The Blacklist: Spader y diez más.
Cuando Raymond Reddington (James Spader), siendo uno de los criminales más buscados, camina hacia el edificio del FBI para entregarse a las autoridades, les plantea que sus intereses están cruzados, y que por eso, a cambio de inmunidad les dará información y ayuda para atrapar a los criminales y terroristas más peligrosos del mundo, aquellos que escapan a sus radares y que ni siquiera saben que existen: los que conforman la Lista Negra (The Blacklist). Para sellar este pacto, Reddington pone otra condición: sólo hablará con la agente novata Elizabeth Keen (Megan Boone). ¿Por qué ella, siendo que la rendición de Raymond coincide con su primer día como agente? Es lo que se intenta develar a lo largo de 6 temporadas de 22 episodios (y con una séptima que estrena en octubre).
La serie está estructurada como una procedimental, con el villano del día (algunos se estiran a dos capítulos), otros son villanos de la temporada, pero siempre con un leve avance en el conflicto principal de la historia. Conflicto que intenta responder varias preguntas: ¿Quién es realmente la agente Keen? ¿Por qué Reddington pidió exclusivamente tratar con ella y sólo con ella? ¿Quiénes son lxs padres de Keen? ¿Quién es Reddington? ¿Qué lazo los une? No entraré en detalles para no spoilear, pero estas (en su mayoría) son las preguntas que se irán descubriendo (o no). A saber, además de la acción nos encontramos con una trama que explota muy bien las conspiraciones gubernamentales y personales (¿quién es quién?).
Una cosa que destaco es la utilización de la música y el montaje, en especial en los comienzos y finales de temporadas (y de algunos capítulos). Sería extenso nombrar a todxs lxs artistas que podemos escuchar (Spotify tiene un tracklist de la serie), pero cada canción está espléndidamente elegida para determinadas sensaciones y momentos cruciales. Si bien la música nos transmite lo que va a pasar, el montaje nos refuerza eso.
El cast es un tema. No vi mucha evolución de los personajes secundarios, algunxs mostraban un crecimiento tímido y a la siguiente temporada lo enfriaban bastante. Esto no ocurre con Elizabeth, quien al ser protagonista tiene que crecer para no estancar la serie. Un dato que no pasa inadvertido es la inclusión del agente Aram Mojtabai (Amir Arison), simplemente porque al ser musulmán no lo pusieron como terrorista, hasta incluso rezó una oración en árabe. Buen punto.
Llegado acá, la interpretación que descuella y rompe con todo es la de James Spader como Reddington. El personaje es arrogante, irónico, soberbio, sarcástico, elegante, despiadado, un antihéroe con todas las letras. Remite a la memoria a Hannibal Lecter, en especial en la primera temporada con la prisión que le arman exclusivamente a él (aunque en realidad se parece más a la cárcel que le crearon a Magneto en X-Men). La caracterización de Spader se lleva todas las miradas, con grandes frases en cada capítulo e incluso salvando las temporadas más flojas. Con tal labor es como tener a Maradona en el Nápoli y la selección Argentina en los 80. El tipo carga con el equipo al hombro y lo hace con solvencia.
En definitiva, The Blacklist entretiene. Si bien son muchas temporadas y capítulos, uno quiere saber las respuestas a las preguntas que planteé más arriba. A pesar de haber tenido un par de temporadas flojas, con la sexta mantuvieron el barco a flote convirtiéndola, quizás, en la mejor temporada de todas. ¿Qué pasó? Sin spoilear, la trama de la última temporada recayó casi exclusivamente en Raymond Reddington, cosa que también hizo crecer mucho al personaje de Dembe Zuma (Hisham Tawfiq), guardaespaldas y amigo de confianza de Raymond.
La serie puede caer en algunos clichés del género, algunxs personajes pueden aburrir, pero también hay villanos del día con historias que sorprenden por lo original (e incluso hubo un par que me salió decir “acá podés explotar un largo con este personaje”), no importa si la crítica es buena o mala, hay que ver a James Spader haciendo de Reddington porque es un barrilete cósmico.