Ballers, breve reseña de una temporada final digna
Ballers es una de esas series con las que te topás y te enganchás. Una serie sobre el mundo del football americano, la NFL, donde no vemos football americano y nos movemos tras bambalinas en las pretemporadas.
Spencer Strasmore, encarnado por Dwayne “The Rock” Johnson, es un jugador retirado que inicia una carrera de asesor financiero para ASM, de la mano de su gran amigo y futuro socio, Joe Krutel (Rob Corddry). La serie se destacó por tener un elenco coral, que si bien The Rock es el nombre más rutilante, hay personajes que ponen color y calidez al show de HBO.
Ricky Jerret (John David Washington), un jugador de alto rendimiento que enfrenta los últimos años de su carrera, personifica al jugador mujeriego y juerguero. Charles Greane (Omar Miller), a poco de haberse retirado, aún no sabe cuál será su próximo paso, además de ser todo lo contrario a Ricky, centrado y fiel marido. Y, por último, Vernon Littlefield (Donovan Carter), un joven jugador e inexperto en el manejo de una carrera y en el manejo de su dinero.
En fin, en la cuarta temporada presenciamos que las cosas entre Joe y Spencer ya no eran lo mismo y por eso tomaron distintos caminos. Joe siguió en la representación de deportistas extremos, mientras que Spencer se inclinó más hacia el lado dirigencial. Por otro lado, una grave lesión perjudica el final de carrera de Ricky, mientras que Charles comienza a sentir la presión de ser entrenador y Vernon encuentra una salida al profesionalismo del football.
Toda esta temporada tendremos presente una entrevista a Spencer, contando dónde empezó y dónde está ahora. No pienso spoilear, así que tranqui. Si bien la cuarta temporada fue la más floja, en esta quinta las cosas se acomodan dando el final adecuado a cada personaje. Es curiosa esa sensación que los futbolistas tienen en cada inicio de temporada de “¿hacia dónde vamos?”, cada uno en una etapa distinta de la carrera de un deportista de elite, cada uno con un mundo compartido pero distinto a la vez entre unos y otros. Y en eso se encuentra lo fuerte e interesante de la serie.
No me animo a llamar a esto reseña, sino un “¿por qué ver Ballers?”. Y tampoco hay que pensarlo tanto, es sí o no. Una serie apuntada a un público específico y que cumple. Con dosis de diversión, con maniqueo empresarial, negociaciones a espaldas de unos y otros, rosqueo, futbolistas con demasiada plata que gastar, La Roca, Rob Corddry, producción de Peter Berg (y en la piel de un personaje espectacular en las primeras dos temporadas) y Mark Wahlberg, es una serie para ver en tiempos de cuarentena: capítulos cortos, no más de 8 o 10 capítulos por temporada, ideal para ver de un bocado.
Buena serie.
Me gustaMe gusta