Reseña: She Dies Tomorrow

Pienso en que hay dos maneras de que una película no te guste: que te parezca indiscutiblemente pésima o que te haya dejado –más allá del gusto amargo o la indignación– la cabeza maquinando e intentando encontrarle una vuelta de tuerca a lo que se acaba de ver.
Por supuesto que en el primer caso no hay nada que escribir; es muy difícil criticar algo que sin ningún tipo de matiz te parece malo. Yo no podría estar escribiendo estas palabras si el fin de semana hubiese mirado, no sé, Cats. El tema es que el fin de semana no miré Cats, miré She Dies Tomorrow, la nueva película de Amy Seimetz –recién salidita del horno y muy fácil de encontrar por torrent– que tiene un póster de lo más llamativo que me hizo meterme de cabeza a ver qué onda esto.
Así que… ¿Qué onda She Dies Tomorrow? No sé, ni idea –o sí, ideas bastantes, de hecho–.
La película cuenta la historia de Amy, una muchacha que de forma súbita se da cuenta, por premonición o por paranoia, que se va a morir al día siguiente.
Amy llama a su amiga Jane y le cuenta de su certeza. Jane poco menos le dice que se deje de joder y se vuelve a su casa a trabajar.
De aquí la trama se bifurca: en una línea, la focalización se quedará con Amy y en otra se irá con Jane. La línea de Amy relata cómo la joven tramita las horas previas a su sentencia, intercalándose con unos flashbacks que revelarán algunos detalles sobre una pasada relación amorosa un poco extraña. En la línea de Jane, se desarrolla la mayoría del relato, que se centra en mostrar que el delirio de muerte funciona como un virus de alto contagio. Jane, de pronto, siente que va a morir mañana. Las personas a quienes se lo cuenta, también. Esto se propaga hasta alcanzar números que el espectador no conoce ni conocerá, ya que la película no trata de eso. Pero ¿de qué trata? No lo sé. Intentaré desarrollar con ustedes, lectores, mientras les escribo estas palabras, aún tan anonadada como cuando la película terminó y empezaron a rodar los créditos.

She Dies Tomorrow es una película corta, de solo una hora y media de duración. Eso sí, advertidos están, es lentísima. Al principio, la película se desplaza poco a poco hacia ningún lado con una estética costumbrista, de clave mutable, colores hogareños y poco contraste. Las tomas fijas, muchas en sobreencuadres y planos detalles o primeros planos, dejan espiar al espectador la historia, pero evita dar demasiado contexto, y son atrayentes y generan una buena intriga. También es atrayente la penumbra que gana la imagen con cada escena sucedida, que acompañada de la actuación de Amy y la falta de habla, dan un clima acertado. Hasta este primer tercio, esta redactora contemplaba creyendo ver algo similar a una de sus favoritas personales: A Ghost Story.
El problema aparece al llegar donde debiera estar el primer punto de giro. De un momento a otro, unas luces de colores primarios aparecen, bañando todo de neón intermitente. Son las luces que vienen a decirnos que Amy va a morir, como vendrán cada vez que un personaje entienda su propio destino. Lo primero que vendrá, es probable, a la cabeza del moderno y aggiornado espectador será Mandy, la película más reciente de Panos Cosmatos. Y la verdad es que sí. De aquí en más la película comenzará a tener sus momentos mandyanos, jugando con lo surrealista en una proporción desequilibrada, demasiado pequeña, quizás tibia. El resto de la estética pasará de A Ghost Story a alguna película genérica de las de hoy día. Y lo que pasa es que She Dies Tomorrow no es una del amigo Panos, ni siquiera una del –una vez trascendente, ahora obsoleto– Gaspar Noé.
En cuanto a estética, podría compararla con esa extraña criatura que fue The Beach Bum, la película dirigida por el extraño Harmony Korine, con el mago de los colores que es Benoit Debie como director de fotografía, que protagonizan Matthew McConaughey, Zac Efron y Snoop Dog en la playa californiana. Y uno, al ver la mezcla piensa –y con razón– “¿qué carajo es esto?”. Pero, a diferencia de esta última, que es una película –aunque floja de papeles– muy autoconciente, She Dies Tomorrow solo la copia en la estética inentendible, porque su relato es bastante pretencioso.

Y, por favor, compañeros lectores, déjenme aclarar: no es cuadradés lo mío, es mero disgusto. No me disgustan las películas de puesta en escena y recursos audiovisuales novedosos, ni las películas lentas, ni aquellas en las que “no pasa nada”. Pero el pecado de She Dies Tomorrow es no poder responder el porqué de lo que hace, volviendo pretencioso, me parece, el desarrollo de los personajes, así como esos extraños pasajes de voz en off que no conectan con nada. A su vez, me parece pretencioso creer que el hecho de escribir diálogos más bien turbios y dirigir actrices a poner cara de perro mojado en estación de tren va a volver el film algo desgarrador.
El tono no se entiende. ¿Es un drama?, ¿es un terror psicológico?, ¿es scifi?, ¿una negra comedia satírica, quizás?
¿Y el tema? ¿Cuál es la subtrama? ¿El discurso que expone, finalmente, la tesis de la autora? ¿Es la película una analogía sobre cómo el mero boca a boca puede resultar en pánico social? ¿O es una reflexión sobre el ser humano y su naturaleza de aferrarse a la vida? ¿Son las luces fantásticas una prueba de lo sobrenatural o son solo un recurso estético para representar el pánico interno? Si lo que la película busca representar es el tremendísimo proceso interno humano para aceptar la muerte, ¿por qué son tan chatos los personajes?

No puedo tomar como cohesivo esto que se me presentó, con esos planteos tan bellos por momentos y tan vulgares después, con ese dejo de locura que presentan ciertos puntos y que después se abandonan por completo para pasar al culebrón de la tarde. No puedo comprender cómo hay gente a la que esto le gustó y la va recomendando por la vida como si la película, de tantas cosas que le pusieron encima, no terminara siendo la nada nisman.
Complejidad jamás es sinónimo de bueno –aunque, por supuesto, no sean excluyentes– y que una película no se entienda un carajo no significa que el escritor sea un intelectual; significa que el escritor no sabe escribir. O que el realizador no supo plasmar. En este caso son la misma persona.
Quizás a esta altura del partido, algún lector que no haya visto la película se pregunte: “pero si todos mis amigos de Letterboxd me dicen que la mire, ¿qué onda, Ciaffi?”.

Y bueno, qué sé yo. Yo te diría que ni gastes tu tiempo porque esto no tiene ni pies ni cabeza, pero ¿quién soy yo además de un nombre en una pantalla? Andá, mirala, capaz que te encanta, o capaz que me entendés; de cualquier modo, alguna cosa innovadora sobre cómo (o no) usar algunos recursos puede rescatarse.
Positivismo de lado, ver She Dies Tomorrow fue una merienda en la que me sirvieron una torta de tres pisos cubierta de ganache de chocolate y adornos comestibles: un poquito grasa y no muy original, pero divina y adorable a simple vista, como para sacarle una foto y subirla a todos lados. La cuestión con la torta, además de que con una vista un poco más aguzada no se banca un análisis de estilo, termina siendo que luego de haber entrado por los ojos como trompada de Monzón, cuando ya la tenés entera en la boca, te revela su real naturaleza dura, seca y amasada con stevia.
Por favor te pido, mirá She Dies Tomorrow. Si te gusta, volvé a esta nota y contame por qué. Que al final del día siempre albergo la posibilidad de estar equivocada y que lo que sea una mierda sea mi opinión. Porque quizás She Dies Tomorrow es una buena película y yo, simplemente, no la entendí.
Es malisima, pura pretensión que nunca concreta nada. El que diga que le gusto y los demas no la entendieron se creo su propio significado en la cabeza, ya que los recursos utilizados no logran plasmar del todo la idea y mucho menos darle una conclusion. Siendo una persona que sufre de ansiedad creo que parte de una muy buena idea, pero falto aptitud tanto en la direccion como en el guion para lograr el cometido.
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