Reseña: «The Babysitter» (La niñera)

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Antes que nada, esta reseña no tiene nada que ver con Fran Drescher. Dicho esto, esta comedia de terror estadounidense, dirigida por Joseph McGinty Nichol, llegó de la mano de Netflix y se impuso como esa película pochoclera que ponemos un viernes o sábado a la noche.

Todos recordamos la maravilla que una vez fue (hasta la tercera parte) Una película de miedo (Scary Movie, 2000). A propósito, The Babysitter carga al hombro una suerte de legado.

Bizarros y graciosos son los ingredientes que componen esta tragi-comedia, protagonizada por Judah Lewis en el papel de Cole, un nene que con 13 años sigue siendo el único en el vecindario que tiene niñera. Y la niñera en cuestión es Bee, interpretada por Samara Weaving. Como siempre, esta es la parte en la que anticipamos que vamos a hablar con spoilers.

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La historia se centra en Cole, con una autoestima bastante acorde a su edad, blanco de bullying en la escuela y Bee es quien lo tiene que defender cuando anda cerca. Hasta acá bien, pareciera un niño entrando a la adolescencia, enamorándose de su niñera, quien es una suerte de heroína para él. Sus padres salen de viaje y les queda la casa para los dos solos, pero la película da un giro de 360° cuando una noche Cole decide quedarse despierto para averiguar que hace ella cuando él se va a la cama.

El factor sorpresa, ¡culto satánico! Bee invita a su grupo de amigos a la casa (entre los cuales se encuentra una de las niñas ex Disney, Bella Thorne, el primo de Arrow, Robbie Amell, y Hana Mae Lee, Lilly para los que están relacionados con Pitch Perfect) y allí se lleva a cabo un juego de la botellita, como lo conocemos acá. Todo pero absolutamente todo se va al diablo cuando en una secuencia un poco acalorada, Bee termina asesinando al mejor estilo carnicera a uno de los integrantes de la ronda, apuñalando la cabeza del muchacho en cuestión, liberando litros y litros de sangre.

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El mundo de Cole se viene abajo cuando su amada Bee deja desangrar a un muchacho en su sala de estar. Comienza entonces una secuencia del gato y el ratón entre Bee y su banda, persiguiendo a Cole porque necesitaban la sangre de un inocente para su ritual y, además, era el único testigo de lo que acababan de hacer.

La película entretiene bastante, no es de lo mejor que tiene Netflix pero no defrauda. El papel de Samara junto a Judah es una mezcla de amor-odio, teniendo en cuenta que lo quiere asesinar, pero se nota cierta química entre amos actores.

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Con las típicas etiquetas que tienen los personajes secundarios, la porrista, el niño bonito, la inteligente y el muchacho de color. Bella Thorne y Robbie Amell le ponen gracia a todos sus momentos en escena y logran sacar un par de risas.

Una cinta pochoclera, con un argumento bastante simple pero bien plantado. Los actores no decepcionan y la película tampoco, aunque Halloween ya pasó, es recomendable para cuando estén haciendo zapping en Netflix.