El suplente: otra mirada de la educación pública en los barrios marginales

El suplente es el último largometraje del director argentino Diego Lerman, que participó de la competencia oficial del Festival de San Sebastián. Está protagonizada por Juan Minujín y Bárbara Lennie junto a Alfredo Castro, Rita Cortese y María Merlino.

Se estrenó el 20 de octubre de 2022 exclusivamente en cines argentinos.

Luego de Una especie de familia (2017), Refugiado (2014), La mirada invisible (2010), Mientras tanto (2006) y Tan de repente (2002), Lerman regresa con una película que muestra las problemáticas que se viven a diario en las escuelas públicas que se encuentran en los barrios marginados. Sin embargo, no lo hace desde un lugar en el que se busca estigmatizar a la marginalidad, como se suele ver hoy en día en muchas producciones audiovisuales, sino desde una profunda sensibilidad y consideración para generar empatía y conciencia en el espectador.

Lucio (Juan Minujín) es un escritor y profesor de Letras que, tras perder una cátedra en la UBA, acepta un cargo como suplente de literatura en una escuela pública de un barrio de la Isla Maciel para conocer otra realidad. Allí, se encuentra con una serie de desafíos que debe afrontar en el transcurso de la historia, además de las dificultades que presenta en su vida privada con su hija (Renata Lerman) quien se rehúsa a hacer el examen de ingreso a una secundaria, su reciente separación de Mariela (Bárbara Lennie) y la enfermedad terminal que padece su padre, “el chileno” (Alfredo Castro).

Todo en la vida de Lucio parece estar estancado y sumergido en la desmotivación. Sumado a esto, una vez en el aula, se encuentra con un grupo de adolescentes que poco les importa aprender sobre literatura, y que, además, resisten diversas situaciones tras la dura realidad del día a día. A partir de esto, Lucio siente la profunda necesidad de involucrarse con sus alumnos para despertar la motivación y el interés de estos en su asignatura como así también ayudarlos a sobrellevar sus dificultades.

Sin embargo, un allanamiento en la escuela tras una denuncia por narcotráfico comienza a oscurecer el panorama. Esta vez, Lucio decide involucrarse desde un rol diferente al de docente para salvar a Dilan (Lucas Arrua), quien es perseguido por un conflicto relacionado con la venta de drogas. Si bien el desarrollo del conflicto que presenta Dilan remarca la importancia de ayudar al otro, hay situaciones en su desenlace que dejan en evidencia cierta falta de verosimilitud de la película.

Es destacable la actuación de Juan Minujín, en un papel diferente a lo que veníamos viendo, donde debe lidiar con muchas situaciones complicadas a la vez, sin perder su sensibilidad y vocación por enseñar y ayudar a los demás. Sus emociones llegan al espectador indudablemente, generando empatía con la situación y, por qué no, despertando la necesidad de empezar a comprender cómo son otras realidades desde un lugar diferente al que el público está acostumbrado a ver.

Por otra parte, es fundamental destacar las excelentes actuaciones del elenco juvenil: Dilan (Lucas Arrua), Walter (Jonathan Bogado), Mayomi (Amely Mejía), Morena Anselmino (Karen), Isabella Herrera (Romina), Brian Montiel (Kevin), quienes, en realidad, no son actores profesionales, sino estudiantes de barrios vulnerables de Buenos Aires. Sin dudas, han demostrado que tiene un gran potencial que deben aprovechar.

Del mismo modo, hay que mencionar que, en el transcurso de la historia, se deja ver que hay una falencia en el desarrollo de la relación de los personajes de Lucio y su compañera de trabajo (María Merlino).

Es una película muy recomendable de ver, que pone de manifiesto la necesidad de que los docentes asuman un compromiso mayor al de dictar clase, involucrándose con lo que les sucede a sus alumnos, tanto en escuelas de clase media o alta como así también de aquellos barrios marginados.