One Day at a Time: la fiebre latina
Generalmente, las remakes o readaptaciones de comedias son un paso en falso, el porqué es evidente, ya que vivimos en tiempos de cambios.
En este caso, ¿dónde se ha visto una sitcom (comedia de situación) que toque temas tan profundos como el TEPT (trastorno de estrés post traumático), la salida del closet durante la adolescencia, la homofobia e incluso el alcoholismo?
Pero cada episodio funciona de manera equilibrada entre el drama y la comedia, en mi caso, pasé de llorar a reírme en cuestión de minutos durante el primer episodio.
Primera temporada
Durante sus trece episodios, esta versión de One Day at a Time (Un día a la vez) nos cuenta la historia de una familia cubano-estadounidense. Penélope Álvarez (Justina Machado) es una madre recientemente separada, con dos hijos de 15 y 12 años. La mayor, Elena Álvarez (Isabella Gomez) es una joven que constantemente remarca algunas de las costumbres machistas de la sociedad y el trato que le da a las mujeres, cuestiona absolutamente todo pero es uno de los personajes adolescentes más maduros que vi hasta ahora.
Alex (Marcel Ruiz) o Papito, como le dicen su mamá y su abuela, es el “varón mimado” de la casa.
Pero Penélope no está sola, cuenta con la ayuda de su madre Lydia (Rita Moreno), Abuelita como le dicen todos, quien tuvo que escapar de Cuba durante el gobierno de Fidel Castro siendo muy chica. Por último pero no menos importante, Schneider (Todd Grinnell), el encargado del edificio y parte de la familia prácticamente a la fuerza, ya que vive más con los Álvarez que en su propio depto.
Las MVP de la primera temporada
Lupita es una enfermera veterana de guerra que sirvió en Afganistán y sufre de TEPT. Es una gran interpretación de Justina Machado, quien se mete por completo en el personaje y nos vende (yo compré desde el minuto cero) uno de los personajes más sinceros que tiene Netflix entre sus líneas.
Los primeros episodios dejan en claro que las luces enfocan a la estrella, Rita Moreno, quien a sus ochenta y algo de años demuestra que tiene mucha azúcar para repartir.
Pero Rita tiene competencia si hablamos de robarse el show porque Isabella demostró que tiene pasta tanto para la comedia como para el drama. De mitad de temporada en adelante, el espectador se encarga de vivir la salida del closet junto a Elena de la manera más pura e inocente.
¡Tengan a mano una caja de pañuelos porque es tremendo el final de temporada!
Segunda temporada
Ya con más soltura, otros trece episodios que se deshicieron entre mis manos cual sueldo a fin de mes.
Si hay algo en lo que se destaca es en mantener la esencia en cada temporada, nunca pierde el hilo ni mucho menos el enfoque.
La aparición de un nuevo personaje, Syd (Sheridan Pierce), se sumó como el interés romántico de Elena y que, cabe destacar porque es importantísimo, se identifica como No Binaria. Ustedes pensarán: ¿qué significa eso? Bueno es algo así: No binario es uno de los muchos términos utilizados para describir a las personas cuya identidad de género no es completamente masculina o femenina.
Es de esos personajes que encajan perfectamente en la trama y Sheridan es espectacularmente graciosa.
Porque hay una cosa que es cierta, en la ficción, tanto Elena como Syd tienen 16 años, por eso remarco la delicadeza con la que se tratan este tipo de temas.
Penélope encontró también el amor en Max (Ed Quinn), un ex compañero del Ejército más que buenmozo.
Tercera temporada
Recién salida del horno (estrenó el 8 de febrero), es,a mi parecer, la mejor de las tres. ¿Por qué? Porque ya conocemos a todos los personajes y de alguna forma crecimos junto a ellos.
El primer episodio está cargado de caras conocidas como Melisa Fumero (Brooklyn 99), Stephanie Beatriz (Brooklyn 99, La gran aventura Lego 2) y la eterna Gloria Stefan.
Ya en el segundo tenemos un cachetazo de realidad de la mano de Isabella Gomez. Da cátedra de lo que significa la masculinidad tóxica hoy en día y de cómo las mujeres (más adultas) tienden a naturalizar ese tipo de actitudes. Es admirable la manera en la que Gloria Calderón logra adecuar un episodio (al menos) en cada temporada donde Elena destaque.
Lo que me lleva a (sin entrar en detalles) a remarcar cómo de alguna forma el show va madurando y entrando en enfermedades que, casi, nunca son puestas en escena de esta forma, como la depresión, la ansiedad o el alcoholismo.
Me quedan mil cosas por decir, más aún cuando la cuarta temporada del show pende de un hilo (y de más reproducciones), pero sería entrar en detalles con spoilers.
Si están buscando una serie nueva, no se diga más y vayan corriendo a su dispositivo más a mano.
One Day at a Time está disponible en Netflix.