Cursed, la mujer detrás de la leyenda

Si son como yo, una persona a la que le encantan las leyendas arturianas, los caballeros de la mesa redonda y la magia, seguro se hicieron esta pregunta alguna vez: ¿cómo consiguió la Dama del Lago la poderosa espada que luego termina entregando a Arturo? Y si también son como yo, seguro se acuerdan de la icónica frase de Monty Python and the Holy Grail (1975): “Mujeres extrañas que viven en lagos y reparten espadas no sirven como base para crear un sistema de gobierno”.
Lo cierto es que estas historias de carácter legendario siempre encontraron un lugar en todos los medios; ya sea en su versión animada (La espada en la piedra, 1963), en su versión llena de acción (King Arthur: Legend of the Sword, 2017) o incluso en una versión musical (Camelot, 1967). Sin embargo, ninguna de las adaptaciones anteriores se enfocó en la Dama del Lago como Cursed lo hace.

Basada en el cómic creado por Frank Miller y Tom Wheeler, Cursed sigue a nuestra heroína Nimue (Katherine Langford), una joven hechicera Fey cuyos temibles poderes mágicos la convirtieron en una marginada en su propio pueblo. Sin embargo, será la masacre de este a manos de los Paladines Rojos (el brazo militar de la Iglesia en este mundo fantástico) lo que pondrá en marcha los eventos de esta historia. La madre de nuestra heroína, herida de muerte, con su último esfuerzo le entrega una espada a Nimue y le encarga que lleve esta arma a Merlín. Sí, ese Merlín. Aunque esta vez no es la versión que siempre imaginamos: un anciano, con barba blanca kilométrica y sombrero puntiagudo. En esta oportunidad, Merlín, protagonizado por Gustaf Skarsgård, (Vikings, 2013-) es un borracho empedernido bajo las órdenes de Uther Pendragon.
El mundo en el que se centra la historia no es uno muy agradable de habitar para los personajes. Es un lugar de grises morales que se compara muchas veces a los grises del paisaje. Otras veces, las escenas están iluminadas por los verdes de los árboles, que iguala a la esperanza de los personajes en los momentos más oscuros. Y en otras oportunidades, los rojos inundan la pantalla a medida que la sangre de los enemigos se derrama sin cesar. Los colores se tornan un tanto psicodélicos, mezclándose como en un caleidoscopio; sin dudas esto es uno de los aspectos en los que la serie se destaca.
Gran parte del éxito de la serie, se basa en la familiaridad que tiene la audiencia con la historia arturiana atemporal. Sin embargo, esto muchas veces puede jugarle en contra al mismo tiempo, ya que uno, como espectador, tiene o espera ciertas cosas de los personajes que conoce y, a veces, se decepciona por el rumbo que la historia elige.

A pesar de las críticas que lo anterior puede conllevar, Cursed es una gran adición al catálogo de Netflix y una adición que no estaría bueno que se pierda entre el montón de contenido original que el servicio de streaming saca todos los años. Es una serie que nos presenta una heroína de fantasía, cuya característica principal no es su atractivo sexual, sino que es el camino que embarcará: uno de búsqueda de poder, liderazgo y confianza en sí misma. Sin lugar a dudas, este es un concepto revitalizante que muchas otras series deberían poner en práctica.
En resumen, Cursed es una serie con su propia voz y su propia agenda –centrar las perspectivas femeninas, una historia eterna que muchas veces careció de estas–. Incluso si Nimue está destinada a un final trágico, por lo menos sabremos lo suficiente de ella como para llorarla cuando llegue ese desenlace.