Ozark, temporada 2: aspirando a más
En la primera temporada conocimos a Marty Byrde (Jason Bateman), asesor financiero que después de que saliera mal una operación de lavado de dinero para un poderoso cártel de México, debe mudarse junto con su familia de Chicago a un resort llamado Ozarks, en Missouri, donde deberá lavar una considerable suma para el cártel en tiempo récord.
Acabar de blanquear los millones pedidos por el cártel, solo fue el inicio de sus verdaderos problemas: ahora deben lavar 50 millones y a la vez, están enredados en un par de homicidios.
La parábola de Marty Byrde inevitablemente nos lleva a compararlo con Walter White de Breaking Bad: ¿De qué estarías dispuesto para mantener la seguridad y bienestar de tu familia? Marty tuvo que ensuciar sus manos en la primera temporada, sin embargo, en esta segunda temporada quien más crecerá es Wendy Byrde (Laura Linney), más calculadora que Marty y más decisiva. Incluso, eclipsando a su marido.
El matrimonio deberá estar más unido que nunca para lograr sus objetivos. La construcción de un casino flotante abrirá el juego a un nivel más estatal, algo que no solo implica a la pequeña comunidad de Ozarks, sino la introducción de nuevos personajes que serán fundamentales para ver el crecimiento de Wendy. En la primera temporada vimos que la pareja tenía problemas, con un engaño de ella y una relación muerta hace años, sin embargo, las vicisitudes a las que se enfrentan por momentos les devuelve la pasión. Pero más allá de eso, ahora es claro que son una sociedad.
Charlotte Byrde (Sofia Hublitz) y Jonah Byrde (Skylar Gaertner), luego del encuentro con el cártel al final de la primera temporada, ya no serán los mismos, en especial Jonah, que desarrolla una extraña pasión por los animales muertos y las armas, mientras que Charlotte lucha por volver a Chicago. Ahora saben en qué están metidos sus padres y deben lidiar con eso.
La primera temporada arrancó con un primer capítulo a todo ritmo y luego se apagó y fue lento hasta el último capítulo. Eso es algo que a muchxs no les gustó, pero en retrospectiva nos hizo conocer un poco a los personajes de la familia Byrde y del resort de Ozarks, en esta temporada hay un crecimiento de varixs personajes haciendo una serie más coral.
Ruth Langmore (Julia Garner) es sin dudas un personaje sumamente complejo e interesante. Tras matar a sus tíos en la temporada anterior, adopta y se responsabiliza de sus dos primos. Ruth quiere crecer, no depender de nadie, quiere que el apellido Langmore sea respetado y por eso se esmera en aprender de negocios con Marty. Pero la salida de prisión de su padre, un tipo posesivo, un criminal menor que no ve el negocio que su hija ve para el futuro. Ahora Ruth debe lidiar con su padre, intentar rebelarse ante el obstáculo más grande para su crecimiento. En esta relación fraternal, vemos el lado sensible e inseguro de Ruth. El personaje del padre nos muestra más aristas de la chica, haciendo aún más redonda tanto su interpretación como su evolución.
Por otro lado, tenemos a Jacob (Peter Mullan) y Darlene (Lisa Emery), la familia Snell, quienes manejan Ozarks y juegan un papel fundamental para poder llevar a cabo el proyecto del casino flotante. Las disidencias y rencillas dentro de la pareja crecerán, entre aspirar a más o mantener las cosas como estaban. Sin duda, la contraparte del matrimonio Byrde.
En fin, Ozark en su segunda temporada mostró mucho más que en la primera de 2017, un gran crecimiento de varixs personajes, de varixs conflictos que muestran que la serie aspira a crecer más. Antes de terminar el 2019 saldrá la tercera temporada que será bisagra, donde podremos ver si tenemos una serie para tomar en serio, si finalmente se calza el traje que dejó vacante Breaking Bad y se convierte en una serie para recomendar a todxs.
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