Uncut Gems: dejen de tomárselo tan en serio
El último lanzamiento de nuestra querida A24 empezó a dar de qué hablar cuando se convirtió, según vox populi, en «La peli en la que Adam Sandler actúa bien». Y si bien esta aseveración es certera, Uncut Gems tiene bastantes otros tópicos importantes de los cuales hablar.
Pero ¿para qué? Si todo lo que podía decirse ya está dicho. ¿Por qué entonces vendría yo, tanto tiempo después de su estreno, a hablar sobre las maravillas de la última creación de los hermanos Safdie? Así las cosas. Esta reseña no va a habla del acertado tratamiento estético en general, ni del montaje vertiginoso y bien logrado, ni sobre el rápido ritmo del film. Esta reseña sí va a hacer una recomendación clave: si todavía no vieron Uncut Gems y planean verla, les recomiendo desde ya que primero se saquen toda expectativa de encima. Y esta es la parte donde usted, lector, levanta la vista de la página y se pregunta:
LECTOR
(Entre sorprendido e indignado)
Parame un minutito. ¿Me estás queriendo decir que la película es una garcha?
Tras la pregunta, la página de la 24 Cuadros se distorsiona, creando un torbellino hacia dentro de la pantalla. Unos brazos aparecen, empujando el vortex hacia los lados, agrandándolo. De él sale La Ciaffi.
CIAFFI
No, no. No estoy diciendo que Uncut Gems sea una garcha ni muchísimo menos. Es más, prometo que el día de hoy no vine a bardear a nadie.
Al pronunciar la última frase, Ciaffi procede a cruzar los dedos índice y medio por detrás de su espalda.
CIAFFI
(Continúa)
A lo que quiero llegar en la nota de hoy es a que todos nos demos cuenta de que la cultura del hype nos está matando la manera de ver cine.
LECTOR
(Extrañado)
Mirá, yo le estoy poniendo onda a esto. Todavía no cerré la página. Pero no entiendo a dónde estamos yendo.
CIAFFI
(Sonriendo)
Me gustó ese plural. Vení que te muestro.
El torbellino en la pantalla vuelve a aparecer y Ciaffi se mete en él mientras se despide con la mano. El lector, extrañado, suspira y retoma la lectura del artículo.
Bien. Uncut Gems no es una garcha. La película está bien. Mi problema no es con la película, sino con las reseñas de la película. Para ser más justos, con la opinión generalizada acerca de la película.
Uncut Gems no es una joya del cine independiente, es casi una parodia. Y si insisten con tomarla seriamente, con decir que los Safdie no se estaban cagando de risa mientras la escribían, entonces debo decir que la película flaquea en grandes puntos clave.
Su tratamiento estético en tonos pastel, de imagen descontrastada, con una textura que recuerda al fílmico es impecable. Un homenaje al cine de los 70. La intervención con visuales caleidoscópicas en una colonoscopía de Adam Sandler, la vuelve paródica.
Lo mismo la increíble banda sonora de sintetizadores que inunda con reminiscencias de videojuegos ochentosos. Es exquisito, pero es un chiste.
La construcción de los personajes y la manera de relacionarse entre ellos, los habituales cómics relieves colocados en momentos dramáticos, el hecho de que en dos horas y cuarto de película en realidad no pase absolutamente nada, Kevin Garnett (KEVIN GARNETT)… todo esto es una broma bien jugada. Quizás tendría que haber sido más explícito, quizás en vez de Uncut Gems la película tendría que haberse llamado algo así como «Nos deliramos 20 millones de dólares en hacer una comedia del absurdo disfrazada de thriller dramático sobre la miseria del ser humano», pero la verdad, personalmente, creo que eso hubiese arruinado un poco la diversión.
Y si se insiste en mirar todo esto desde un lugar serio, entonces los Safdie caen en un hoyo de pretensión del que es difícil salir. Es más, si yo fuese la persona que vio Uncut Gems y la catalogó en su cabeza como cinearte serio serísimo, me sentiría ultra estafada: plantados que no se recuperan o, peor, que se recuperan a medias y sin sabor; puntos cómicos que no causan gracia, estereotipos cinematográficos por doquier y la adrenalina llevada a 11.
Es a esto a lo que me refiero con cultura del hype.
Un boludo x (como yo, pero con más lectores) escribe en internet que la película es una joya. Y todos le creemos. Nos sentimos forzados a disfrutarla y a catalogarla como una obra maestra. Y si hay cosas que no nos cierran, es porque claramente no la entendimos. Lo imponente de la calidad estética se apodera de la opinión y fuerza una lectura que no es. Porque claro, cómo esto, que se ve de concha de la madre, que tiene una estética pensadísima y que logra con los recursos audiovisuales las sensaciones que debe alcanzar, va a ser una mierda. Las películas de mierda no pueden tener componente artístico. Claro que no.
Si las luces no están puestas en funciones prácticas, el arte y el vestuario no son una grasada cotidiana y no hay chistes de pedos, es porque claramente esto es serio. Vamos a tener que decir que esta película es increíble y que, como todo el resto de las cosas estéticamente bellas que hemos visto recientemente, rankea alto para ser la mejor película del año.
Ah, por cierto, estaba siendo sarcástica.
Como siempre, estas 900 palabras podrían resumirse en 10: «Aunque la parodia se vista de estética impecable, parodia queda». Y eso no es malo; simplemente es lo que es.
Miren Uncut Gems, a mí me gustó. Pero véanla sin expectativas, ni las que acá describo ni las que les estoy metiendo yo en la cabeza en este artículo.
Mírenla y disfrútenla (o no) con su propio criterio. Digan que es una película de mierda, o que es un hermoso chiste cinematográfico. Y, si aún lo quieren y no comparten nada de lo que yo opino, digan que es una puta obra maestra. Pero háganlo ustedes, y háganlo después de mirarla y fumarse un puchito, tranquis, mientras la terminan de masticar.
Matemos la cultura del hype y volvamos a ver cine con el alma y la genuinidad con la que deberíamos.
Lo único que espero yo de todo esto es que Joshua, Benny y Adam estén descorchándose un champancito y cagándose de risa del fenómeno que generaron.
Es en este punto que el lector se levanta de la silla, ofendido y le grita al aire:
LECTOR
Parame un minutito. ¡La Ciaffi de internet prometió que no iba a bardear a nadie y volvió a hacer lo mismo de siempre!
CIAFFI (V.O.)
¡Estaba cruzando los dedos detrás de la espalda!
FIN.