El rocío: fuerte denuncia de una problemática invisibilizada

El rocío (2019) es la última película del cineasta entrerriano Emiliano Greco, dirigida y escrita por él con la colaboración de Bárbara Sarasola Day en el guion. Su estreno fue el 24 de octubre de 2019. Comenzó proyectándose en cines argentinos, y ahora se encuentra disponible para su reproducción en la plataforma de CineAr PLAY.
Se trata de un drama de ficción que denuncia de manera cruda la problemática silenciada del uso de los agrotóxicos (glifosato) para la fumigación de los campos de cultivo de soja y sus efectos en la salud de la población expuesta, vulnerable e indefensa.
Sara, protagonizada por Diana Provenzano, es una madre joven que vive junto a su pequeña hija Olivia, en un barrio humilde de Entre Ríos, cercano a las plantaciones de soja. Obligada por su difícil situación económica, debe trabajar durante largas horas, dejando a su niña al cuidado del hijo de una vecina de su barrio, con los riesgos que esto implica y que la película nos pone de manifiesto.

Tras un accidente doméstico, descubre que su hija presenta una extraña tos y un llanto persistente. A partir de esto, consulta con el médico del barrio (Tomás Fonzi), quien le indica que es muy posible que se trate de síntomas originados por el uso del glifosato para las fumigaciones de los campos. Por lo tanto, le recomienda que viaje a Buenos Aires para que su hija sea sometida a una serie de análisis y obtener así evidencia consistente para denunciar el uso de agrotóxicos ante la autoridad correspondiente.
Ante la falta de recursos económicos, Sara se contacta con un narcotraficante para comenzar a traficar droga hacia Buenos Aires y así poder costear su viaje lo antes posible. De esta manera, la historia pone de manifiesto cómo frente a la desesperación, la protagonista se ve obligada a cruzar el límite de la ilegalidad, exponiéndose a los peligros que trae aparejados el negocio de las drogas y que en el transcurso de la película debe afrontar.
El director pretende en todo momento mostrar a una madre valiente, luchadora, que hace lo imposible por el bien de su hija. Una madre que, a pesar de no contar con los recursos suficientes, como así tampoco con la compañía del padre de su nena, se las arregla para afrontar esta situación y salir adelante. Además, el cineasta compensa de forma equilibrada los momentos de angustia y desesperación con la belleza de lo simple, como los momentos que comparten Sara, su madre y su hija Olivia.

A pesar de que el eje central de la película es la denuncia de la grave realidad del uso de pesticidas en las áreas rurales, durante su desarrollo van surgiendo varias situaciones que Sara debe superar, dejando a la temática principal en segundo plano generando alguna que otra confusión en el espectador. Además, como consecuencia de esto, la trama se torna inverosímil. Por momentos, pareciera que nos encontramos frente a un documental y por otros momentos, frente a un drama de ficción, y esa mezcla no está bien resuelta del todo.
Por otra parte, la película nos muestra el contexto de la protagonista denunciando cuestiones tales como el narcotráfico, la violencia de género, la deficiente atención de los servicios de salud, la vulnerabilidad económica y social en los pueblos rurales, el uso de pesticidas y sus efectos, entre otros. Sin embargo, al hacerlo, se encuentra frente a la posibilidad de transformarse en una mezcolanza de buenas intenciones perdiendo su objetivo principal.
Para concluir, a pesar de que la película se desvía de su eje central, es menester darle una oportunidad para conocer más acerca de la dolorosa y triste realidad que vive la gente expuesta a los agrotóxicos y tomar conciencia de la necesidad de que se asegure uno de los derechos humanos fundamentales: el de gozar de una buena salud.