RESEÑA: Avenida Cloverfield 10
Según cuentan algunos cercanos a Recursos Humanos que prefieren mantener el anonimato, una de las preguntas del examen para los nuevos integrantes de la plantilla, multiple choice, dice algo así:
“¿Usted cree que J.J. Abrams es:
-Un genio
-Un talento bestial
-El próximo Spielberg
-Todas las anteriores”
Hay un fundamentalismo importante que lidia con el que se tiene hacia Ridley Scott. Todo promovido por la cabeza de la revista “The Brown Whip”.
Cuando en su momento nos enteramos que Abrams estaba produciendo una peli de monstruos gigantes, nos miramos y dijimos “No, hombre, ¿Qué hace?”. Pero Abrams no falló, y Cloverfield terminó siendo una muy buena cinta.
Su “secuela”, tampoco falla y con un cast ínfimo, un decorado menor y una idea sencilla, termina redondeando una película rara, pero muy entretenida.
PELICULA: Avenida Cloverfield 10
PRODUCTOR: Bad Robot
AÑO: 2016
Ramona Flowers abandona a su octavo novio
El personaje de Michelle (Mary Elizabeth Winstead) abandona a Ben (voz de Bradley Cooper) en una secuencia de edición bien orquestada. No nos queda muy claro porque. Deseos distintos. Promesas incumplidas de cambio. Es irrelevante. Ella toma la ruta. Se hace de noche. Choca. Se desmaya. Cuando despierta, Michelle (y nosotros), siente que su vida se convirtió en un plot de “El Juego del Miedo”. Tiene un suero inyectado en el antebrazo, sangre de un chichon en la cabeza, y la pierna derecha, con un yeso, esposada a un radiador.
No tarda en aparecer su ¿captor? intepretado de manera brillante por John Goodman. Howard, según se nos cuenta a lo largo de la película, es un ex marine, conspiranoico que fue abandonado por su mujer e hija Megan, a la cual recuerda incesantemente.
Con el paso de los días, Howard comienza a confiar en Michelle y la desata de sus cadenas. Acto seguido, le explica: “Hubo alguna clase de ataque nuclear. Yo te salvé y te traje a mi refugio, no se puede salir al exterior. Puede que estemos encerrados acá un año, o quizás dos”. Michelle, lógicamente, no le cree nada. Sin embargo, Howard, mas allá de su comportamiento algo huraño, severo y definitivamente no “normal”, no la maltrata ni a ella, ni a Emmett (John Gallagher Jr.), que aparece de buenas a primeras por el refugio y conoce a Howard con anterioridad. Aparentemente, le ayudó a construir el refugio. El clima se enrarece (sí, aún mas) cuando Emmett confirma las palabras del bizarro anfitrión. Algo pasó.
Rehenes
“Cloverfield”, la original, tomaba ideas de “Tiburón” para desarrollar su patrón de miedos. Lo importante no es el bicho. Es lo que antecede. Es la idea. Los prolegómenos. La ansiedad. La angustia. Al final, en una buena película de terror (Cloverfield no lo es, pero supongámoslo), siempre es mas importante la sombra. El director de esta secuela –Reeves, director de la primera es productor- Dan Trachtenberg no tiene un curriculum extenso (dirigió un corto basado en el videojuego “Portal”, que Abrams quiere hacer película), pero supo manejar muy bien la tensión y el concepto general del film: las ruedas de un mundo asolado por el Apocalipsis giran de igual forma. Siguen habiendo asesinos seriales. Siguen habiendo pedófilos. Siguen habiendo peleas familiares, herencias no cobradas, parejas que se dejan de amar. “Avenida Cloverfield 10” nos cuenta una historia dentro de una historia. ¿Hay bichos, aliens, o una catástrofe nuclear? Puede ser, pero acá está pasando otra cosa y por mas ‘Cloverfield’ en el nombre, es mas importante. Quizás sea así porque el guión original, llamado “El Sotano”, no se ubicaba en el mundo de Cloverfield, hasta que Paramount, Bad Robot e Insurge, las tres productoras envueltas en el asunto, empezaron a meter la cuchara. En cualquier caso, funciona.
La edición y el personaje de Emmett hacen la película mas llevadera, pero a la vez, en algún punto, la degradan. Emmett está porque de otra manera, la película habría sido demasiado densa y angustiante (y seguramente, mejor). Funciona como un muy raro comic relief que asiste a Michelle y hace crecer su personaje. Sin embargo, su inclusión es forzada y anticlimática por momentos.
El peso de la película se sostiene en la relación entre el esquivo Howard y Michelle, que, como en un videojuego lleno de puzzles, ira utilizando todo lo visto desde el primer minuto de cinta, para resolver su destino.
Conclusión
Son semanas entre superhéroes y superhéroes. Semana de BAFICI, cine independiente, y alguna opción para niños. “Avenida Cloverfield 10” es una muy buena decisión para ver en el cine y disfrutar dos horas en la pantalla grande de un buen ejemplo de espectáculo sin grandilocuencias.