Reseña: Black Lightning

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Estamos en la época de los superhéroes, si en la década del 40 tuvieron su época dorada en el cómic, sin dudas, hoy vivimos la época dorada en lo que respecta a lo audiovisual. Así nos llegan decenas de películas y series que salen del papel impreso de Marvel o DC Comics, en este caso: Black Lightning, el primer superhéroe de color de DC.

¿Quién es Black Lightning? Cuenta la leyenda que tras los éxitos de Marvel con Black Panther y Luke Cage, DC también quería un superhéroe negro. El elegido original sería Black Bomber, un racista blanco que se convertía en un superhéroe negro tras algunos experimentos en Vietnam. Al final nunca vio la luz porque ofendía a blancos y negros por igual, pero Tony Isabella aprovechó para que DC le diera una chance a su Black Lightning. Dos años de tirada, en el limbo de cómics no continuados en el peor momento de DC, resurgimiento a mediados de los 90, afianzamiento en The New 52 y hoy en día el primer superhéroe negro de DC Comics nos llega en formato de serie.

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¿De qué trata la serie? Jefferson Pierce (Cress Williams) es director del Garfield Hight School de Freeland (acá sería la secundaria), y en esto reside lo más original de la serie: no vemos una historia de origen. Vemos a un docente que intenta ser un guía para todo su estudiantado pero guarda el gran secreto de haber sido Black Lightning. Tras 9 años de tener guardado el traje de superhéroe (convenciéndose de que salva más vidas aconsejando a sus alumnxs), la realidad de una comunidad oprimida por la desigualdad, el racismo policial y la criminalidad de las pandillas, en especial con la distribución de una nueva droga, hacen que Jefferson tenga que volver a las andadas. Esto supone un conflicto con su ex esposa, Lynn (Christine Adams), quien le pidió encarecidamente que dejara esa doble vida, cansada de verlo llegar golpeado, por el bien de su familia.

Como toda historia de superhéroes tiene un genio tecnológico, en este caso Peter Gambi (James Remar), un aliado en la policía, Bill Henderson (Damon Gupton) y sidekicks, con la particularidad de que son sus hijas: Anissa Pierce es Thunder (Nafessa Williams) y Jennifer Pierce es Lightning (China Anne McClain). Siguiendo con el cast, las dos temporadas (y la tercera seguro también) tienen como antagonista principal a Tobias Whale (Marvin “Krondon” Jones III), un metahumano que maneja Freeland a su antojo, controlando la organización The 100 y distribuyendo una droga que está destruyendo a la comunidad. Sin dudas, uno de los mejores villanos de todos los productos DC de The CW. Aunque, en la primera temporada los villanos no tienen tanto peso como sí lo tiene la comunidad, en la segunda es donde crece más el personaje de Tobias.

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Lo más interesante de la serie está en la cuestión del Black Lives Matter. La opresión y el racismo policial. En el primer capítulo vemos a Jefferson siendo detenido por un oficial por una denuncia de robo, y le pregunta: “¿y la descripción era la de un negro de traje y corbata en un Volvo?”. A diferencia de otras series en la que los encapuchados tienen que enfrentar a pandilleros y demás, en esta las muertes tienen un significado que se arraiga mucho en esa comunidad viviente de Freeland. Desde una sobredosis hasta el asesinato de la pandilla The 100, Jefferson Pierce es parte de esa comunidad y siente que debe hacer el bien. Todxs sienten que hacen el bien a la comunidad, desde el detective Henderson, pasando por el reverendo, hasta incluso el dealer Lala y el mismo Tobias Whale. El tema de la raza siempre está presente, y saben qué quieren decir y cómo decirlo.

Obviamente, al ser un producto de Greg Berlanti, responsable del Arrowverse, ciertas relaciones y diálogos son un tanto naif que hasta por momentos pueden cansar, porque está apuntado a un público específico que es el adolescente (desde mi punto de vista, me puedo equivocar). En conclusión, una serie con un enfoque distinto y original que maneja muy bien la música y la estética afroamericana.