Take Your Pills: To be (on drugs) or not to be (on drugs)
Estamos en un mundo cada vez más vertiginoso, rodeados de más focos de estrés, y que demanda cada vez más nuestra atención y lucidez. Por otro lado, a medida que la medicina avanza y, día a día, se van especificando y “tipificando” nuevos trastornos y enfermedades que antes no existían –remarco esto, porque de eso se trata, de darles nombres y relaciones a un conjunto de síntomas o signos que siempre estuvieron o se vieron y nunca antes lograron ser definidos o relacionados–. Un síndrome bastante hablado en la actualidad y recurrente en todas las edades (aunque de especial interés en adolescentes/jóvenes), estratos sociales y condiciones físicas es el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, o TDAH (ADHD de sus siglas en inglés).
El TDAH es un síndrome del cerebro, altamente genético, que afecta principalmente la regulación de un conjunto particular de funciones cerebrales y comportamientos relacionados. Estas operaciones cerebrales se denominan en conjunto «habilidades de funcionamiento ejecutivo» e incluyen en funciones importantes como atención, concentración, memoria, motivación y esfuerzo, aprender de los errores, impulsividad, hiperactividad, organización y habilidades sociales. Hay varios factores contribuyentes que juegan un papel en estos desafíos, incluidas las diferencias químicas y estructurales en el cerebro y la genética.
El documental Take Your Pills, de la plataforma querida por todos, Netflix, aborda este trastorno desde uno de los principales agentes que surgen para combatirlo: el Adderall. En este documental, nos presentan un pantallazo, enfocado principalmente en el abuso y los efectos adversos del fármaco, abordando también sus efectos sociales y económicos, regulaciones de consumo y comercialización. Más allá de todo, el documental se siente un tanto inclinado al lado de lo perjudicial en la balanza del discurso.
Adderall
Hace ya más de un siglo, nacido de la búsqueda de un antialérgico o antiasmático, surge la anfetamina, abre el abanico a una inmensa rama nueva de drogas derivadas, entre ellas el Adderall, el cual, en dosis terapéuticas, causa efectos emocionales y cognitivos, tales como euforia, cambios en la libido, mayor estado de alerta y mejor control cognitivo. En estas dosis, también produce efectos físicos como tiempo de reacción disminuido, resistencia a la fatiga e incremento en la fuerza muscular. En contraste, dosis mayores de esta droga pueden perjudicar el control cognitivo, causar un rápido deterioro de las fibras musculares o inducir a psicosis. Los efectos colaterales del Adderall varían ampliamente entre los individuos, pero por lo común, incluyen insomnio, sequedad en la boca y pérdida del apetito. El riesgo de desarrollar una adicción es insignificante cuando el Adderall es recetado en dosis pequeñas diarias, como en el tratamiento del TDAH. Sin embargo, el uso rutinario del Adderall en grandes dosis presenta un riesgo importante de adicción debido a los pronunciados efectos de refuerzo que se encuentra en las dosis altas.
Take Your Pills nos muestra los inicios del consumo de Adderall y cómo se da el primer boom más de 50 años atrás, cuando se hizo famosa y aceptada como una droga estimulante (de venta libre y sin receta), que ayudaba a la mantención de la concentración en lxs niñxs. El uso era inmenso, llegándose a vender miles de millones de pastillas al año, y sin ningún tipo de regulación. Con el paso de los años, se fueron descubriendo (o dejando de hacer la vista gorda) los efectos adversos de la droga y la gran capacidad de generar adicción cuando su uso es desmedido. Así vemos cómo se fueron incorporando limitaciones y regulaciones al consumo y comercialización, generando una caída estrepitosa de la producción y venta. A pesar de eso, el documental nos muestra cómo en la actualidad somos partícipes de una especie de “segunda ola” de consumo masivo, por parte de estudiantes, principalmente, con un foco en los EE. UU.
Durante toda la duración del film, escuchamos las voces tanto de científicos, que serán los encargados de dar una mirada “objetiva” al respecto, analizando los pros y contras del uso de esta pildorita mágica, como de gente que consumió o consume en la actualidad Adderall (o productos similares) a modo de testimonio. De todos los declaraciones que aparecen en el documental, es el de Eben Britton (jugador profesional de NFL, que utilizó Adderall para tratar su TDAH mientras era jugador todavía) el más analizado. Contado por él mismo, desde sus comienzos en el uso de Adderall, afirma el gran éxito sobre su salud y rendimiento físico y cognitivo (incluso afirmado por su pareja), hasta la actualidad en que ya hace varios años su cuerpo se encuentra limpio de la droga en cuestión.
El debate
Tanto en el marco del documental como en el de cualquier charla sobre la temática, se presenta el debate de la legalidad o moralidad/eticidad del uso de drogas estimulantes o que mejoren el foco o rendimiento, en todos los ámbitos. Así, drogas como el Adderall se utilizan para tratar problemáticas de salud reales, como el TDAH; en contrapartida tenemos el uso del mismo fármaco por personas que no sufren ninguna afección, para mejorar sus rendimientos personales: no solo rendir más en lo cognitivo, sino también mejorar las capacidades y aptitudes físicas, motrices, necesitar menos horas de sueño con el fin de trabajar más o llegar con deadlines laborales, etc. Podemos hablar de lo ilegal o no moral del uso, podemos hablar de solamente “liberar el potencial no utilizado, propio del cerebro”, podemos enfocarlo desde muchísimas aristas diferentes. Todo va a depender de qué lado de la vereda estemos parados. La mayoría de los consumidores de Adderall (y similares), que dan sus testimonios en el documental, hablan de mejoras importantes en el rendimiento, concentración, de una adicción inexistente, etc. Por otro lado, los médicos y científicos hablan principalmente de generación de una adicción y de la elevada importancia que se le da a la mejora en el rendimiento, dadas por el Adderall por sobre las capacidades propias.
En relación con todo lo anterior, y como mencionamos unos párrafos más arriba, Take Your Pills toma una posición ligeramente tendenciosa a solo marcar los aspectos negativos del uso de la droga. Más allá de los testimonios y casos a los que hace referencia y les da lugar a expresarse, en líneas generales el discurso tiende a mostrar lo malo del uso de la droga en cuestión.
Teniendo en cuenta todo lo que vemos en el documental y tomándonos el trabajo de leer un poquito de bibliografía al respecto, llegamos a la conclusión de que la línea que separa lo bueno de lo malo, lo legal de lo ilegal, o lo moral y ético de lo que no lo es, en el uso de Adderall es extremadamente fina. Va a depender muchísimo del análisis caso por caso. Pero, lo que sí podemos afirmar es que es una droga bastante exitosa en casos de TDAH. Siempre y cuando se utilice bajo el control y supervisión de un médico. En dosis recomendadas.
Dosis finales
Take Your Pills se nos presenta como un documental fácil de digerir, con animaciones bonitas a la vista entre tanto y tanto, filmado correctamente, con testimonios de gente en diferentes ámbitos que utilizan la droga Adderall con distintos fines, y con buen trasfondo científico y conocimiento reforzando cada afirmación tomada. A pesar de esto, se ve una ligera tendencia del discurso a lo malo del uso de la droga, en líneas generales durante todo el documental.
Se trata de un buen documental para ver en forma complementaria a otros relacionados, como es el caso de Icarus (también presente en Netflix).