GAME OF THRONES S08E06: The Iron Throne
La Guardia Terminó
No me imaginé llegar a este momento. Y ahora estamos acá, despidiendo al último gigante.
Game of Thrones dio las hurras, tal y como siempre anticipó. Lo hizo con la lógica de su temática y de su historia. Hizo lo que vino a hacer y su principal problema deriva de su enorme e incalculada popularidad. Cuando algo es tan grande, es esperable que el fandom se vuelva inmanejable.
Esta última semana pareció sacada de Misery de Stephen King, con los fans intentando torcer el fin de la trama, y hasta la temporada entera, hacia su gusto, justificando esto en arcos narrativos, diseños de personaje, diagrama actancial y la poética de Todorovski. No hay consenso sobre cuál sería ese final, ni siquiera la palabra de GRRM, pero bueno. Lejos de molestarme con mis compadres fanáticos, me emociona. Si le ponés tanta cabeza a algo, es porque tu corazón ya está ahí. La decepción pasará y dejará paso a los grandes momentos guardados en la memoria.
El capítulo empieza en continuidad con el anterior. Tyrion encuentra los cuerpos de sus hermanos aplastados por el peso de la Fortaleza Roja. Jon y Ser Davos presencian la masacre que se está haciendo con los prisioneros. Gusano Gris la está acometiendo personalmente. Pasamos de imágenes que parecen sacadas de Hiroshima, a un desfile militar con resonancias cuasi fascistas y encuadres sacados de la cabeza de Leni Riefenstahl. Tenemos la exaltación de la figura de la madre de dragones, y a sus soldados formados y haciendo tronar las lanzas , y hasta a Drogon detrás de la Reina, simulando la Reichsadler, el Águila imperial que fue símbolo heráldico alemán durante gran parte de su historia, incluyendo ESA parte que todos sabemos.
En el capítulo anterior Varys le pidió a Jon Snow que la detuviera. Antes que eso, Sansa se lo dio a entender. En el final, fueron Arya y Tyrion.
El devenir de Daenerys hacia la tiranía es la discusión entre los fans. Los más encarnizados, discuten directamente si destruyeron a Daenerys Stormborn con esta decisión. Arriesgo que esta clase de seguidor proyectó – psicológicamente – a tal vez otras figuras de la vida real en este personaje, y por ende no puede manejar el pasaje del mismo al lado oscuro de la fuerza. Estos son los que se perdieron las palabras de Ramsay Nieve, mientras torturaba a Theon, allá lejos al inicio de la historia:
“Si pensabas que esto tenía un final feliz, no estuviste prestando atención”
Estos seguidores son de la casa de “Kathy Bates”.
Luego otros, más medidos, dicen que la conversión de Daenerys era lógica, pero no sobre el final, sino que necesitaba al menos una temporada entera más para lograr eso y terminar luego. Son la Hermandad del Arco Narrativo. Con ellos se puede hablar. Al fin y al cabo, es todo cuestión de gustos.
Yo soy de los que dudan. No lo sé realmente. Creo que viendo los capítulos semana a semana, estoy conforme con el pasaje. Si digo que me gustaría unas temporadas más, no es para contar mejor la historia – que dicho sea de paso, ha sido criticada por arrastrarse en muchos momentos – sino porque, sencillamente, querría ver dos temporadas más de estos personajes y este relato, que me apasionan.
Tyrion renuncia a ser Mano y es encarcelado por traición. Daenerys reúne a sus fuerzas. Pensaba que habían quedado menos pero, ya victoriosa, tiene un ejército considerable. Da un discurso de guerra. La construcción de Daenerys es más grande que la de la creación de un Tirano. Es la construcción de un Cruzado. Ella decide el bien y el mal, por derecho divino. Es una Reina, al fin y al cabo, elegida por los Dioses y avalada por la conquista y la violencia. Desde que entró al fuego con tres huevos de dragón y salió con tres dragones, entiende su destino manifiesto, que es liberar a todos del yugo de otros, salvo de uno: el de ella.
Así se lo dice Tyrion a Jon. Prácticamente le implora que la mate, como lo hizo Varys. Vieron el horror. Demasiado poder de fuego en manos de una fanática. Y después de la charla viene tal vez la imagen más icónica y significativa del capítulo y de este arco. ¿Por qué debe ser Jon quién la mate? No es tanto, como se demuestra después, porque puede ser un buen heredero al trono. Es por Drogón. El dragón está custodiando a la Reina. Enfrenta cara a cara a Jon y lo deja pasar. Es muy probable que Arya no pudiera hacerlo, ni otro personaje. Solo Jon, un Targaryen al fin, tiene el beneplácito de ir a matar a la reina y vivir para contarlo. Drogón está sometido a él por magia de sangre.
Daenerys, convertida en genocida, no se amilana ante nada. Justifica la muerte de todos, hasta de niños. No parece, como dice Tyrion, que esté lista para terminar y vivir en paz. Todas las ciudades de Poniente serán quemadas para romper el orden. En un punto de análisis, Canción de Hielo y Fuego termina siendo un relato admonitorio sobre las revoluciones que se vuelven un culto personalista. Una pregunta vieja como la política, y es la que reflexiona sobre las acciones como la pulsión por la construcción de una sociedad más justa o una necesidad de satisfacción del ego. La construcción de Martin es brillante y compleja.
Jon lucha con la decisión y finalmente la toma, se corona la canción de hielo y fuego. Es una melodía triste. Jon apuñala a Daenerys. El hombre que dicta la sentencia debe blandir la espada. Fue la enseñanza de su padrastro. Sufre con esto, pero las imágenes de lo que vio en King´s Landing y la negativa de Daenerys de terminar con el baño de sangre lo obligan.
Drogon se presenta en el Hall del Trono de Hierro. Entristecido. Furioso. Peligroso. Huele y trata de despertar a su madre. Sabe que Jon Snow la mató. Pero Jon Snow es Aegon Targaryen. Y el dragón está vinculado con él. Por derecho propio incluso, más allá de que Daenerys es la madre de dragones, Drogón es el dragón de Jon, el heredero. Desata su furia contra el Trono de Hierro, el símbolo de todo este mundo. Así como hace 300 años Balerion, el terror negro, fundió las espadas de los Lores de Poniente para moldear el Trono de Aegon, Drogon, en el juego de pares eterno, hace lo contrario y lo destruye.
Semanas después, se celebra un concilio en Kings Landing, en Dragonpit. Gusano Gris lleva al priosionero Tyrion ante los Lores de Westeros. Están Bran, Arya, Sansa, Quentyn (?) Martell, Robyn Arryn, Yohn Royce, Yara Greyjoy, Gendry Baratheon, Davos Seaworth, Brienne de Tarth, Edmure Tully, Samwell Tarly, y dos lores mas, desconocidos. La presencia de Tyrion es la representación de los Lannister.
Game of Thrones había entrado hace tiempo en la etapa de metamensaje. Adquirió autoconciencia. Estaba contando una historia que era, justamente, sobre contar historias. Lo hizo a través de los cuentos de la vieja Tata. Y lo hizo a través de los miles de relatos desperdigados en la saga que se van contando de unos a otros, y en los que lee Sam en las bibliotecas que visita, y en los que aprende Bran en su búsqueda del Cuervo de Tres Ojos, y en las historias de más allá del muro. Hay tres personajes instrumentales en esto:
- Bran, quien adquiere el poder de visitar y conocer todos los sucesos de toda la historia. Es la memoria del mundo.
- Sam, que registra los sucesos por escrito, para que las futuras generaciones aprendan de ellas
- Tyrion, curioso, quiere viajar y hablar con todos, para que le cuenten esas historias, y leerlas, hasta la de su primo que aplastaba escarabajos. Sabe que son importantes: estamos conformados por ellas.
Es a través de Sam y de Bran, que Tyrion adquirió la conciencia de ser parte de una historia. Entiende que el vacío que pretendía el Rey de la Noche era borrar las historias del mundo. El olvido eterno es la noche eterna.
A partir de aquí, si Canción de Hielo y Fuego es en realidad una historia sobre el pasado que se replica, de cómo los eones de tiempo tienen importancia en el presente y en el futuro, es solo lógico que el personaje con la capacidad de vivir todo el pasado, de conocer todos los hechos, sea elegido como Rey. Tyrion lo propone. El primer “SI” que acompaña la decisión es el de Sam, y Bran acepta. Es un final acorde al tema. Es un final que emparenta definitivamente forma y contenido.
Desde siempre las historias fantásticas han capturado la imaginación de quienes las leemos. Desde Beowulf hasta la Saga de los Confines (de nuestra Liliana Bodoc). La magia como posibilidad, la tensión entre luz y oscuridad, los paisajes imposibles y los continentes imaginados, fascinan a generaciones.
Que haya una historia que haya puesto en el centro de su trama el mismísimo oficio de contar historias en una proeza. Es metalenguaje al alcance de todos. Lo que debe triunfar es el hecho de recordar y volver a contar historias. Aprender de ellas, y no cometer los errores del pasado, sino unos nuevos, que a su vez les sirvan a otros para aprender. Ese es el tema de de Canción de Hielo y Fuego. Game of Thrones lo adapta, lo comprende y lo catapulta audiovisualmente. Es la misión de Bran, el oficio de Sam y la obsesión de Tyrion. Nos pone en la obligación de contarles esta historia a otros. ¿Por qué? Se auto explica en la misma historia: la lucha contra el olvido es la razón de la existencia. Y para no olvidar hay que seguir contando.
Sansa no hinca la rodilla y, fiel a la tradición de los Norteños, decide ser coronada Reina en el Norte. Hasta se hace una trenza que se recuerda desde los inicios de Daenerys. Desde el fin del primer libro, y de la primera temporada de la serie, fue el Norte el estado secesionista. Los demás no se levantaron. Ni Dorne. Ni el Valle. Ni Altorjardín. Ni Antigua. Fue Winterfell que gritó REY EN EL NORTE y se separó. Fue el Joven Lobo y sus Lores. Lo raro es que, aunque el elegido para ser quien gobierne los Siete Reinos sea un norteño, Sansa tenga ambiciones personales que la hagan tomar esa decisión.
Tyrion encabeza un Consejo del Rey conformado por los compases morales del relato, que siempre fueron Ser Davos y Sam. A esta mesa se suma la Comandante de la Guardia del Rey, Brienne de Tarth, quien personifica la nobleza de los caballeros. Para manejar la economía, sin embargo, ponen a un granuja sin escrúpulos. Tal vez hay otra lección que aprender ahí, tal como la aprendió el maestre Ebrose, que siguió el consejo de Sam de ponerle a su libro un nombre más poético. El maestre planeaba llamar a la historia “Las Guerras que sucedieron a la muerte del Rey Robert”. Sam lo persuadió de llamarlo “A Song of Ice and Fire”, que no termina siendo este relato, sino que es un relato homónimo dentro de este relato, con la ironía de omitir a uno de sus protagonistas. Anda a buscarla al ángulo calle Puán.
Arya decide viajar al Oeste de Westeros. Donde las cartas náuticas no tienen más datos. No es la primera persona en hacer esto. Hace un par de cientos de años una navegante legendaria Lady Elissa Farman, amante de la Reina Rhaena Targaryen, se roba tres huevos de dragón para financiar su expedición al Oeste y no es vista nunca más. ¿Son los huevos esos los que pensamos?. No se sabe. Yo creo que sí. Es otra historia dentro de las miles de historias. Otra capa que conecta pasado y presente. Otro brillo que fascina.
Para frenar el baño de sangre, y tal como habíamos escrito, Jon debe marchar al Norte. Su vida, como la de Frodo, está más allá del muro, a pesar que su condena es a la Guardia de la Noche, lo vemos reencontrarse con Ghost, y partir con Tormund y los salvajes hacia el Norte Profundo. Al ver la puerta cerrarse, no nos da la sensación que quiera volver a ser Lord Comandante de la Guardia. Será feliz, como lo fue una vez, entre la gente libre.
Todo termina. El niño que cae de una ventana es el hombre que asciende al trono. El escudo que protege al reino de los hombres puso el deber por encima del amor. La norteña que sabe que marchar al sur solo trae desgracias, independizó a su gente, para no marchar nunca más. La mano de dos regentes, tiene una tercera oportunidad para enmendar las cosas. El contrabandista se convierte en Almirante, el mercenario en financista, la guerrera humillada, en el Caballero más prominente, el Escudero en Guardia del Rey. La mujer que es el Desconocido, marcha hacia lo desconocido.
Más redondo no se consigue.
Siempre habrá gente, los iluminados de las elites cultuales – trabajo en una escuela de cine y, créanme, las conozco – que nos dirán que estas ficciones foráneas son contaminación e imperialismo cultural. Pavadas. No es lo que vemos lo único que nos define, sino lo que hacemos a diario. Y si podemos sacar algo de nobleza y de aprendizaje en lo que vemos, mejor. Juego de Tronos es el monumento a la ficción por la ficción misma. Es la canción de amor a contar historias. Y no es un anestésico. Es un analgésico. No nos ciega a lo que pasa día a día en este país bendito y en el mundo. Nos da un bálsamo que nos permite tolerarlo, y si vemos entre líneas, nos permite decodificarlo mejor.
Los últimos días puse un capítulo cualquiera, al azar. Me llevó de paseo por el Torreón de Craster, y las playas de Dorne, la pirámide de Mereen. Pasé por el Septo de Baelor, recordé personajes que ya no están, como el despreciable Alliser Thorne, o el dubitativo Rey Tommen. Viajé un rato con el Perro y con Arya. Todos esos lugares y esos personajes están ahí para disfrutarlos cuando queramos. Luego podemos ir un rato a la Tierra Media, a perdernos en los bosques con los Dunedain, al final de la Segunda Edad. Más tarde, podemos ir a la Taberna de Kvothe, el Arcano, que pasó una noche con Felurian, y si tenemos suerte, nos contará sobre ello. Podemos romper las Ruedas del Tiempo, y tomar una cerveza de manteca en Hogsmeade, y acompañar a Dulkancellin a luchar contra los invasores.
Todas estas historias infinitas están ahí. Y luego de un descanso, podemos volver a Westeros, a gritarle a Ned que no confíe en Meñique. A preocuparnos en Casa Austera, a defender el Castillo Negro y decirle a cada uno que nos ofende que EL NORTE RECUERDA
Valar Morghulis
Valar Dohaeris
Mi guardia ha terminado
Ramsey estuvo equivocadisimo, fue el final mas feliz posible.
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Gracias por esta nota! Me emocionó mucho! Sobre todo ese gran párrafo de cierre / apertura hacia todas esas historias tan queridas. «Quien no lee vive solo una vida. Quien lee vive miles».
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Mató a sus personajes más amados, la estiraron, la apresuraron y le faltaron algunas capas de render. Y sin embargo ahí va la mejor serie de la era digital. Gran nota
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Muy bueno el análisis de este capítulo , se va a extrañar, como se han extrañado otras series y/o películas , ya vendrán otras que nos gustaran más o menos , pero GOT ya terminó hasta pronto Jon Sansa Arya Sam y todos hasta Cersei nadie los va a olvidar
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