Los invisibles 10: Plot devices y más yerbas

Bueno, retomando la columna anterior, luego de hablar del McGuffin me empezó a rondar por la cabeza el plot device. Muchxs de lxs que saben (no yo) consideran al McGuffin y al deus ex machina como plot devices, y muchxs otrxs no. Quien tiene razón no es algo que yo vaya a clarificar, pero, como siempre digo, hay cosas en el mundo del guion que no son universales. Más allá de estas desavenencias, voy a intentar explicar qué es el plot device.

Cuando hablamos de plot devices, nos referimos a una herramienta o técnica de narración que se utiliza para impulsar una narrativa. Suena parecido al McGuffin, ¿no? Ya iré a eso. A veces se habla negativamente del plot device porque muchxs la consideran una herramienta para guionistas vagxs, cosa que como en todo en la vida, en algunxs casos es real porque se cae en clichés, pero en otros no. Un plot device bien escrito y utilizado puede ser muy satisfactorio tanto para la trama como para un espectador. Por otro lado, mal utilizado, como un giro totalmente aleatorio y conveniente, es una muestra de mala escritura. Un plot device no tiene por qué ser complejo o rebuscado, solamente debe tener una función que potencie la narración.

Hay infinidad de plot devices, pero uno de los más comunes el llamado “pista falsa”. A diferencia del McGuffin, esta si tiene incidencia directa en la trama. Es un punto que parece ser crucial pero que luego demuestra ser una distracción de lo que realmente es importante. Se la conoce con otros nombres como cortina de humo o red herring si quieren ser cool y pronunciar en inglés. Algunos ejemplos tenemos en 12 monos (1995, Terry Gilliam) o Saw (2004, James Wan), pero el más significativo y claro está en Sexto sentido (1999, M. Night Shyamalan) cuando centramos la atención en el chico toda la película hasta el giro final.

Otro que podemos nombrar es el plot voucher, aunque algunxs lo nombran “vale de parcela” o “pistola de Chéjov”. ¿Qué decía este ruso loco? Se refiere a un personaje u objeto que se presenta al inicio de una historia y más al final se vuelve crítico. En palabras del ruso “si mostrás una pistola, después hay que usarla”. Puede funcionar como un presagio en los films, de hecho, tenemos miles de ejemplos como cuando a algún personaje le regalan un medallón y al final luego de un disparo ese medallón paró la bala. O como en El Señor de los Anillos (2001, Peter Jackson) cuando Bilbo regala una cota de mithril que luego salvará a Frodo. Otro ejemplo tenemos en El quinto elemento (1997, Luc Besson) donde el personaje de Chris Tucker desde el inicio remarca que quiere dejar de fumar pero que hacia el final el fuego será clave para llegar al desenlace del artefacto.

Cliffhanger es un plot device que toma mucha más trascendencia por la utilización en series. Al no resolver un final, el autor puede dejarla picando para que lxs espectadores queden con las ganas de saber qué es lo que va a ocurrir. Lo vemos en las dos primeras de Volver al Futuro (Robert Zemeckis).

Estos son los plot devices más conocidos, y los que más valen la pena remarcar. Pero existen un montón, y que el nombre mismo nos guía sobre qué tratan. Por ejemplo: triángulo amoroso, de misión u objeto, falsa muerte, trampas mortales, falso final, de carrera contra el tiempo. Quizás lo que más haya que remarcar es no utilizar este recurso de manera errónea. Porque simplemente se puede caer en el cliché o en el forzamiento de la trama volviendo todo muy rebuscado y con millones de agujeros de guion. El último plot device que recuerde malo y forzado lo encuentro en Star Wars: El ascenso de Skywalker (2019, J.J. Abrams) cuando tenemos varixs personajes que quieren llegar del punto A al punto B, y no saben cómo llegar hasta que se mencionan y aparecen mágicamente los Siths wayfinder, objetos ocultos por toda la galaxia que señalarán el destino. Claro que la maquinaria Disney y LucasFilms no lo dejarán tan al azar y los justificarán un año más tarde en los cómics de Darth Vader para salvarle las papas a J.J. Abrams.

Pero bueno, siguiendo con el tema y tocando lo dicho más arriba sobre el peligro de que un plot device se convierta en un cliché, los casos más recurrentes pueden ser: todo era un sueño, era mi gemelo (The Prestige, de Christopher Nolan es un ejemplo, pero positivo, donde se utiliza muy bien), el villano no está muerto, máquina del tiempo, sociedades secretas. En fin, plot devices puede haber tantos como uno imagine, pero siempre recordando, usarlo concienzudamente para no caer en lo trillado.

Por eso, los plot devices se usan para mejorar la historia principal; no son herramientas para tapar agujeros de la trama o de personajes bidimensionales, se deben mantener orgánicos a la narrativa.

Y para cerrar, como bonus track dejo dos conceptos no muy utilizados, ya que son de los más básicos y probablemente herramientas de vagxs. Plot armor es cuando llenamos a un personaje de beneficios que le permiten superar los objetivos que se presentan. Lo vemos mucho en los superhéroes como Batman, Superman o el mismo Goku (le gana a cualquiera de DC y Marvel y le discuto a cualquiera). Luego tenemos el ass pull, que es un fenómeno narrativo en el cual a un determinado personaje se le otorga una nueva habilidad o poder que nunca se mencionó o del que nadie sabía nada. Este último, muy común en el mundo de los cómics, manga, mangua y los animé.

Veremos con qué sigue la columna. Quizá llegó la hora de hablar de formato.