Ausencia de mí: la angustia del exilio
En el ámbito del cine documental, el director puede situarse de muy diversas maneras y tomar distancias diferentes. Así como en la literatura, también en el cine el límite entre la ficción y el ensayo es cada vez más sutil. En ocasiones el director tiene un rol tan cercano que termina convirtiéndose en uno de los personajes, tal como lo vimos hace poco en Foto Estudio Luisita. En el caso de Ausencia de mí, Melina Terribili, su directora y guionista, tomó amplia distancia de lo que muestra y además les otorgó un papel decisivo a las hijas y a la ex esposa del verdadero personaje y tema de la trama: Alfredo Zitarrosa y su exilio. La familia del cantor guardaba su archivo. Cajas con gran cantidad de papeles, copias de cartas, poesías nunca editadas, casetes, grabaciones en cinta con la voz de Zitarrosa, filmaciones caseras, guitarras, mates, afiches, programas y… las banderas nacionales del Uruguay. Un archivo con un gran contenido de documentación esperando su clasificación.
Ausencia de mí es la voz y la pintura del exilio de Alfredo Zitarrosa, que se marchó del Uruguay (iba a decir “abandonó”, pero estaría mal, porque nunca lo abandonó) en 1973. Su militancia en el Partido Comunista y su poesía le valieron la persecución de la dictadura uruguaya. Buenos Aires, Madrid y México son los lugares en donde recaló, hasta 1985, año en que retornó al Uruguay y fue recibido por una memorable manifestación de bienvenida. En ese período, décadas del 60 y del 70, Zitarrosa, Daniel Viglietti y Los Olimareños fueron los músicos populares más representativos de su país y reconocidos en toda Latinoamérica.
Zitarrosa registraba todo lo que pasaba en su entorno, copiaba las cartas que enviaba, grababa todos los acontecimientos que podía, sacaba fotos, hacía filmaciones caseras, hasta el exceso, casi una obsesión. La película utiliza parte de ese material de archivo y algunos extractos de noticieros. Está dividida en distintas partes, cada una situada en las ciudades del exilio, separadas sólo por unas placas que referencian las mudanzas de país.
Ausencia de mí es una mirada sobre la nostalgia del poeta, sobre su ausencia del país, sobre la falta de pertenencia. Tanto que no pudo volver a componer durante el exilio. Los 70 fueron tiempos de refugiados: chilenos, uruguayos, argentinos y tantos otros latinoamericanos tuvieron que huir de las dictaduras del momento. Diversos países los acogieron y les dieron protección. Muchos se aquerenciaron, formaron familia, desarrollaron una actividad, se quedaron definitivamente. Zitarrosa no. Pese a que fue muy bien tratado, no pudo adaptarse. Su mujer y sus hijas se volvieron al Uruguay, él se quedó solo.
En la elección del fílmico y del sonido del archivo Zitarrosa, Melina Terribili eligió un material de la vida cotidiana que pone en primer plano la nostalgia del cantor, o tal vez, más que la nostalgia, la angustia, la melancolía. El Zitarrosa de Ausencia de mí es el del condenado al ostracismo, el del dolor por la pérdida, el de la tristeza. Terribili incorporó algunas imágenes caseras, del mar, de un bosque que repite más de una vez, imágenes que quieren mostrar las reminiscencias del poeta que murió en 1989, algunos dicen que de tristeza. Tal vez, por qué no.
El sonido ocupa un lugar fundamental en la película que no tiene un narrador, es la voz en off de Alfredo Zitarrosa la que va impulsando la acción. Sus hijas tienen una presencia destacada, a medida que van descubriendo y clasificando el material de archivo van trayendo el recuerdo de aquel que fue su padre.
El trabajo de montaje de Valeria Racciopi, sobre trozos de fílmico caseros, casetes y cintas de grabación amateurs, es de notable exactitud y logra que la secuencia aparezca continua.
En mi país, que tristeza / la pobreza y el rencor / dice mi padre que ya llegará / desde el fondo del tiempo otro tiempo… Así comienza la letra de Adagio en mi país, el mejor resumen de Ausencia de mí.