Piedra, papel y tijera
Piedra, papel y tijera es una adaptación de la obra teatral Sangre de mi sangre, escrita por Macarena García Lenzi y, en esta oportunidad, el guion es de la misma autora con la colaboración de Martín Blousson, bajo la dirección de ambos.
María José (Valeria Giorcelli) y Jesús (Pablo Sigal) ignoran tanto el timbre como el teléfono hasta que se hartan, y mediante una infantil competencia de “piedra, papel o tijera” deciden quién despegará los ojos de la pantalla para abrir la puerta. Su media hermana Magdalena arriba a la casa, que pareciera congelada en el tiempo, con un decorado bastante abrumador donde predominan los grises y lo tétrico.
Luego de varios años de ausencia, a medida que la cinta avanza entendemos el por qué. La inestabilidad e incomodidad son dos factores predominantes en este thriller tan bien logrado.
Magdalena (Agustina Cerviño) tiene en claro que le corresponde una parte de la venta de la casa, pero sus hermanos no van a permitir que venga a arrebatarles su morada. A pesar del excéntrico comportamiento que muestran, todo indica que llegarán a un acuerdo para resolver el problema; pero cuando se dispone a dejar la casa, un misterioso accidente deja a Magdalena postrada y al cuidado forzado de sus hermanos, que más temprano que tarde van a dejar a simple vista que bajo toda esa excentricidad esconden algo mucho más siniestro.
Definitivamente es un acierto en el género, que logra mantener al espectador a la expectativa de un desenlace lo más “feliz” posible. Mientras más avanzan los minutos, el foco se va posando en los problemas familiares que quedaron sin resolver, la inestabilidad mental de los hermanos y un terror que no necesita de monstruos o fantasmas para sobresalir.
Es una puesta en escena que roza lo bizarro pero no llega a pisar en falso, tiene un humor bastante particular y constantemente se sobrepone con la historia del Mago de Oz, ya que María José es una actriz frustrada, fanática del clásico. Los diálogos de fondo logran que entremos en clima y nos demos cuenta de qué tipo de película estamos viendo.
Destacable labor de los actores protagonistas que supieron moldear un ambiente completamente desesperante para el espectador, pero más que nada, por parte de los directores y guionistas ya que no es tarea fácil adaptar una obra de teatro.
Sin dudas, no es apta para claustrofóbicos y logra transmitir en sus 80 minutos una sensación de ahogo y encierro que pocas cintas nacionales pudieron.