Watchmen: nada realmente termina
A fines de 2019 HBO nos trajo una propuesta de lo más interesante. Una secuela de Watchmen (el cómic, no la película), algo inesperado para mí ya que si bien estaba al tanto de que iban a hacer una serie, no esperaba que fuera una continuación. Sobre todo porque a fines de 2017 DC Comics empezó a publicar el cómic Doomsday Clock, un crossover/secuela de Watchmen con el universo DC. Otra cosa que me llama la atención, y para bien, es que esta serie es autoconclusiva.
Después de 34 años del ataque “alienígena” que terminó con la vida de miles de ciudadanos de Nueva York, un grupo de supremacistas blancos conocidos como la Séptima Kaballería, “guiados” por el diario Rorschach, se levanta contra las autoridades de Tulsa, Oklahoma. Debido a un ataque coordinado hacia la policía hace unos años, los oficiales usan máscaras y tienen varios vigilantes entre sus filas. Angela Abar (Regina King) es una detective que trabaja de forma secreta para la policía bajo el alias de Sister Night. Investigando el asesinato de su amigo y superior Judd Crawford (Don Johnson), Angela se va a ver envuelta en un misterio mucho más grande del que alguna vez pudo haber previsto. Pero no está sola en esto, ya que durante la temporada estará acompañada por Wade Tillman/Looking Glass (Tim Blake Nelson), un detective/vigilante que se especializa en interrogatorios, y por Laurie Blake (Jean Smart), antiguamente la segunda Silk Spectre, ahora una agente del FBI enviada desde Washington para investigar lo que está ocurriendo en Tulsa. Al margen de toda esta línea argumental tenemos a Adrian Veidt/Ozymandias (Jeremy Irons) viviendo sus propias “aventuras” en un castillo cuya ubicación es desconocida.
Estoy sorprendidísimo de lo bien que está esta serie, Zack Snyder, andá a buscarla al ángulo. Amo como está escrita esta secuela, es relevante y tiene algo qué decir a diferencia de la gran mayoría de series y películas de este género. Watchmen es un cómic que supo plantear muchos temas importantes de su época, varios lo siguen siendo, y por eso es la obra que es, y se la recuerda con tanto cariño y respeto, porque fue un antes y un después. No me atrevería a decir que esta serie va a marcar un cambio en la TV como la conocemos. Pero es una continuación más que digna, hecha de forma muy competente y con mucho amor al material original. Lindelof hizo todo bien, los personajes nuevos son igual de interesantes que los que regresan. Son carismáticos, interesantes, cada uno con sus propios motivos y porqués. No son superhéroes cool que salvan el mundo con estilo y hacen chistes mientras pelean en el espacio. Son personas, personas de verdad, que tienen responsabilidades, familia, amigos, necesidades, miedos y defectos.
Respecto a las temáticas, me gusta mucho cómo están integradas. No serán muy sutiles, pero ver que los policías de Tulsa no pueden desenfundar sus pistolas sin antes recibir el ok de un superior me parece interesante cuanto menos. O como Judd es jefe e íntimo amigo de Angela para que luego sea revelado que era parte del KKK. Y así hay varios ejemplos más, pero me parece que ya estaría contando demasiado.
Puede que el final no sea perfecto, tiene sus problemas, pero yo me quedo con el viaje. No creo olvidarme, al menos de acá a un tiempo, cómo me sorprendieron los capítulos 6 y 8, lo que bien que manejaron al personaje de Laurie, como la flashearon la subtrama de Ozymandias, y lo dispuesta a arriesgarse que estuvo la serie, haciendo una secuela de un material casi intocable para algunos. Ya veremos si permanece con esta primera y de momento última temporada o si decide continuar. Sea como sea, nada realmente termina.