La casa del dragón – El segundo de su nombre

Se va acercando el momento en el cual, tal vez, convenga no escribir por unas semanas. Este capítulo es un relleno enorme para explicitar una o dos ideas que ya habían sido presentadas. La primera es que Visverso no puede matar un ciervo atado mientras que su hermano Daemon puede cargarse a un ejército rebelde a puro huevo. Fin de la idea. Y fin de la “gente de los cangrejos”. Buen maquillaje, duró poco.

Otra idea presente es que estamos ante una serie que es muy consciente del tiempo. Se nos remarca que han pasado entre dos y tres años, que la princesa cumplió 17, que la guerra en los peldaños lleva 2 y un largo etc. Hay dos antecedentes problemáticos en esto: el primero es el quilombo mayúsculo en el que se metió Juego de Tronos con los tiempos y las distancias, pasada la tercera temporada. El otro es la ausencia de los factores que unifican los tiempos (el cometa rojo, las grandes batallas). Nos queda claro aquí que no nos van a hacer una jugarreta a lo “The Witcher”.

Otro tema es el de las profecías y augurios. A Rhaenyra se le presenta el ciervo blanco que le es elusivo a Visverso. Elige no matarlo. No obstante, al jabalí salvaje que osó atacarla, lo vuelve bocaditos de jamón Torgelon. En el juego de definir a los personajes por lo que NO hacen, Rhaenyra no parece tener ningún tipo de atracción sexual por Ser Criston Cole. Teniendo ahora libertad para casarse con quien quiera, ¿ya adivinaron dónde va a ir?

El pase de Otto al lado oscuro de la fuerza es frenético. Ahora operando para que su nieto Aegon llegue al trono de hierro. Todo el mundo quiere algo de Visverso. Todos los consejos esconden intereses. El rey Targaryen es la imagen palpable de la soledad del poder. De manera notable, su Consejero de Justicia, Lyonel Strong, da en el clavo con las recomendaciones. Parece servir a la corona, por sobre sus intereses personales. Veremos que ocurre con él. Bueno, en realidad yo ya sé que ocurre con él, pero está bueno poner un poco de misterio.

La premisa de La casa del dragón puede ser atractiva en papel, pero cuando se filma, aparecen los problemas. Pasados tres capítulos, se mantiene muy al frente un personaje que no terminará en ninguna remera. La otrora estructura cambiante “POV” o de punto de vista, con la cual triunfó Juego de tronos y que era heredada de Canción de hielo y fuego, aquí se ve reducida a una más convencional línea de 2 personajes (o 3) en el mismo tiempo y (casi) lugar. Están conectados. Son de la misma familia. Recordemos, al inicio de Juego de tronos, eran tantas las tramas en marcha (y la prehistoria de las mismas) que se hacía difícil seguirlas. La casa del dragón, por ahora, es una historia sencilla en este mundo que nos gusta, pero que no logra engancharnos.

Curiosamente, es El señor de los Anillos: Los anillos de poder, la serie que replica la estructura de Juego de tronos. Pero ese es otro tema y otra nota.

Sospecho que la temporada estará dividida en dos mitades, y es muy probable que a partir del capítulo 6 todo cambie para mejor. No hay pruebas, solo esperanza.

Nota Mental: nunca explicaron nada sobre Laenor Velaryon y su dragón. En un primer momento se puede pensar que es Caraxes, el bicho de Daemon. Recordemos que Corlys dice, en el segundo capítulo, que los Velaryon no son Señores de Dragones. Luego el canon (y las filtraciones a la prensa) nos dicen que el Dragón es Bruma, propiedad de su familia. En fin. No queda claro.

Posdata: ¿No era que la psoriagris era terriblemente contagiosa? ¿Qué onda Daemon que partió al medio al “Alimenta cangrejos”?