His House: una casa sólida

Estrenada en octubre del 2020, His House fue el debut en la dirección de un largometraje para Remi Weekes. Un film de horror con una atmósfera densa que se convirtió en una de las producciones originales de Netflix más interesantes, asustando a más de uno y tocando cuestiones sociales sin ponerse moralista.

Bol (Sope Dirisu) y Rial (Wunmi Mosaku) Majur son una pareja de refugiados de Sudán que llegan al Reino Unido para empezar una nueva vida. Dejando atrás su país en pleno conflicto bélico, cruzan un mar embravecido en medio de la noche, el cual provoca la muerte de varios miembros del grupo con el que viajan. Las autoridades inglesas, luego de hacerlos pasar por un centro de refugiados, ubican a marido y mujer en una casa en un barrio de la periferia. El lugar es gris y frío, pero no solo deberán lidiar con reformas estructurales y vecinos un tanto hostiles, sino que, de alguna manera, la casa es morada de alguien más.

El subgénero casa embrujada toma en este film una dimensión que tiene sus raíces en el conflicto social de la inmigración. Al mismo tiempo se combina con el destierro y la pobreza, generando de entrada un fuerte dispositivo de desolación que estará presente en toda la historia. En esta línea la casa, que en un principio podrá parecer una amenaza directa, se transformará en un catalizador para que los protagonistas enfrenten situaciones del pasado y del presente.

El miedo se hace tangible con una puesta en escena que no se adorna con efectos o jumpscares, sino que trabaja el espacio como un lugar gélido y estropeado tanto por el paso del tiempo como por la desidia. El ambiente, enrarecido y cada vez más hostil, no será solo entre las cuatro paredes que habitan Bol y Rial, sino que se extenderá tanto al barrio como a la ciudad. La combinación de horror con el conflicto social de los inmigrantes es sutil, sin diálogos obvios ni dramas vociferados, que da como resultado una línea clara dentro del género de terror.

Todo esto va acompañado de un guion que dosifica la información con el control que el suspenso necesita, sin rellenar con conversaciones innecesarias y estableciendo un arco dramático en donde la economía de diálogos termina siendo una característica que se agradece. Los personajes no hablan por hablar, y los silencios y las acciones terminan siendo momentos fuertes en el avance de la película.

Parece que His House ha quedado un tanto relegada en el catálogo de la gran N y no ha tenido la “viralización” que sí han logrado otras producciones. Su terror social sin bajada de línea básica y panfletaria la emparenta de cerca a lo que viene haciendo Jordan Peele, en donde el contexto en el que se emplazan sus historias nunca es un detalle menor. Un debut más que sólido para Remi Weekes, un director al que esperamos ver en el género con más películas de este tipo.