BARS 23: Jupía (Competencia Iberoamericana)

Película de la República Dominicana codirigida por José Gómez de Vargas y Julietta Rodriguez. A menos de un mes de su estreno, llegó a las salas del Multiplex Belgrano en el marco del Festival Buenos Aires Rojo Sangre. Compite en la sección Iberoamericana.
Al comienzo, se expone una definición sobre la Jupía: es una leyenda Taína de espíritus que viven en un paraíso terrenal, y que pueden tomar cualquier forma, incluyendo la humana, pero sin rostro ni ombligo.[1]
Esta película tiene el mérito de reunir varios géneros: terror, policial, suspenso y fantástico. Cuenta la historia de Tomás García (David Maler),que ha perdido a su esposa, y su hija está desaparecida. Al mismo tiempo, una gran cantidad de niños están desaparecidos y la parsimonia en la investigación policial obliga al protagonista, también policía, a comenzar su propia investigación. Dirige sus pasos al geriátrico donde está internada su cuñada Celeste (Olga Valdez). Allí se encuentra con la directora Julia (Karina Noble), la misteriosa enfermera en jefe Atabey (Julietta Rodriguez)y la estricta celadora Úrsula (Maggy Liranzo). Esa misma noche Celeste muere y al siguiente día Tomás se instalará en el geriátrico para aclarar la muerte de su cuñada. Por supuesto, que la directora no está contenta con esta situación y quiere deshacerse de Tomás lo antes posible para que no interfiera en sus planes. Allí Tomás conocerá a los viejos que habitan el lugar y deben cumplir con un régimen como si fuera un internado.

Cabe mencionar a Leticia Tonos y la multifacética Julietta Rodriguez que estuvieron a cargo de la producción. El guion fue escrito por Arturo Arango, José Gómez De Vargas y Junior Rosario.
Esta cronista celebra la recomendación dada por Pablo Sapere, a cargo de la programación del BARS, porque Jupía es una película que hay que ver, por el abanico de géneros que se anima a combinar y porque lleva al resto del mundo una leyenda Taína que de alguna manera se da la mano con otros miedos tan actuales: la vejez y la vulnerabilidad en la niñez.
A modo personal, merece una mención especial la actriz que interpreta a Esmeralda –una de las viejitas del geriátrico– que, con miradas furtivas, sonrisas luminosas y una canción de cuna, brinda la ternura que el espectador necesita y balancea esta película a la que ya no le falta nada. Sólidas historia e interpretaciones.
¡Dato de vital importancia! El ruido de la bolsa de papas fritas dura hasta que aparece la Jupía.
[1] @Jupia_themovie