Solo una mujer: un “asunto de honor”
Se estrenó comercialmente en Buenos Aires Solo una mujer (Nur eine Frau), película alemana dirigida por Sherry Hormann. Anteriormente se la pudo ver en el Festival de Cine Alemán.
Hatun “Aynur” Sürücü en una adolescente alemana nacida en el seno de una familia turca. Su familia cumple con todas las tradiciones y los preceptos religiosos. Ella cubre su cabello con un pañuelo ritual, como cualquier mujer de su comunidad y obedece los mandatos y preceptos familiares y comunitarios. A los dieciséis años sus padres deciden interrumpir sus estudios y casarla con un primo que vive en Turquía, ella obedece. La convivencia con su esposo se convierte en un suplicio debido al maltrato y a los golpes que recibe. Hatun, embarazada, abandona a su marido golpeador y retorna a la casa de sus padres en Berlín. Su familia considera la ruptura del matrimonio como un deshonor para ellos y trata de convencerla para que vuelta con su marido a Turquía. Ella se niega a volver; en condiciones humillantes y acosada vive con su bebé en la casa de su familia. El conflicto se resuelve cuando se va de la casa paterna y abandona las tradiciones religiosas. Allí comienza la violencia psicológica y la presión sobre ella.
No se revela ningún secreto contando el final de la historia pues al comienzo de la película la protagonista nos cuenta que la mató su hermano. El relato está a cargo de la propia mujer asesinada.
El caso ocurrió realmente en 2005, fue “un asesinato de honor” y conmovió a la sociedad alemana. Promovió un importante debate acerca de la situación de las mujeres de origen turco y su derecho a optar por una vida laica. El hecho dio origen a varios procesos judiciales, en Alemania y en Turquía.
Si bien Hatun fue asesinada por uno de sus hermanos, el film plantea la probabilidad de que su muerte haya sido ejecutada en el marco de un plan predeterminado por toda su familia y orientado por un líder comunitario de notoria influencia sobre ellos, pues el honor de todos había sido “mancillado por la conducta de Hatun”, convertida en una “prostituta” por el hecho de haber optado por una vida “alemana”.
Solo una mujer es un film que pone blanco sobre negro varios temas: la condición femenina, el papel de la numerosa minoría (valga la contradicción) turca en Alemania y su integración a la cultura del país. ¿Hasta dónde se puede imponer a un grupo de inmigrantes normas de asimilación a la costumbres del país receptor e exigirles el abandono de sus costumbres de origen cuando resultan conflictivas con la forma de vida local? Y en el marco de ese conflicto, ¿hasta dónde se pueden aceptar conductas que rozan la libertad personal o los derechos individuales de las personas integrantes de esa minoría, o peor aún, los principios sociales básicos?
Solo una mujer cuenta con la excelente actuación de Almila Bagriacik en el rol de Hatun Sürücü, acompañada de un sólido elenco. La fotografía, a cargo de Judith Kaufmann, destaca lo cotidiano en la vida de esta conflictiva familia y lo íntimo del drama de la protagonista. Es muy interesante el elemento de superposición de imágenes de la actriz con fotografías de la Hatum real, además de la incorporación de secuencias de video provenientes de la prensa alemana que cubrió la noticia del asesinato. El trabajo de Kaufmann recibió la nominación a Mejor Fotografía del German Films 2019.
Solo una mujer es una historia terrible muy bien contada.