendo una película, el continuará de La Flor, solo deja con más ganas de ver lo que sigue. Probablemente una película única en la historia del cine nacional, tal como lo fuera la mítica «Historias Extraordinarias».