Star Wars: Episodio IX – El descenso de Skywalker
La siguiente nota contiene spoilers sobre todo lo que pasa en la película. Si no la viste no la leas.
¿Se acuerdan el momento exacto en el que Universo Extendido de DC la chocó toda? Yo sí, fue después del estreno de BvS y previo la salida de Suicide Squad. Las críticas a la película de Snyder decían que era muy oscura, demasiado seria y que estaba bastante alejada de lo divertido y pasatista que eran los films de Marvel. En un intento de complacer a todo el mundo Warner recogió el guante y metió mano en el opus del impresentable de David Ayer. El resultado fue desastroso y de ahí en adelante todo fue imposible para DC.
Hace unos meses salió el trailer de la película live-action de Sonic, el icónico erizo azul de los juegos de SEGA. Los fans enfurecieron; una horda de trolls en twitter pedían a la productora que cambiara el diseño del personaje. Sucedió, se atrasó el estreno de la película, se rediseñó al personaje y hace pocos días se publicó el nuevo trailer.
En 2017 Ridley Scott estaba por estrenar All the Money in the World, un film en el que Kevin Spacey interpretaba Jean Paul Getty, un millonario que se había negado a pagar el rescate del secuestro de su nieto en los 70’. Previo al estreno de la película estalló el escándalo por el abuso sexual de Spacey a Anthony Rapp y otros múltiples casos. El estudio sacó a último momento las escenas del actor de American Beauty y lo reemplazó por Christopher Plummer, quien luego recibiría una insólita -tribunera- nominación al Oscar por su papel.
Más allá de las particularidades de cada caso y sus diferencias, todos estos son ejemplos de cómo los estudios se preocupan más por dejar felices a la mayor cantidad de gente posible que por hacer películas. Spoiler: No se puede, no funciona así, el cine no es un algoritmo.
Cuando se estrenó Episodio VIII una parte visceral de los fans de Star Wars que estaban escondidos en ese submundo dantesco horrible que es Reddit comenzaron a trollear las redes sociales. Más allá de que guste más o menos una película lo cierto es que se hostigó a los actores, al director y hubo todo un backlash espantoso. Insisto, independientemente de la visión personal de cada uno (en mi caso creo que visualmente la película de Rian Johnson es la mejor de toda la saga), lo cierto es que The Last Jedi dejaba las cosas bastante cerradas y le daba la oportunidad creativa a quien tomara las riendas para que fuera hacia donde quisiera. Disney se asustó ante la trolleada, como diría Herzog, se cagaron, y la inefable Kathleen Kennedy -que ha pifiado más que lo que ha acertado, seamos buenos entre nosotros- corrió a buscar al tío J.J Abrams para que volviera a traer la paz a la galaxia. Previo a eso, quizá en una de sus pocas buenas decisiones, el estudio había echado al mal llevado de Collin Trevorrow, quien en los inicios iba a dirigir el cierre de la trilogía.
Con Abrams a la cabeza todo parecía estar bien. Episodio VII había sido una buena película, más cuadradita y conservadora que la de Johnson, pero con todos los elementos que un fan de Star Wars anciaba ver. Quizá no tendría los aciertos de puesta en escena y los planos memorables de The Last Jedi, pero, en el peor de los casos, uno imaginaba un cierre decente la nueva trilogía. No fue así, ni por asomo.
Hace unos días en una entrevista el “odiado” Rian Johnson manifestó: «Creo que abordar cualquier proceso creativo con (hacer felices a los fans) sería un error que probablemente conduciría al resultado exactamente opuesto (…) Incluso en mi experiencia como fan, si estoy llegando a algo, incluso si es algo que creo que quiero, si veo exactamente lo que creo que quiero en la pantalla, es como ‘Oh, está bien’. Podría hacerme sonreír y hacerme sentir neutral sobre ello y no pensaré en eso después, pero eso no me va a satisfacer».1
En esa cita está el error más grande que han cometido J.J Abrams y su monje negro Kathleen Kennedy. Todo Episodio IX es un intento por cambiar aquello que el fandom termo criticó de la anterior entrega y de reencausar el argumento del modo que sea para que los trolls de Reddit festejen. No importa traicionar a los personajes y sus motivaciones, no importan los sinsentidos narrativos ni la mínima línea argumental de la trilogía. Todo debía ir hacia el lugar que consideraban el más querido por el público multitudinario.
La película comienza con la absurda introducción de Palpatine. De la nada, porque sí. Ya fue todo. Siempre estuvo ahí, como los radicales, no lo sabíamos y de repente tiene un plan maravilloso: ser asesinado por Rey y Kylo Ren para que ellos se conviertan en los nuevos reyes Sith. La secuencia inicial lo ubica a Kylo (Adam Driver) peleando contra unos de radicales… digo fanáticos Sith, en Mustafar, el planeta del duelo famoso entre Anakin y Obi Wan. Una vez asesinados los ex franja morada, Kylo encuentra un aparatito, una suerte de GPS interestelar para encontrar el emperador.
De ahí en adelante todo es una pavada. La lucha entre la inexplicable First Order, que no eran ni sith ni jedi, y la resistencia; la transformación de Kylo en Ben Solo; la revelación sobre el verdadero linaje de Rey (Daisy Ridley); la insólita chapa que se le da Lando Calrissian (Billy Dee Williams); lo que quiere decir Finn (John Boyega) y nunca llega; hasta esa escena sacada de un juego de PlayStation uno en la que Leia (Carrie Fisher), ahora de la nada convertida en una jedi, y Luke (Mark Hamill) entrenan luego de la batalla de Endor. Ya sé, me van a correr con Legends y con la Swarm War y todo eso, lo cierto es que de la historia construida hasta el momento en las películas nada hacía verosímil y/o lógico que Leia usara la fuerza de la manera en la que lo hace y mucho menos que fuera una Jedi. De hecho, lo más flojo de episodio VIII es esa escena Leia Mary Poppins flotando por el espacio.
Más allá del fanservice esperado, que es lógico, celebrado y siempre bien recibido, la película no es más que una caja vacía. Las motivaciones de los personajes son cambiantes, de hecho Palpatine modifica su mega plan cocinado durante muchísimos años de espera de un momento a otro y nada parece tener demasiado sentido.
El error más imperdonable es lo que hacen con Rey y su pasado. Por favor, en una galaxia tan vasta y grande, con tantas especies y criaturas, con una enorme cantidad de planetas y satelítes ¿de verdad tenía que ser la nieta del emperador? ¿en serio?, con tanto para explorar es inverosímil que siempre todo termine rodeando el mismo club de amigos.
Desde el punto de vista audiovisual tampoco hay mucho que destacar. Es una película sin tratamiento. Filmada en plano pecho con el fondo hecho crema para que los personajes revelen información y vayamos a lo próximo. Muy pocas imágenes memorables, muy pocos recursos visuales y nada estético para resaltar. Realmente parece filmada en piloto automático “a ver vos Daisy, vení decí esto, listo nena gracias andá comer una empanadita. Traigan a Boyega, hecha, capo John, vamos a la que sigue”.
¿Estoy hecho un hater? es posible y pido disculpas. Todavía no logro que se me pase el enojo. Realmente quería que la película me gustara y eso que mi expectativa no estaba muy alta. Con que no se engolosinaran, no filmaran un algoritmo de twitter y más o menos respetaran la fórmula a mí me alcanzaba.
Qué suerte que existe The Mandalorian para salvarse del corchazo.