Reseña: La corazonada
En los últimos tiempos el cine argentino estrenó unas cuantas películas basadas en novelas, relatos y crónicas de escritores argentinos. ¿Será que la literatura vino a cubrir el déficit de ideas originales para hacer relatos cinematográficos para nuevas películas?
En un rápido repaso de la historia del cine argentino, es fácil detectar evidencias concretas acerca de la asociación entre determinados directores y destacados representantes de la literatura nacional, por ejemplo: la de Manuel Antín con Julio Cortázar1, o la de Leopoldo Torre Nilsson con Beatriz Guido2.
En la década del 80, con el reinicio de la democracia en la Argentina, se hicieron varias películas que adaptaban novelas de destacados escritores de la época: como Osvaldo Soriano, Antonio Dal Masetto y José Pablo Feinmann, algunos de ellos no muy bien vistos por los capitostes culturales de la dictadura. Mientras, contemporáneamente, surgen nombres como los de Eduardo Sacheri, Sergio Bizzio, Martín Kohan, César Aira, Pablo Pérez, Leonardo Oyola y Florencia Etcheves, aportando su obra en favor de nuevas propuestas cinematográficas. Esta lista no agota los casos, ha sido expuesta a los fines de poder mencionar solo algunos/nas referentes de la movida.
En esta ocasión vamos a detenernos en esta última, la dama del grupo más contemporáneo. Florencia Etcheves3, creadora de la saga policial del detective Francisco Juárez, que está formada por los libros: La virgen en tus ojos, La hija del campeón y Cornelia.
Las historias de la primera y la última de estas novelas sirvieron de base para sendos filmes dirigidos por Alejandro Montiel4.
Esta reseña se propone mencionar en público, las características principales de una de las últimas producciones de Netflix, la primera en Argentina. En un contexto difícil para el cine, por el avance del coronavirus y la cuarentena, la plataforma de streaming lanzó, a nivel mundial, La corazonada. El filme basado en la novela La virgen en tus ojos, a partir de un guion escrito por la autora, Florencia Etcheves, junto con Mili Roque Pitt y el propio director, Alejandro Montiel, está protagonizado por Luisana Lopilato y Joaquín Furriel. Se trata de la precuela de la anterior película de Montiel (Perdida), también basada en una novela de Etcheves (Cornelia), en la que se muestran los primeros pasos de Manuela Pelari, Pipa (Lopilato), una policía joven que presta servicios en un área de investigación de la fuerza. Su jefe Francisco Juánez (Furriel) es un hombre dedicado íntegramente a su trabajo y soporta el peso de una trágica pérdida personal que le ha dejado una herida abierta en su corazón. Cumpliendo con su deber, ambos deberán esclarecer el perturbador y enmarañado crimen de una muchacha de tan solo 19 años, con familia influyente y una vida tumultuosa, y deberán hacerlo bajo la supervisión de un sombrío fiscal llamado Roger (Rafael Ferro) que marca y condiciona sus labores.
En Perdida ya habíamos conocido a Pipa como una investigadora policial más afianzada que, aprovechando sus conocimientos, posición y experiencia, intentaba resolver, varios años después de ocurrido el hecho, la desaparición de su mejor amiga durante un viaje al sur del país.
Pero qué puedo contarles acerca de La corazonada:
La película ha tenido tanto buenas como malas críticas, hasta ahora.
Incursiona dignamente en un género que, con sus particularidades, brilló en varios pasajes de la historia del cine argentino.5
Versiona de manera bastante atractiva una novela policial escrita por una joven escritora argentina y contemporánea, que algún osado se atrevió a poner en línea con la herencia de Agatha Christie,6 en lo que parece una exageración como expresión, pero sirve para indicar, parece con acierto, la cualidad de esta autora moderna, que ha sido capaz de escribir novelas policiales filmables.
La película tiene dos protagónicos actuados de manera solvente, aunque en el caso de Furriel, su afligido Juánez se encuentra, a mi gusto, un poco exigido de entrada, pero con el correr del filme se distiende convirtiéndose progresivamente en un personaje más “natural” y, por lo tanto, más creíble.
Está bien filmada, con una técnica eficaz y efectiva e interesantes recursos cinematográficos bien aplicados y muy logrados: cambios de foco oportunos (para cambiar la atención dentro de la escena), una buena cantidad de prolijas y bellas tomas aéreas, estéticos paneos y travelling, un buen aprovechamiento de locaciones interesantes y disponibles en el país, y actuaciones secundarias de relevante calidad, como las de Maite Lanata como Minerva del Valle y Sebastián Mogordoy en el papel del suboficial Ordoñez.
Tiene un guion con giros y contra giros, que cumple con el recurso narrativo de que al principio todos aparezcan como posibles culpables, para que al final surjan los verdaderos responsables de los crímenes ocurridos, aunque esto suceda sin demasiadas sorpresas.
Presenta rescatables momentos de tensión y suspenso, y variados conflictos que no siempre son debidamente resueltos.
Contiene además una historia de amor, subterránea y contenida, entre los protagonistas, personajes absorbidos por sus trabajos y vocaciones, que “viven” sus vidas en un ámbito corporativo del que no reniegan, e inmersos en un entorno policial/judicial sospechado de corrupción.
Por último, como ya fue dicho, tiene el extraordinario “privilegio” de ser la primera película argentina original de Netflix, esperemos que esta franquicia no se le vuelva en contra.
Todo lo demás que pueda decirse, está por verse…