Manuscritos de Tython, reflexiones sobre Star Wars IX: Diez años en el desierto

Luego del estreno y de haber visto la primera mitad de la serie sobre Obi Wan Kenobi (Deborah Chow, 2022), puedo afirmar que definitivamente no es un material hecho para gente no conocedora de la saga. Para poder comprenderla en su totalidad debe tenerse un conocimiento vasto de la trama principal, ya que se desarrolla a lo largo de la frágil línea que comprenden los eventos y los diálogos del film Star Wars: A New Hope (George Lucas, 1977). Hay varios momentos cruciales en estos tres episodios que marcan la profundidad con la que se abordan los personajes clásicos:

  1. Cuando Owen Lars increpa a Obi Wan que intenta convencerlo de que el pequeño Luke debe ser entrenado, y este le responde si lo hará de la misma forma en la que lo hizo con su padre, remite al espectador al fracaso en el adiestramiento de Anakin Skywalker antes de caer en el Lado Oscuro y marca el resentimiento que se percibe en Owen cuando Luke le pregunta sobre el paradero del viejo Jedi en A New Hope.
  2. Momentos más tarde cuando Owen es abordado por la Inquisidora y amenazado de muerte si no se presenta el Jedi escondido en ese pueblo, una vez retirados los Inquisidores. Kenobi le agradece que no lo haya delatado y el tío de Luke le responde que no lo hizo por él, en una clara referencia a que arriesgó su vida por Luke, pero en realidad se trata de un revelador narrativo sin el cual jamás podrían desencadenarse los eventos vistos en el film de 1977.
  3. Otro instante para tomar en cuenta es cuando Bail Organa habla con la pequeña Leia y ella le afirma que no quiere ser Senadora y él le responde con una frase que, habiendo visto A New Hope, completa toda esta secuencia de manera trágica. Un día el destino del planeta Alderaan dependerá de ella.
  4. También es muy importante el diálogo entre Bail y Obi Wan luego de que Leia fuese secuestrada. El gobernador de Alderaan le proporciona el motivo necesario para que el Jedi comience su camino hacia la redención; no pudo salvar a Anakin, pero puede salvar a su hija.
  5. La revelación de que Anakin está vivo tampoco puede dejarse de lado. Al final de Star Wars: Revenge of the Sith (George Lucas, 2005), Kenobi deja a su discípulo a punto de morir en el planeta Mustafar, sabe que ha cambiado su nombre original por el de Darth Vader porque lo ha visto en la proyección holográfica del templo; es de suponer que lo haya dado por muerto y que al encontrarse aislado en Tatooine no se enterase de que el Lord Oscuro aún vive.
  6. De los intentos de Obi Wan por comunicarse a través de La Fuerza con su antiguo maestro Qui-Gon Jinn; el regreso de Darth Vader; la necesidad de Leia de conocer sus verdaderos orígenes y el enfrentamiento entre el Jedi y el Sith me referiré más adelante.

Por todo lo expresado queda bastante claro que cualquier espectador novato, que no tenga en su haber al menos las seis primeras películas, por no hablar de las series Star Wars: Clone Wars (varios directores, 2008/2020) ni Star Wars: Rebels (Filoni; Kinberg; Beck, 2014/2018), y otro tanto de material bibliográfico, quedará sin comprender en profundidad qué se nos está narrando en este material.

A mi criterio, al menos en lo presentado hasta el momento, la serie se soporta en cuatro personajes principales. Trataré de explicar cómo se desarrolla cada uno de ellos.

Obi Wan Kenobi

Antiguo Caballero Jedi, a criterio de muchos seguidores de la saga, uno de los mejores; es el que nos introduce en toda la mitología Jedi con sus enseñanzas en el film A New Hope, también se informa al espectador que ha cambiado su nombre al de Ben, que vive como un ermitaño desde hace muchos años y que tiene la intención de entrenar en los caminos de La Fuerza al joven granjero, Luke Skywalker; finalmente se sacrifica a manos de su antiguo padawan, Darth Vader, para que su nuevo discípulo pueda continuar con el camino del héroe. En las películas posteriores, Star Wars: The Empire Strikes Back (Irvin Kershner, 1980) y Star Wars: Return of the Jedi (Richard Marquand, 1983), Obi Wan se manifiesta en varias oportunidades como lo que comúnmente se conoce por fantasma de La Fuerza, y realiza algunas revelaciones que influirán en la vida de Luke. Pero esta habilidad, que en un principio todos los seguidores de este maravilloso universo tomamos como algo natural, fue en realidad una misión que le dio el maestro Yoda antes de separarse al final de Revenge of the Sith. El anciano le dice a Obi Wan que mientras esté recluido en el planeta Tatooine debe aprender a comunicarse con Qui-Gon Jinn, su antiguo maestro, que ha regresado como manifestación de La Fuerza y ha descubierto el secreto de la inmortalidad. Esta secuencia puede olvidarse fácilmente, puesto que queda relegada a un segundo plano en el film, dado que la tensión de la escena está enfocada en la separación de los gemelos, Leia que es llevada a Alderaan por Bail Organa y Luke que será llevado con sus tíos a Tatooine por Obi Wan, con la secreta esperanza de poder entrenarlo en los caminos de La Fuerza cuando sea mayor. La misión propuesta por Yoda queda mucho más clara en las adaptaciones a novela, a cargo de Matthew Stover y a cómic, con guion de Miles Lane y dibujos de Doug Wheatley, ambos también del año 2005.

El punto de ataque de la serie es diez años después de este momento, cuando podemos apreciar el fracaso de Obi Wan, tanto en querer entrenar a Luke, puesto que su tío Owen se opone rotundamente, como en comunicarse con su viejo maestro Qui-Gon Jinn. El otrora intrépido Jedi vive en el completo anonimato, trabajando como empleado en una especie de matadero y habitando una mísera cueva. ¿Qué le pasó al personaje en todo este tiempo? Para comprender qué es lo que ocurre, debemos volver a los últimos momentos de Revenge of the Sith, cuando el Emperador Palpatine ejecuta la Orden 66, instrucción secreta introducida en la conciencia de los clones por medio de un chip que los obliga a matar a los Jedi, comenzando de esta forma la Gran Purga Jedi. Esta persecución y exterminio de los Caballeros de la Luz está poco contemplada en el material audiovisual, pudiéndose percibir en la serie Rebels, donde aparecen unos esbirros del Lado Oscuro, ayudantes de Darth Vader, conocidos como los Inquisidores; pero que sí ha sido desarrollada en gran cantidad de cómics y novelas, donde podemos apreciar que los Jedi para ocultarse de sus perseguidores pueden desconectarse de La Fuerza a voluntad, pero un alejamiento prolongado de esta Entidad suele tener consecuencias desagradables; un Jedi que decide volver a utilizar La Fuerza sufre grandes dolores y debe aprender nuevamente cómo realizar esta conexión. La Fuerza no puede prenderse y apagarse como si fuese un electrodoméstico.

Obi Wan ha borrado su verdadera identidad, en un intento por ocultarse del radar imperial ha cambiado su nombre al de Ben y, en la novela de John Jackson Miller, se deja bien claro que Kenobi es un apellido bastante común, incluso para un planeta tan alejado como Tatooine. A la negativa rotunda de entrenar a Luke por parte de su tío Owen Lars, hay que sumar el alejamiento voluntario de La Fuerza; diez años no son pocos, por lo que el antiguo Jedi se encuentra completamente desmotivado y desmoralizado. En los tres capítulos iniciales, Obi Wan solo tendrá contacto con La Fuerza en dos oportunidades: cuando Leia se encuentra en peligro de muerte, con un gran costo para su integridad física y casi al borde del colapso; y cuando Darth Vader llega a Mapuzo, el planeta donde se está escondiendo junto con la niña. En ese momento Kenobi siente un golpe de La Fuerza que lo desorienta y lo deja casi sin respiración, un aviso de que quien fuera su aprendiz ha arribado; es una demostración de que la Entidad nunca abandona del todo a sus usuarios; un Jedi puede ignorarla a voluntad, pero en determinados momentos Ella pueda manifestarse de improviso, aunque sin control alguno por parte de quien la posee.

La serie aborda el personaje en este preciso momento de su vida para narrar una historia de resurgimiento. Obi Wan es la personificación del ave fénix, aquel pájaro mitológico que cada quinientos años se consume dentro de un gran fuego para resurgir más fuerte y sabio de sus propias cenizas. De la misma forma, los eventos que se desencadenan en los primeros episodios son la desintegración definitiva del Jedi, la consumición hasta la última ceniza para mostrar un renacimiento que lo llevará a ser nuevamente quien debe ser.

Hay que destacar la enorme actuación de Ewan McGregor, retomando el papel que tuvo en los episodios I, II y III de esta maravillosa saga, construyendo un personaje que es diametralmente opuesto al que tuviese que encarnar en aquellos filmes y llevando la desesperanza a niveles más que creíbles.

Leia Organa

Se presenta una niña de diez años, interpretada de forma magistral por Vivien Lyra Blair. Debo hacer énfasis en la increíble actuación de esta pequeña actriz, que copia muchos gestos de Carrie Fisher, quien encarnase originalmente al personaje. Nadie puede negar que se trata de la misma Leia aunque nueve años más joven a su aparición en Una nueva esperanza.

La pequeña princesa demuestra ser muy madura para su edad en algunos aspectos, como las relaciones interpersonales o la toma de ciertas decisiones cuando se necesita una rápida reacción para resolver una situación, pero muy infantil e imprudente en los momentos en los que debería comportarse como le indican los adultos. Este último comportamiento la lleve a ser secuestrada por los ayudantes de los inquisidores para obligar a Obi Wan a salir de su escondite y la pone en peligro en varias oportunidades. Esta dinámica de enfrentamiento entre el personaje adulto y la niña aporta cierta comicidad a un argumento por demás dramático y por momentos lo transforma en una brillante historia del tipo de las buddy movies de los años 80. El personaje además presenta una segunda línea de conflicto muy importante, necesita saber cuáles son sus verdaderos orígenes, algo que no se le revelará hasta su vida adulta en Return of the Jedi.

Reva

También conocida como La Tercera Hermana, esta Inquisidora es interpretada por Moses Ingram. Su buena actuación es eclipsada por los dos anteriores, que se llevan puesta la serie al hombro.

Muchos se quejan de que este personaje se encuentra poco definido y que no era realmente necesario para el avance de la trama. Lo que ocurre en verdad es que no existe ninguna información sobre ella en materiales anteriores y todo lo que podemos saber sobre Reva lo estamos descubriendo a medida que se desarrollan los capítulos. La sutileza con la que es tratado este personaje demuestra que el equipo de guionistas entiende bien el oficio; hasta el momento en que termina el tercer episodio, solo podemos hacer suposiciones acerca de quién es y las motivaciones que tiene esta Inquisidora. Este tipo de ejercicio intelectual hace tiempo que ha dejado de hacerse, vivimos en una época en que todo debe darse procesado y queda poco y nada librado a la imaginación de los espectadores. Pero si prestamos un poco de atención, los reveladores de información están presentes. En todo momento se hace referencia a que le deben algo, a que ella debe obtener aquello que le fue arrebatado, pero ¿de qué se trata? Tanto por la serie Rebels como por diverso material bibliográfico, sabemos que los Inquisidores son antiguos Jedi que abandonaron la orden y se pasaron al Lado Oscuro como única manera de sobrevivir a la Gran Purga. En el tercer episodio, Reva encuentra el símbolo Jedi tallado a mano en una pared de madera; eso nos remite al primer capítulo en cuyo comienzo puede verse un grupo de pequeños padawans que tratan de escapar de la Purga, uno de ellos es Reva de niña, quien además pregunta qué deben hacer luego de que su maestra fuese ejecutada por los clones que se han vuelto en su contra, a lo que uno de sus compañeros le responde que deben continuar huyendo. Una vez mayor, la Inquisidora demuestra, por medio de sus actitudes, tener una deuda pendiente con Obi Wan, por lo que pueden suponerse dos posibilidades: la primera es que esa niña se ha sentido traicionada por el Jedi con quien pudo haberse encontrado y este no la ayudó a escapar debido a su misión de salvar a Luke; y la segunda, que Kenobi, al ser uno de los mejores maestros, represente el símbolo máximo de aquellos que la abandonaron, y por eso quiere destruirlo; lo cierto es que Reva debió sucumbir al Lado Oscuro para sobrevivir, sometiéndose voluntariamente a un nivel cercano a la esclavitud.

Darth Vader

El Lord Oscuro del Sith no necesita presentación. Interpretado de nuevo por Hayden Christensen y con la inigualable voz de James Earl Jones, ha sido el personaje más esperado por todos. Su presentación es realizada de manera magistral en dos partes: la primera al final del capítulo dos, cuando Obi Wan se entera de que Anakin Skywalker, la anterior identidad del Sith, continúa vivo como el ser despiadado más máquina que humano en que se ha convertido; aparece dentro del tanque de bacta, solución semigelatinosa que sirve para curar todo tipo de dolencias; la segunda, sin solución de continuidad, al comienzo del tercer episodio, por medio de un montaje alterno donde se ve cómo unas máquinas le agregan sus partes mecánicas al ser retirado del tanque de bacta, mientras un atormentado Obi Wan intenta comunicarse sin éxito con su antiguo maestro Qui-Gon, y vienen a su memoria la voz de Anakin en sus últimas discusiones al final de Revenge of the Sith y la de Reva, en el episodio anterior, anunciándole que su exaprendiz aún vive. La siguiente acción del Lord Oscuro es un diálogo con la Inquisidora, dándole la misión de encontrar a su viejo maestro, y la trata de Tercera Hermana, demostrando que no le importa la identidad de quién está hablando con él. Para Vader las demás personas son apenas vehículos para alcanzar sus objetivos. Es un Vader muy parecido al que podemos apreciar en The Empire Strikes Back, donde sus amenazas no son en vano y la vida y la muerte de sus subordinados son apenas obstáculos que debe sortear. Su segunda aparición es en el planeta Mapuzo, donde comienza a matar a los habitantes del poblado para obligar a su exmaestro a salir de su escondite. Este Vader es más parecido al caprichoso e inmaduro que podemos apreciar en Revenge of the Sith, cegado por el odio que solo busca la destrucción de su objetivo. A esta secuencia le sigue la del enfrentamiento, en la que el Lord Oscuro le deja muy en claro la responsabilidad que tuvo Obi Wan en la conversión final a ese ser monstruoso y durante el cual se produce una especie de juego del gato y el ratón entre ambos personajes en el que finalmente Vader logra dominar de forma muy cruel, aplicando la famosa ley del talión, ojo por ojo diente por diente, a un Obi Wan que sigue sin poder usar La Fuerza y solo depende de sus habilidades físicas. En este instante ocurre un nuevo cambio en la personalidad de Vader, que no se condice con todo lo que se ha visto hasta el momento, si tomamos en cuenta que durante final de Revenge of the Sith, Anakin, mutilado y quemado por el suelo ardiente del planeta Mustafar, aún quiere atacar a su maestro arrastrándose con sus últimas fuerzas; y si esta faceta empata con toda esta secuencia, no logro explicarme por qué Darth Vader permite, con todo su odio a flor de piel, que una simple humana y un droide de carga, extremadamente lento, le arrebaten a Obi Wan de las manos. Si bien es cierto que se hacía necesario que Obi Wan logre escapar de esta situación y que este enfrentamiento es un preludio a otro mucho más importante y durante el que el Jedi debe vencer una vez más por dos motivos: el primero es que tiene que volver a estar en comunión con La Fuerza para poder comenzar el entrenamiento de Luke Skywalker; y el segundo para que cobren sentido las famosas palabras de Darth Vader en A New Hope: “El círculo se ha cerrado, cuando te dejé era solo el aprendiz, ahora soy el maestro”;sigue sin explicarse el motivo por el cual el Lord Oscuro permite la huida de su exmaestro y, al ser un evento de tanta relevancia para el desarrollo de la trama de los eventos futuros, no puede dejarse a la libre imaginación del espectador. Dada esta última exposición y la sutileza y el cuidado con la que se tratan los eventos de la serie, tengo la esperanza de que se explique de forma coherente este cambio de motivación rotundo en el Lord Oscuro.

Conclusión

Estos diez años cronológicos pasados entre Star Wars: Revenge of the Sith y la serie Obi Wan Kenobi presentan una gama de personajes interesantes, bien construidos y con motivaciones sólidas, a pesar de algún que otro fallo, que llevan adelante una trama atrapante y emocionante. Los cuatro arquetipos narrativos conducen la acción de manera coherente y al final de cada episodio el espectador queda con ganas de ver más. Pero, por todo lo expresado anteriormente, es un material realizado de forma íntegra para quienes somos seguidores de este universo desde hace mucho, mucho tiempo.