A puertas cerradas: hace falta un adulto

Hablar de Costa-Gavras, seudónimo con el que se conoce al realizador greco-francés Konstantinos Gavras, es hablar fundamentalmente de cine político. Fue muy conocido en Argentina, sobre todo en la década del 70 por varias películas que reflejaban realidades políticas de la época. Las más destacadas fueron Z, de 1969, protagonizado por Yves Montand y Jean-Louis Trintignant; La confesión (L’aveu, 1970), con guion del célebre escritor español Jorge Semprún, también protagonizado por Yves Montand, acompañado por la gran Simone Signoret; Estado de sitio (État de siège, 1972), otro protagónico más de Yves Montand, y Desaparecido (Missing, 1982). Desde 1965 hasta ahora, Costa-Gavras ha dirigido más de una veintena de films, ha cosechado varios premios en festivales y, sobre todo, un reconocimiento como realizador que puso en la escena pública situaciones contemporáneas de represión e injusticia.
A puertas cerradas (Adults in the Room) es su última realización. Se terminó en 2019 pero las conocidas razones sanitarias explican que se estrene recién ahora en nuestro país. El tema que lo ocupa esta vez es la crisis de la deuda soberana de Grecia, que se puso en evidencia hacia 2010, cuando la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (la Troika) respondieron a la crisis con el lanzamiento de un préstamo de rescate para evitar que Grecia cayera en default. Las recetas conocidas se impusieron: recorte de gastos, privatizaciones, ventas de activos (llámese “joyas de la abuela”), recorte de jubilaciones y pensiones. Nada que ninguna argentina o argentino ignore. Para esa época Italia, Portugal y España transitaban momentos económico-financieros que también complicaban el cumplimiento de sus compromisos. El peligro de una debacle de los bancos europeos estaba a la vuelta de la esquina. Y claro está, el desastre económico agudizado por las políticas impuestas por “la Troika” desembocaron en una profunda crisis social y política, con un importante y peligroso crecimiento de grupos de ultraderecha. En las elecciones de enero de 2015 logró triunfar Syriza, partido de izquierda que se negó a negociar la deuda implementando las políticas que las potencias europeas venían imponiendo a Grecia.

A puertas cerradas relata, casi como un documental, el momento desde que el primer ministro Alexis Tsipras se hace cargo del gobierno griego hasta julio de ese mismo año, momento en el que Yanis Varoufakis, ministro de Finanzas y encargado de la negociación de la deuda, renuncia en disconformidad con la aceptación de nuevos planes de ajustes impuestos por Europa, sobre todo por Alemania.
La película se basa en el libro escrito por el mismo Yanis Varoufakis, quien además participó en la redacción del guion juntamente con Costa-Gavras, lo que da como resultado que el relato se construya desde el punto de vista del autor del libro y además protagonista de la acción en la realidad. La inclusión de imágenes de archivo aporta a la intención de mostrar los hechos como una realidad histórica.
Es interesante el tratamiento que la película otorga a las distintas posiciones que se van enfrentando, tanto dentro del propio gobierno griego, como entre los distintos representantes de los intereses de las potencias europeas, de sus Bancos, de sus organismos financieros regionales y de los políticos y funcionarios que intervienen, incluidos Angela Merkel y nuestra conocida y “generosa” Christine…

El original del film, Adults in the Room, lo que en castellano sería “Adultos en la sala”, alude a una reflexión que hace Christine, que en ese momento presidía las discusiones: “hace falta un adulto en esta sala”, seguramente refiriéndose al bajo nivel de los razonamientos.
Tema interesante y actual, sobre todo en estos momentos. Quizás los diálogos son extensos y las discusiones giran siempre sobre un mismo punto, sin flexibilidad de las partes, pero tal vez, eso mismo es lo que quiso mostrar la película.
Otra muy buena película de este longevo y prolífico director.