Reseña: Spider-Man: Homecoming
Luego de los acontecimientos de Civil War y justo cuando Peter intenta readaptar la vida de estudiante a su nueva identidad superheróica, aparece un nuevo villano en la ciudad que le complica las cosas. Así, Peter se encuentra constantemente teniendo que decidir entre seguir su instinto de frenar al villano, u obedecer los límites que Tony Stark le impone y los que su (poca) vida social le exige.
Lo que diferencia a Spider-Man del resto de los personajes de Marvel, es que Peter es simplemente un adolescente que quiere mantener su vida en equilibrio. Si bien todo superhéroe debe combinar su vida personal con su lucha contra el mal, esta disyuntiva siempre fue una característica particularmente marcada en Spider-Man. La mayoría de los héroes tienen problemas personales, pero estos no suelen colisionar con su trabajo (más que para algún ocasional secuestro de un ser querido), pero Spider-Man nunca se trató (solamente) de cómo vencer al villano de turno, sino que lo que resultaba tanto y a veces hasta más importante que eso, era preservar su identidad secreta, mantener estable su ámbito estudiantil/laboral y conquistar a la chica, problemas que la enorme mayoría de los demás héroes no tiene (o al menos no en la misma medida), dando así un tono más introspectivo y con un mejor desarrollo de personajes del que nos suele dar Marvel.
Todo esto hace que Spider-Man siempre haya sido “el amigable vecino”, un héroe mucho más pequeño a los otros que conocemos en comparación, dejándolo apartado del tono épico y colosal que tienen las batallas de los Avengers y otros héroes que se enfrentan contra amenazas a gran escala. Cuando se trata de Spider-Man, se recuerda que a veces menos es más, y se aprovecha esta diferencia de tono y proporciones a su favor. Las desventuras de Peter Parker siempre se sienten como algo distinto y hasta ligeramente más intimista, porque no nos hacen preocuparnos tanto por el bienestar del mundo, sino más bien por el bienestar de Peter, generando así un enlace más profundo entre el protagonista y el lector (o en este caso el espectador).
Esto surge como un tratamiento más realista de cómo sería la vida de un superhéroe muy joven, este Peter solo tiene 15 años y se encuentra mucho más cercano a la imagen de estudiante que las anteriores encarnaciones de Spidey. No solo por su físico, sino porque aun ni siquiera llegó a alcanzar la característica etapa de su vida en la que es un aficionado de la fotografía, no conoce a Jonah Jameson, Gwen Stacy o a la emblemática Mary Jane, su mundo tiene mucho por expandir.
Desde la salida del primer tráiler hubo una queja generalizada sobre la excesiva presencia de Iron Man, pero una vez que vemos la película es fácil darse cuenta que está bien implementado porque le da a Peter uno de los varios conflictos que tiene en la historia y termina resultando funcional a la trama en lugar de ser mero fanservice. Casi tan funcional y a la vez olvidable como resulta la música de la película, bordeando el nivel genérico al que nos suele tener acostumbrados el MCU (Marvel cinematic universe), musicalización que a su vez es introducida por Can’t You Hear Me Knocking y Blitzkrieg Bop, dos populares canciones con las que abren algunas de las primeras secuencias de la película, dejándolas a la deriva e inconexas respecto del resto del tratamiento sonoro, porque luego prácticamente nunca vuelven a aparecer canciones populares y la musicalización se mete de lleno en la banda compuesta para la película.
Si bien los chistes siempre fueron (en mayor o menor medida) una constante en el MCU, en esta cinta pisaron el acelerador y se agradece. El sentido del humor es una característica importante en la personalidad de Spider-Man, pero las anteriores películas no le habían dado tanto espacio como lo hace Homecoming. Algunos chistes están bien planteados desde el guion pero pierden fuerza al no lograr concretarse de la mejor manera desde la dirección y/o el montaje, esto sucede solo en algunos casos puntuales de la película pero hay que mencionarlo, así como también aclarar que de todas formas la cinta logra sacar risas de manera casi constante y algunas bastante grandes.
Este humor se ve apoyado por el carisma de Tom Holland que, más allá de las innecesarias comparaciones que podrían hacerse con las encarnaciones de Tobey Maguire o Andrew Garfield, logra dar vida a un Spider-Man de buen corazón pero un poco torpe (como debe ser).
Tenemos a la infaltable tia May con un aspecto mucho más joven que, frente a la costumbre de verla retratada como una señora mayor con canas, resulta raro, pero que es perfectamente lógico siendo que Peter es un adolescente de solo 15 años y les queda tiempo para envejecer juntos.
Gracias a la interpretación de Michael Keaton, la película cuenta con un villano que, sin ser perfecto, resulta menos genérico que la mayoría de los que nos ha presentado el MCU, gracias a sus motivaciones simples pero claras y un pequeño plot twist. Además de que debemos tomar como un logro que hayan conseguido que un villano que hoy en día resulta tan ridículo visualmente como El Buitre, se viera reinventado de una forma que se adapta a una estética más moderna y verosímil.
Algunos fanáticos de Spider-Man enfurecieron al enterarse que Flash Thompson, el compañero de Peter que le hace bullying recurrentemente, sería interpretado por Tony Revolori (El Gran Hotel Budapest), al punto que el actor hasta llegó a recibir amenazas de muerte. Es cierto que la reminiscencia física entre actor y personaje es inexistente, sin embargo… ¿qué importa? Al ver la actuación de Revolori es muy claro que el personaje está ahí, un pesado y canchero cuya función por ahora es dificultarle la vida escolar a Peter recordándole lo poco cool que es.
Aún así, es difícil que los fanáticos y lectores no salgan contentos, a lo largo de toda la cinta está repartida una enorme y constante cantidad de guiños al universo de Marvel (y a la cultura popular en general) además de tener varios momentos de un fanservice que no se siente forzado, ya que están presentes en detalles que son bienvenidos y coquetean lo justo y necesario con el deseo de los fans por ver determinadas cosas. Por eso es que el (ya cansador) origen de Spider-Man solo se lleva una muy breve mención en toda la cinta, porque Homecoming es una película que sabe a qué espectadores apunta. Aunque lo único malo de esto es que, llegado el caso donde el espectador entre a ver Homecoming sin haber visto al menos Civil War, probablemente quede un poco desorientado con algunas cuestiones. Es cierto que hoy en día es difícil encontrar alguien que vaya a ver la película de Spider-Man y no sepa mínimamente quien es Iron Man, pero si fuera el caso, sería un problema porque Tony Stark prácticamente no recibe presentación alguna, llega con toda la presunción de que se sabe quién es. Por supuesto que no es necesario presentar a Iron Man en cada película que aparece, pero sí es cierto que por todo lo anterior mencionado, Homecoming es claramente una cinta que, cargando con un guion solido (con secuencias claramente delimitadas y plot twists incluidos) y una narración ágil, se sostiene bastante bien por sí misma y se disfruta aún más entre el público familiarizado con Marvel, resultando en una de las mejores y más humorísticas experiencias que nos haya dado el MCU.
Ya cubierto esto, vamos con una sección de SPOILERS:
La exigencia de fidelidad a los comics por parte de las adaptaciones, es un sinsentido que lamentablemente muchos sufren, sin embargo no hay duda de que esta película no guarda ningún parecido al comic del mismo nombre, excepto por una única coincidencia. Si bien las circunstancias difieren, el último plano de la película es similar a la última viñeta del comic, donde la tía May descubre que Peter es Spider-Man. En el comic esto se planteaba como un cliffhanger clarísimo y dramático, pero en la película tiene un resultado confuso, no se entiende si la intención de ese final fue cómica o dramática, ya que por un lado se tomó la extraña decisión de llevarlo al lado humorístico desde la actuación y dirección, el espectador podría suponer que es solo un chiste y que Peter salió de la situación metiendo cualquier excusa, pero sin embargo lo que está aconteciendo no es ninguna pavada, May está descubriendo la identidad de secreta de Peter (que por cierto, por cómo lo encuentra sería una situación realmente MUY difícil de explicar), cosa que en sus otras versiones se tomó su buen tiempo en suceder. Luego de este último plano, la cinta comienza a rodar títulos antes de que podamos ver ninguna reacción más que la sorpresa inicial ni cómo se desarrolla la situación después de eso. Siendo que ya hay una secuela anunciada, puede que esta retome exactamente desde ese punto, pero la cuestión acá es que esta cinta comete un error al provocar una contradicción entre el tono dramático de lo que acontece y el tono humorístico con el que se lo encara, creando un resultado raro que no se decide si es un gag o un cliffhanger.
Vale recalcar algo curioso o hasta raro de ver en este tipo de historias y que sí sucede en esta película: el héroe no se queda con la chica, de hecho ni siquiera tienen una despedida realmente dolorosa, jamás llegaron a besarse, no llegó a ser más que un acercamiento que nunca logró prosperar frustrado por el álter ego superheroico del protagonista. Cliché que se agradece haber evitado, porque nuevamente esquiva mostrarnos lo que ya vimos (incluida referencia al famoso beso en Mary Jane de la primera Spider-Man de Raimi) con todo el cliché de idas y vueltas románticas del héroe y su enamorada a la cual salva de manera sospechosamente regular. A su vez, esta experiencia potenciará en el futuro los romances que Peter pueda tener en las secuelas.
Como toda película del MCU, Homecoming también tuvo escenas mid- y post-créditos, la segunda (contrario a adelantar material relacionado al futuro del universo cinematográfico de Marvel) es simplemente un divertido trolleo a quienes pacientemente esperamos la siempre presente escena post-créditos. Mientras que la primera, muestra al Buitre tras las rejas comenzando a entablar relación directa con quien se insinúa muy sutilmente que es Scorpion (otro famoso villano animalístico de Spider-Man), quien le dice que varios criminales están planeando vengarse del lanzarredes, anticipando así el (al menos posible) futuro surgimiento de los Sinister Six, nombre que recibe la alianza conformada por 6 de los enemigos de Spider-Man para derrotarlo. Adelantando de esta forma una orientación para lo que sigue en la franquicia de Spidey, que ya tiene segunda parte confirmada y tal vez un plan de revivir de alguna manera la cancelada película que Sony pensaba dedicarle a los Sinister Six, ya veremos qué depara el futuro, pero por ahora, todo pinta más que bien encaminado.