Reseña: Luca

La nueva película animada de Pixar para Disney nos traslada al Riviera italiana con una historia de amistad y superación. Sin golpes bajos ni escenas para las lágrimas. No será el mejor film del estudio de la lamparita, pero con sencillez termina siendo una película familiar tierna para disfrutar.
Puede haber algún spoiler, si no la vieron, salteen el próximo párrafo.
Luca es un niño monstruo marino con una fascinación creciente por la superficie. Conoce a Alberto, otro niño monstruo marino que lo animará a salir del agua, donde en contacto con el aire se transforma en niño humano. Alberto será quién le enseñe a caminar y respirar sobre la tierra y el lazo de amistad se hará aún más estrecho cuando el bueno del Albert comparta sus “tesoros”, algo así como las cosas de los conteiner que juntan esxs amigxs hippies que todxs tenemos. Más aún se estrechará el lazo cuando ambos compartan el deseo de tener una moto Vespa y “salir al mundo para ser libres”. Esto los llevará al pueblo de Portorosso, donde conocerán a Giulia para competir en un triatlón (nado, comer pastas y carrera de bicicletas), cuyo premio equivale a tener una Vespa, el McGuffin, ya que el conflicto está en aceptarse como son y reafirmar la amistad. Mientras tanto, deberán evitar que el pueblo descubra su verdadero ser como monstruos marinos para no ser cazados, en especial Massimo, padre pesquero de Giulia, vencer al pedante Ercole Visconti y no ser encontrados por los padres de Luca, Daniela y Lorenzo.

La película cuenta con un elenco joven en los roles protagónicos, encabezado por Jacob Tremblay como Luca, Jack Dylan Grazer como Alberto y Emma Berman como Giulia, todos muy bien rodeados por intérpretes mayores con experiencia en la comedia como Maya Rudolph y Jim Gaffigan en el papel de la madre y el padre de Luca, respectivamente, y en especial con la aparición del tío Hugo, a quien le pone voz Sacha Baron Cohen, dando una de una de las escenas más chistosas, sobre todo en los posts créditos.
La película recibió muchos comentarios con respecto a la metáfora hacia la comunidad LGBTQI+ con el hecho de ser de otro mundo, uno oculto, y no ser aceptadxs como son en el mundo de la superficie, en el mundo políticamente correcto por así decirlo. Luca, de personalidad más tímida, no se anima, y es Alberto quien lo incita a salir al mundo, dar sus primeros pasos. En especial, cuando el grupo de Ercole quiere golpearlos y los amenaza para que se vayan del pueblo porque “nadie los quiere aquí”, nos recuerda a hechos lamentables de las noticias donde grupitos de patoteritos golpean a chicxs simplemente por ser diferentes, por pertenecer a la comunidad LGBTQI+.
Pero, en fin, tanto los guionistas Jesse Andrews y Mike Jones como el director Enrico Casarosa lo desmintieron. De hecho, el mismo director acotó que se trata de una amistad platónica e idealista, mucho basado en su infancia con vacaciones de verano por la Riviera italiana, algo de ensueño. Las teorías seguirán estando ahí para quien crea y quiera, las metáforas son lindas, y entiendo que el equipo creativo lo desmienta porque hablamos de Disney, que son muy conservadores.

Más allá de este tema, lo que más me gustó son las referencias y guiños cinéfilos. Como contó el director Casarosa, varios films lo influenciaron, como 8 y medio (Fellini,1963) en lo relativo a aferrarse a los sueños. Del amigo Federico Fellini también tomó Los inútiles (I vitelloni, 1953), donde tenemos un grupo de adolescentes que se sienten atrapados en un pueblo costero, como en Luca, y sueñan con escapar y ser libres. Otra que toca el tema de la amistad de un grupo de púberes, donde atraviesan una aventura para la formación y el autodescubrimiento, es Cuenta conmigo (Stand by Me, 1986, Rob Reiner), basada en una novela del gran Stephen King. De La Tierra tiembla (La terra trema, 1948, Luchino Visconti) dijo que fue una gran influencia para el vestuario de lxs personajes, con un estilo de posguerra en la simpleza y los colores. Me pregunto si el apellido del villano Ercole Visconti es un guiño al director, pero no me animo a afirmarlo. Una desconocida que nombró, por lo menos para mí, es El relevo o Los muchachos del verano (Breaking Away, 1979, Peter Yates), que habla del ciclismo de alta competencia y un grupo de amigos. En el cine de Hayao Miyazaki, como Porco Rosso (1992), el tema es más directo, ya que la historia sucede en un pueblo costero de Italia y el pueblo donde ocurre la aventura de Luca se llama Portorosso. La otra que ejerció una gran inspiración del Studio Ghibli es Ponyo (2008), el ser que vive en el mar y quiere convertirse en niña.
Otros homenajes que podemos ver en las paredes en forma de posters son Vacaciones en Roma (Roman Holyday, 1953, William Wyler), donde lxs protagonistas andan en una Vespa, y es inevitable el vínculo con el lazo de amistad y amor de Luca y Alberto abrazados en la moto. Otros grandes carteles cinéfilos son La Strada (1954, Federico Fellini), 20 mil leguas de viaje submarino (1954, Richard Fleischer), una de las grandes superproducciones de Disney en live action, y El Monstruo de la laguna negra (Creature from the Black Lagoon, 1954, Jack Arnold). Y a quienes buscan peli a peli la referencia del salón de clases que compartieron Tim Burton y los creadores de Pixar, John Lasseter y Brad Bird, presten atención a un boleto de tren para ver el A113.
En conclusión, Luca es una película familiar con un tono sencillo y tierno, que no busca una profunda reflexión, pero que le basta para entretener y pasar un buen rato. De esos films que unx busca para no bajonearse, y más en este contexto.