Reseña: Mudbound
A pesar de la polémica de los #OscarsSoWhite de hace un par de años, hemos podido ver cómo en las últimas ediciones siempre ha habido alguna película con actores negros como protagonistas. Moonlight ganó el año pasado, Straight Outta Compton estuvo nominada a mejor guion en 2016, Selma estuvo nominada a mejor película en 2015, 12 años de esclavitud ganó en 2014… Y este año tenemos Get Out y Mudbound. Parecía que Detroit podría haber tenido opciones, sobre todo porque a los académicos les gusta mucho Kathryn Bigelow, pero la película no ha despertado demasiado interés.
Podríamos mencionar también que Mudbound está escrita y dirigida por una mujer (Dee Rees) y que ha logrado la primera nominación a una directora de fotografía (Rachel Morrison) en la historia de los Oscar. O incluso de que por fin la Academia nomina una película de Netflix. Pero más allá de la polémica, me gustaría analizar la película y que cada uno saque sus conclusiones sobre la diversidad en la industria cinematográfica.
Mudbound nos cuenta la historia de dos familias, una de blancos y otra de negros, que deben afrontar los problemas del estrés postraumático de la Segunda Guerra Mundial y el racismo. Es todo un acierto dividir la cinta en estas dos familias, viendo las diferentes perspectivas del racismo en cada uno de los personajes.
Por un lado, tenemos la familia de granjeros blancos. Jonathan Banks, que nos ganó el corazón con su participación en Breaking Bad y Better Call Saul, hace un gran papel como odioso abuelo cascarrabias y racista. Jason Clarke y Garret Hedlund, como sus hijos, tienen personajes un tanto opuestos. Clarke debe mantener a la familia y su moralidad es un poco gris. En cambio Hedlund es el típico hermano guapo con un gran sentido de la ética y que además decide luchar por su país. Para terminar tenemos a Carey Mulligan, la mujer del personaje de Clarke, que como viene siendo habitual, hace de mujer sufridora y con principios. Pero más habitual es su interpretación, que siempre está a la altura.
Por otro lado, tenemos la familia que arrenda parte de las tierras y que encabezan Mary J. Blige y Rob Morgan. Rob Morgan es un hombre que tiene claro que no es un esclavo, él paga la parte del terreno que utiliza y está luchando para darles un futuro mejor a sus hijos. Sin embargo, obedece a la familia de blancos como si fueran sus jefes, en ocasiones hasta sus dueños, teniendo ahí una lucha interna entre ser libre y no querer meterse en problemas. Algo parecido pasa con Mary J. Blige, quien no quiere ser la típica mujer que cuida a los niños de una familia de blancos en vez de cuidar de sus propios hijos. Pero cuando los personajes de Carey Mulligan y Garret Hedlund le piden ayuda, no puede hacer otra cosa que aceptarlo. Y por último, tenemos al hijo mayor, interpretado por Jason Mitchell, que viaja a Europa para luchar en la Segunda Guerra Mundial. Allí se sintió como un igual y cuando vuelve le cuesta adaptarse a una sociedad que lo trata francamente mal, a pesar de haber luchado por su país.
En cuanto a los temas que trata, la del estrés postraumático es la que menos me ha gustado. Es verdad que sirve como nexo de unión entre los personajes de Garret Hedlund y Jason Mitchell (siendo su relación de lo mejor de la película). El personaje de Hedlund es el del típico hombre con pesadillas y dado a la bebida para poder soportar el trauma. Evidentemente, lo que ha vivido es muy duro, pero está tratado de una forma muy estereotipada.
En cambio, me ha gustado mucho cómo se ha contado el racismo en la película, mostrándonos diversos puntos de vista y sin resultar demasiado excesivo, al menos hasta llegar al tramo final. En particular, lo que me ha gustado es que se hable de cómo el personaje de Jason Mitchell ha sido todo un héroe ayudando a su país y al volver siente que es tratado como un ciudadano de segunda, que debe sentarse al final del autobús y salir de las tiendas por la puerta de atrás. Además, de tratar por ejemplo otros asuntos como el amor interracial.
En cuanto a la fotografía, el trabajo de Rachel Morrison (Fruitvale Station, Black Panther) está muy logrado. El título de la película habla de “mud”, barro, y lo vemos durante toda la película en la cara, las manos, los zapatos… especialmente en la primera escena donde está lloviendo y todo está embarrado, lo que nos aporta así una percepción o tonalidad a la película que funciona muy bien. Además, parece que le han querido dar un filtro para que se asemejara un poco a las películas antiguas. Sin embargo, en lo visual, no funciona tan bien cuando nos muestra las escenas de guerra, que quedan un tanto inconexas con lo que sucede en Misisipi.
En cuanto al hecho de que sea la primera mujer nominada como directora de fotografía, es algo que siempre alegra. Aun así, me hubiera gustado que la primera mujer hubiese sido la argentina Natasha Braier por su excelente trabajo en The Neon Demon. Pero era difícil que una película que causó tanta división de opiniones en Cannes tuviera alguna nominación. Aunque de manera evidente, como todo en cine, va según gustos estéticos muy personales. Además, lo importante es que poco a poco se les vaya dando más trabajo a talentosas mujeres o actores de color. Y seguro que las nominaciones ya llegarán.
En conclusión, podemos decir que la película de Netflix tiene varios elementos que la hacen interesante, unas interpretaciones en general bastante acertadas y un diseño de producción mínimamente cuidado. Sin embargo, se trata de una película a la que le falta algo más para estar entre lo mejor del año, como por ejemplo pulir partes de la trama o entregarnos interpretaciones verdaderamente impactantes (aunque destacaría el trabajo de Mary J Blige). Estamos ante una película disfrutable pero que no terminará de dejar huella en el espectador. Dicho esto, si no sabes qué ver en Netflix, Mudbound es una gran opción.
En cuanto a sus opciones al Oscar, veo casi imposible que gane alguno. El apartado de mejor actriz secundaria (Mary J. Blige) está entre Allison Janney por I, Tonya o Laurie Metcalf por Lady Bird; en mejor guion adaptado (Dee Rees y Virgil Williams) tiene más opciones Call Me by Your Name por ejemplo; mejor canción original (‘Migthy River’) tiene a Coco o The Greatest Showman como favoritas, y en mejor fotografía (Rachel Morrison) optaría por Blade Runner 2049, ya que Roger Deakins es el eterno nominado. Siempre puede haber sorpresas pero tendremos que esperar hasta el 4 de marzo para saberlo.