Los invisibles #7: escaleta y tratamiento

Se terminó un año, para muchxs, nefasto, pero sin dudas inolvidable. Vamos a hablar de dos términos que muchas personas confunden: la escaleta y el tratamiento. Puede sonar complicado como muchas cosas que no siguen un canon riguroso y universal en el mundo del guion, pero son herramientas que ayudan a profundizar aún más en las historias, sus tramas, sus personajes, porque para describir, primero hay que entender.

La escaleta

Para arrancar, la escaleta (step outline, en inglés) es una herramienta de trabajo para el/la guionista. Es un índice que muestra la historia en su conjunto, especificando cada escena con su encabezado correspondiente, marcando el tiempo y el espacio. En sí, es el esqueleto del guion, al cual le pondremos la carne para fortificarlo y mejorarlo. Es una estructura, un mapa, una guía, y cuántos sustantivos similares se les ocurran.

Como dije, definimos los encabezados escena por escena, con sus locaciones y su tiempo (día, noche, atardecer, amanecer) y hacemos una breve descripción de qué sucede en cada escena. Sin diálogos, a menos que sea una frase fundamental en la resolución del conflicto o la progresión dramática de la historia.

Con esta herramienta, vemos de forma general la composición de los actos, los puntos de giro, el detonante, el clímax. Nos organiza. Y al tener esta estructura, podemos darnos cuenta de qué escena funciona mejor en el momento justo. Por ejemplo, en lo que es televisión, se evita poner cinco escenas seguidas del mismo personaje (por lo general), para no generar tedio. Por eso, al tener más personajes y líneas narrativas que un film, van a otros personajes, a una trama secundaria. Muchxs guionistas, antes de pasar la escaleta a un medio digital, lo hacen en tarjetas de colores, en una pizarra, en un tablero, con distintos colores para los personajes y los distintos conflictos. Esto sirve para ver el ritmo de la historia y también, como dije antes, para suprimir, añadir o cambiar escenas.

Para hacer una escaleta, primero hay que juntar toda la información que desarrollamos en la sinopsis, en el argumento, y toda aquella que nos vaya surgiendo para hacer un esquema e ir paso a paso. Sabiendo la progresión dramática, no es necesario pensar en las escenas aún. Sigue enumerar, un sistema de pasos, causas y efectos de las acciones (a este sistema se lo llama beat sheet, que le dedicaré otra columna en estos días), y con todo esto listo, podemos armar las escenas con un panorama mucho más amplio. Porque tener una idea genial con un logline, storyline y sinopsis maravillosos no significa que ya tengamos la película. Son solo los primeros pasos, sin desarrollar esto, podemos caernos en el minuto 40 porque no sabemos llegar al final que imaginamos. O no. Cada locx con su talento.

Dos ejemplos para entender un poco más: El Halcón Maltés (1941, Dir: John Huston) & Ladrón de Bicicletas (1948, Dir: Vittorio De Sicca),

El tratamiento

Acá viene la confusión para muchxs. Aunque hay quienes dicen que “los tratamientos nadie los lee”, pero eso no significa que no haya que saber hacerlo.

Técnicamente es la narración en prosa de la historia contada al completo, con todos los detalles (siempre en presente y sin diálogos, aunque como dije antes, puede haber excepciones dependiendo de la frase o línea de diálogo). Cada párrafo equivale a una secuencia, y según los que saben, la extensión del tratamiento equivale a un tercio del guion final. Es decir, si tenemos un guion de 120 páginas, el tratamiento debe ser de entre 30 y 40 páginas.

Un tratamiento sirve para dos cosas: 1) para desarrollar la historia porque amplía la sinopsis, el argumento y la escaleta, te obliga a pensar la historia de nuevo; 2) para vender porque resulta más fácil de leer por su carácter literario. Lxs productorxs lo prefieren antes que la escaleta, por más que la escaleta parezca más fiable y fiel a como termine el guion.

No hay una única forma de hacer un tratamiento. Depende de cada guionista, cómo le pueda resultar más cómodo. Si bien el más reconocido es el estilo de prosa, también hay tratamientos que se dividen en secciones: concepto, caracterización, tema, tono, etc. Se parece un poco a lo que hablamos en las biblias televisivas.

Aquí algunos ejemplos: Batman Year One (proyecto de las hermanas Wachowski que no prosperó) & Escape de Los ángeles (1996, Dir: John Carpenter).

Estilos híbridos

Claro que no hay ninguna autoridad suprema del mundo del guion que diga “esto se hace así, y solamente así”, de hecho, en EE. UU., muchas veces se muestra el “story outline” como un step outline (escaleta) o un tratamiento. Ni siquiera allá hay consenso sobre algunos temas. Y con esto, quiero mostrar un estilo que acá llamamos escaleta secuenciada o tratamiento secuenciado.

Y para complicar solo un poco más las cosas, James Cameron no tuvo mejor idea que hacer una fusión entre tratamiento (treatment) y guion (script) para crear lo que hoy conocemos como scriptment.

En conclusión, hasta llegar al guion, siempre serán documentos incompletos, aunque esto suene contradictorio, porque son ideas que se desarrollan mientras que otras no. Forman parte del proceso creativo.