Raised by Wolves: entre Flash Gordon y Buck Rogers

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Raised by Wolves es una serie de dos temporadas, una primera de diez episodios y una segunda de ocho. La primera temporada se estrenó en septiembre de 2020 y la segunda en febrero de 2022 en la plataforma HBO Max. El creador de la historia es Aaron Guzikowski, en cuyo historial de carrera figura el libreto de Prisoners (2013), ese filme bestial dirigido por Denis Villeneuve. Entre los productores de la serie figuraba Scott Free Productions del maestro Ridley Scott, quien además dirigió los dos primeros capítulos. A pesar de la muy favorable recepción que tuvo entre la audiencia y los críticos, HBO anunció la cancelación de la serie en junio de este año. Según se rumorea, los productores están buscando una plataforma alternativa para continuar la historia.

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Raised by Wolves es una historia de ciencia ficción. En el siglo XXII, una cruenta guerra divide al mundo en dos facciones: por un lado, los ejércitos de la secta de Mitra, adoradores de un dios al que llaman Sol, y por otro, las milicias ateas. Los ateos envían dos androides llamados Madre (Amanda Collin) y Padre (Abubakar Salim) y una colección de embriones humanos a un planeta remoto, Kepler-22b, para refundar la civilización humana según los preceptos del ateísmo. De aquella colección solo sobrevive un niño, Campion (Winta McGrath). Madre, Padre y Campion llevan una vida apacible en el planeta aparentemente desolado. Sin embargo, una nave mitraísta entra en contacto con los colonos. Madre no está de acuerdo con contactar a los mitraístas. Por lo tanto, decide atacarlos y raptar a un grupo de niños para criarlos como nuevos miembros de la familia. Las cosas, por supuesto, no serán tan sencillas. Los niños se resisten a abandonar sus creencias. Además, los sobrevivientes del ataque de Madre se reorganizan y planean atacar la colonia atea.

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De este modo, la paz bucólica de la colonia atea se ha acabado para siempre: el conflicto de la Tierra se traslada ahora a Kepler-22b. Con estos elementos alcanza para contar una historia decente, ¿no es verdad? Sin embargo, si hay algo por lo que Raised by Wolves sobresale, es precisamente en su capricho narrativo: la absoluta libertad que se toma para enmarañar el relato con subtramas cada vez más raras y retorcidas. Así, aparecen personajes como Marcus/Caleb (Travis Fimmel) y Sue/Mary (Niamh Algar) que cambian de identidad y de partido (e incluso se enemistan entre sí) una buena cantidad de veces. Así también, dentro de cada grupo, se tejen incesantes alianzas y traiciones. Todos estos elementos disruptivos conducen la historia de Raised by Wolves por caminos inesperados, tortuosos, cada vez más increíbles, pero no por eso menos entretenidos.

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La razón de este juego subyace en las líneas estéticas de la serie. En efecto, el escenario extraño de la historia —la serie se filmó en regiones aledañas a Ciudad del Cabo en Sudáfrica—, el vestuario —que evoca las inolvidables portadas de la revista Amazing Stories—, el aura retro de la tecnología del siglo XXII, el carácter por demás temerario de los personajes y el comportamiento robótico y abrumadoramente inteligente —pero a la vez disparatado— de Madre y Padre, constituyen notas que rinden homenaje a la época dorada de la ciencia ficción y a seriales como Flash Gordon o Buck Rogers en el siglo XXV. En estas historias todo era posible: el universo era todavía un terreno de aventuras ilimitadas.

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Raised by Wolves es una de las pocas series a las que le he permitido que me empujara con tanta insistencia más allá del límite de lo verosímil. Me enojaba un poco, pero terminaba dándole el gusto. Porque, después de todo, tras cada episodio acababa siempre con un embriagante burbujeo en las neuronas: no existe mejor viaje que el desparpajo de la vieja y querida estética pulp. Mientras tanto, rezo a Sol cada mañana para que la serie resucite pronto.