Cry Macho: la balada del último macho

Pensar que los machos no lloran es lo mismo que pensar que la última película del gran Clint Eastwood está buena. Ni siquiera los colores oscuros de la película en unos hermosos paisajes texanos la rescatan un poco del ostracismo, entonces habrá que preguntarse: ¿si esos colores oscuros simbolizan el final del viaje, o la última balada de Clint?

Cry Macho es un drama familiar norteamericano dirigido y protagonizado por Clint Eastwood. Rafa (Eduardo Minett) parece ser el rehén de un conflicto de padres por intereses compartidos. En este caso: bienes raíces. El padre de Rafa, Howard Polk (Dwight Yoakam), quiere recuperar el dinero de una casa y también a su hijo que vive del otro lado de la frontera, en México.

Por eso el magnate Polk, que posee mucha plata como para tener gente a su disposición y pedirles lo que quiera, recurre a Mike (Clint Eastwood), un exempleado que le debe mucho, sobre todo porque lo ayudó a superar la pérdida de su esposa y su hijo dándole un laburo. (Cómo si los favores se midieran o pagaran). Mike es un cowboy octogenario. Una celebridad retirada de las pistas de la doma de caballos salvajes, que hasta incluso arrastra los pies para caminar, pero que acepta pagar el favor y va a México a recuperarle el nene a Polk.

El viaje no será nada fácil porque el primer obstáculo que tendrán es la madre de Rafa. Una mujer bella, con un traje rojo, y dos matones a su espalda que acatan órdenes en una enorme casa, propios de una serie de narcos. Hasta ahí todo bien, pero lo que hace ruido es que para que no se lleve a su hijo, la mujer invita a Clint a resolverlo de sábanas adentro, pero como Clint es todo un caballero rechaza automáticamente la oferta. Y buscará conseguir el objetivo por otro lado.

Finalmente, Mike pega onda con Rafa y con el gallo que Rafa lleva (Macho). Unos tacos mexicanos bastan para lograr convencerlo de ir al estado de Texas para ver a su padre y ahí se empieza a dar una suerte de intercambio cultural entre Rafa y Mike.

Algunas desventuras que pasarán en el viaje de regreso como Rafa que hace de traductor entre los pueblerinos mexicanos y el norteamericano, o el amor en la tercera edad, cuando Clint conoce a Marta (Natalia Traven), una señora viuda que les da hospedaje y les cocina cosas ricas, son algunas perlas de las casi dos horas que dura el film.

El título de la película es un juego de palabras. Primero por el nombre del gallo, que es rescatado cuando estaba enfermo por Rafa y lo prepara para las riñas de gallo, algo muy común en el territorio mexicano. Rafa define a Macho como un campeón y, del mismo modo, al igual que Macho, Rafa y Mike son dos campeones, que la tuvieron que pelear cuando se pusieron las cosas difíciles, y secaron bastantes lágrimas de sus ojos para encontrar la felicidad en el final del recorrido.

Cry Macho es una película que no aburre pero tampoco atrapa o entretiene. Hablando mal y pronto (?) no deja nada más que un Clint Eastwood que cinematográficamente sigue vigente por su calidad actoral pero que parece gritarnos en la cara que llegó el final de su viaje. Ya no es ese señor soltero, paternalista, que educa y enseña, ahora encontró en Marta la felicidad para su última balada.