Reseña de Control Z: secretos, fiestas y un hacker

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¿Qué pasaría si tomáramos la idea de juntar el sentido de observación, temas de sexualidad y un hacker en un solo universo? Bueno, eso mismo es lo que hace la producción mexicana creada por Carlos Quintanilla que a pesar de ser una serie no muy original, tuvo una cierta aprobación del público y, por parte de Netflix, que ya la ha renovado para otra temporada.

El argumento nos presenta a Sofía (Ana Valeria Becerril), una chica observadora y solitaria, que junto al chico nuevo del instituto Javier (Michael Ronda) tratan de desenmascarar a un hacker que amenaza con exponer los más oscuros secretos de sus compañeros.

Cuando se estrenó se comentaba mucho sobre una posible copia de la serie española Elite, en cuanto a la trama y a ciertos líneas argumentales secundarias. Bueno, digamos que sí y no a la vez. Tiene una esencia similar, ya que todo está ambientado en un instituto; donde por lo visto, no existen los exámenes; los profesores son un tanto inútiles (ni hablemos del director), y las fiestas con alcohol, sexo y drogas abundan. Por otro lado, hay factores propios de la serie que la separan de la trama de la serie española; uno de ellos es el colapso educativo ante la ignorancia o impotencia provocada por el cuerpo estudiantil y también por la presencia del hacker, elemento central de la historia.

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Uno de los puntos negativos del programa es la exploración de la sexualidad como uno de los recursos más influenciados en las series adolescentes. A simple vista se observa en cada capítulo que las personas homosexuales o transexuales son el producto de lo «raro» y «fuera de lo común» en la actualidad. Esto es bastante lamentable.

Como punto a destacar está la actuación de Zión Moreno, quien interpreta a Isabela y brinda los mejores pasajes del programa. Algo similar ocurre con la actuación de Ana Valeria Becerril como Sofía, que es quien tiene los rasgos detectivescos, y el carácter y la atención hacia los demás personajes.

En las primeras reacciones se puede presenciar el atractivo típico de las series comunes en Netflix, es bastante entretenida y va de lleno hacia el conflicto. La duración es aceptable, algo que la diferencia de Elite, que está plagada de rellenos recundarios.

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Otro de los temas, por supuesto, es la ausencia del mundo adulto ante todos estos hechos.

En definitiva, Control Z es una propuesta dentro del catálogo adulto/juvenil que trata, o intenta aboardar, la prevención del bullying y el desconocimiento de sus consecuencias; tiene una trama fluida con un par de baches que quizá puedan ser resueltos en la siguiente temporada. Es entretenida, puede ser no muy original pero si sos fanático de Elite y te interesa esa chispa de problemas o polémicas adolescentes, es una serie recomendable para agregarla a tu lista de reproducción.