Reseña: Pinocho de Guillermo del Toro

Hace unos días se anunciaron las nominaciones a los premios Óscar y no es sorpresa ver Pinocho de Guillermo del Toro entre los nominados a mejor película de animación. El film, animado en stop motion, está dirigido por Guillermo del Toro y Mark Gustafson y escrito por Del Toro y Patrick McHale (creador de la miniserie Mas Allá del Jardín). Protagonizan Gregory Mann como Pinocho y David Bradley como Geppetto, con un elenco secundario formado por actores como Ewan McGregor, Ron Perlman, Christoph Waltz, Cate Blanchett, Tilda Swinton, entre otros. Se estrenó en Netflix el 9 de diciembre de 2022.
Lo primero que debo destacar de la película es, precisamente, la animación. Es increíble, y me vuelvo loco de solo pensar el trabajo que debe haber tomado hacer que todos los elementos se sientan tan vivos. Cada detalle y cada movimiento están donde deberían estar, y se siente como un proyecto hecho con mucho corazón y cariño por parte de todos los involucrados, a diferencia de la nueva versión hecha por Disney, que se nota desalmada en cierto sentido.

Si bien sigue una historia más o menos similar a la que ya conocemos del personaje, es una subversión muy fuerte de la trama, ambientando todos los eventos en la Italia fascista durante el período de entreguerras y comienzos de la 2da Guerra Mundial. Esto implica un tono mucho más oscuro, característico de Del Toro, y algunos cambios significativos en la historia. Siento que estas modificaciones resultaron muy acertadas y permiten agregarle a la historia algún elemento novedoso, cosa que es difícil de hacer en un relato que ya todos conocemos hasta el cansancio, ya sea por el libro original o por la vieja película de Disney.
Además, al tratarse de una película de Guillermo del Toro, los diseños de los personajes no humanos son fantásticos. Tanto Pinocho como Sebastian J. Cricket (nuestro nuevo Pepito Grillo) se ven espectaculares y logran diferenciarse de la imagen que tenemos construida de los personajes. Luego tenemos al Hada Azul y a la Muerte, que remiten un poco al Fauno de El Laberinto del Fauno.
Siguiendo con lo que decía de la subversión, en esta versión además de tener el clásico conflicto de Pinocho queriendo y aprendiendo a ser un niño real, muestra el viaje de Geppetto, quien aprende a ser un padre real para Pinocho luego de haber perdido a su hijo Carlo al comienzo de la película.

El hijo de Geppetto nos lleva además a explorar otra temática de la película: el respeto y la apreciación por la vida y sobre todo por la muerte. La vida eterna de Pinocho a su vez le llevará consigo un sufrimiento eterno, y la película nos expresa que la brevedad de nuestra vida es lo que la hace valiosa y lo que nos hace humanos.
Creo que se pueden encontrar en el argumento temas religiosos: en un momento Pinocho, al ver una estatua de madera de Jesucristo, se pregunta por qué la gente lo venera y no a él, dado que los dos están hechos de madera. Eventualmente la gente sí llega a apreciar a Pinocho, cuando genera ganancias con su imagen y lo transforman en una herramienta para validar ciertas ideologías, algo que suele ocurrir con la imagen de Jesucristo. También, a dicha estatua le falta el brazo izquierdo y a Pinocho, al resucitar por última vez, también le falta el mismo brazo.
Por otro lado, la enseñanza que intenta dejar la historia original es la de ser responsables y, sobre todo, obedecer a los mayores. Este último punto es muy importante al contrastarlo con la película, ya que esta nueva versión nos dice que no hay que obedecer ciegamente, atando esto con las temáticas antifascistas que suelen encontrarse en los trabajos de Del Toro. Por ejemplo, en la historia original, Pinocho llega a la Isla de los Juegos. Aquí los niños pueden divertirse y dejar de lado sus responsabilidades, pero al hacerlo se convierten en burros, dándonos la pauta de que hay castigo por divertirse y no hacer lo que tenemos que hacer (o tal vez lo que nos impone la sociedad que debemos hacer). En la versión de Del Toro, en lugar de ir a una isla donde se pueden divertir, los niños son llevados a un campo de entrenamiento fascista, lugar en el que deben aprender a seguir órdenes y prepararse para servir al régimen nacional, siendo lo opuesto de lo que pasa en la historia original (y además esto se podría interpretar como un insulto a los fascistas, llamándolos burros).

Me gustaría resaltar también la parte musical de la película. Las canciones son muy lindas, y contamos, además, con muy buenas interpretaciones de voz. Esto se nota en especial en Ciao Papa, interpretada de forma hermosa por el joven Gregory Mann y con una conmovedora letra coescrita por Del Toro.
Pinocho de Guillermo del Toro es inolvidable, desde la belleza de la animación hasta la profundidad de sus temas y las increíbles actuaciones. Es una película muy completa que logra balancear el sentimentalismo con el humor y demuestra que, a veces, una nueva adaptación de algo viejo puede salir a la perfección.