Iniciación Coreana: 5 Directores, 5 Películas

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He sido bendecido con la hermosa pero difícil tarea de hacer un top, una selección. Pero no cualquier selección. Un top con un objetivo muy claro: Introducir lo mejor posible a un neófito del cine coreano para que, si todo sale acorde al plan, se enamore perdidamente – como yo – de esta genialidad que es la cinematografía de Corea del Sur.

Antes de empezar a nombrar a Bong Joon-ho, Song Kang-ho, Kim Jee-woon, Kim ki-duk, Choi Min-sik entre otros directores y actores coreanos – que esperemos dejen de sonar como un trabalenguas y pasen a ser tan familiares como Spielberg, Jodorowsky o Kieslowski (que seamos honestos, también suenan raro) – vamos a hacer un poco de historia y de necesaria contextualización. ¿Por qué demonios y cuándo el cine coreano empezó a ser reconocido a nivel internacional?

Internet no parece ponerse de acuerdo en qué es exactamente la Korean New Wave o, en la nomenclatura castellana más acertada, Nueva Ola Coreana – es probable también que este tipo de definiciones nos lleven a pensar en algo como “Nuevo Cine Coreano”, a la “Nuevo Cine Americano” o “Nuevo Cine Alemán”- .Sin embargo podemos decir que no hubo una sino dos “New Waves”. La primera vamos a llamarla “fundadora”. Luego de soportar una dictadura por aproximadamente treinta años, a finales de los ochenta, empezaron a surgir realizadores dispuestos a poner las cartas sobre la mesa y discutir temas que venían siendo censurados por la dictadura militar. Tipos como Park Kwang-su, Jang Sun-woo, Chung Ji-young y Lee Myung-se plantaron las semillas para lo que sería la segunda “Wave” coreana de la cual vamos a estar hablando en la inminente selección.

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La segunda “Wave” tiene un comienzo definido y no solo es el resultado de los realizadores que la precedieron, sino también de otros factores políticos y culturales relacionados con el cine. Al igual que el resto del mundo, Corea necesitaba defender su industria nacional frente a Hollywood. Esto los llevó a implementar medidas para defender dicha industria similares a las que existen en nuestro país, entre ellas una cantidad mínima obligatoria de películas y de días de exhibición para la producción nacional y una limitación al cine extranjero en su distribución. A pesar de todo, y como siempre, la maquinaria hollywoodense se abrió paso y logró tener un peso fuerte en Corea, sobre todo luego de la crisis económica que trajo al neoliberalismo de la mano del FMI. Dictadura militar seguida de neoliberalismo en los noventa. Mmmm. Esto me suena de algún lado.

En este contexto llega el film Shiri (1999) – thriller de espionaje donde el espía norcoreano es humanizado, diferenciándose de anteriores producciones – punto de quiebre que marca la superioridad del cine nacional sobre el extranjero. Desde la segunda mitad de los años noventa la industria de cine coreana no paró de crecer y desde el estreno de Shiri las producciones locales son, en general, más populares que las extranjeras.

Es gracias al amor del público coreano por el cine local, los ideales de cuestionamiento a la sociedad coreana sentados por la “Wave” fundadora, la inevitable distribución de films de género yanquis y las libertades cada vez más palpables de libertad de expresión por la llegada de la democracia que nace la inolvidable y talentosa (segunda) Korean New Wave.

Ahora que sabemos por qué estamos hablando de cine coreano, pasemos a la selección/top. Aquí van un par reglas a tener en cuenta:

  1. Un top es un top. Básicamente esto significa que no soy un pecho frío y la cosa (no casa) está en orden, teniendo en cuenta preferencia personal, relevancia con respecto a la industria coreana y prioridad de visionado.
  2. Una película por director. Otras películas pueden ser mencionadas pero una sola es la que gana en el balance de las tres cuestiones destacadas en la regla anterior.

Ahora sí.

Número 5: Lo Obvio

Oldboy (2003) de Park Chan-wook

A Oh Dae-su (el ahora legendario Choi Min-sik) lo encierran aislado del mundo y sin ningún motivo aparente por 15 años. Al salir tendrá que encontrar a su captor en 5 días. Una tragedia griega con coreanos.

Probablemente el film coreano más reconocido en el mainstream. Lejos de ser algo negativo, fue una de las primeras películas que impulsó a la industria coreana al ámbito internacional. Si bien es la más reconocida del director, y parte de lo que llaman la trilogía de la venganza que incluye Sympathy for Mr. Vengeance (2002) y Sympathy for Lady Vengeance (2005), otros trabajos de su filmografía son destacables, entre ellos Thirst (2009) – las aventuras de un cura devenido en vampiro con un ritmo más pausado y en general un tono más extraño que sus otros filmes – y Joint Security Area (2000), thriller que explora la relación entre soldados de ambas coreas en el límite fronterizo.

Relevancia: La quinta película que más recaudó en corea ese año, prácticamente cuadruplicó en ganancias al presupuesto original de tres millones de dólares. Fue juntando fama y ahora es una película de culto y un clásico a la vez.

Visionado: Si es que todavía no la viste es un buen lugar por donde empezar tu viaje por esta cinematografía.

Número 4: Pintando Situaciones

Poetry (2010) de Lee Chang-dong

Mija, una mujer en sus sesenta, descubre que su nieto es uno de los responsables del suicidio de una chica. Mija cuida a un hombre discapacitado. Mija se enlista en clases de poesía. Mija esta en una etapa temprana de Alzheimer.

Poetry es un film de situación – las acciones no apuntan a resolver un conflicto principal sino que existen simplemente para “pintar” una situación – donde el centro está puesto en Mija, interpretada con inmensa dulzura por Yun Jeong-hie con su primera película desde 1994 – estuvo en un centenar de películas desde fines de los sesenta hasta mitad de los noventa -. El film toca temas extremadamente delicados y lo hace con mucho tacto, siempre teniendo como eje principal a la protagonista. Como en otras producciones de la New Wave, hay una posición de crítica frente a la sociedad coreana, pero tratada con mucha sutileza por parte de Lee Chang-dong. Podemos encontrar características similares en Peppermint Candy (1999) – una película de situación que pone el foco en la sociedad durante la dictadura – y cuenta que fue lo que llevó al protagonista a suicidarse, empezando por su muerte y siguiendo en el orden cronológico opuesto (del fin al principio), abarcando las etapas de su vida mas relevantes. Habiendo visto solo dos de las cinco películas escritas y dirigidas por Lee, tengo algunas otras situaciones que visitar.

Relevancia: Costo un millón de dolares y recaudo dos. Fue premiada en Cannes con mejor guión y tuvo varios premios para la actriz, Yun Jeong-hie. Además es importante tener en cuenta que Lee Chang-dong fue ministro de Cultura y Turismo del 2003 al 2004, por lo tanto una figura importante en la historia coreana.

Visionado: De toda la lista es la más difícil de recomendar debido a su naturaleza narrativa: la de situación. Probablemente resulte tediosa para algunos y muy poética y llevadera para otros.

 

Número 3: El Limado del Género

I Saw the Devil (2010) de Kim Jee-woon

Un asesino (Choi Min-sik) mata a la jermu de un agente secreto (Lee Byung-hun, frecuente colaborador de Jee-woon) demasiado entrenado, y sufre las consecuencias. Basta con las venganzas chicos.

Kim Jee-woon, como otros realizadores de la Korean New Wave, disfrutan de agarrar el género y molerlo a palos en lo relevante, pero manteniendo los aspectos superficiales que lo caracterizan. En I Saw the Devil tenemos una historia simple pero original, ejecutada con mucha maestría técnica y un “mensaje” final devastador. Otros films muy recomendados de Kim Jee-woon son:  A Tale of two Sisters (2003) – terror del bueno, con varias vueltas de tuerca – y A Bittersweet Life (2005), otra historia muy simple pero original sobre un guardaespaldas que entra en conflicto con su jefe luego de echarle un ojo su “novia” (la del jefe), acompañada con una  excelente atmósfera y escenas de acción bien trabajadas.

Relevancia: Dio ganancias por el doble de su presupuesto – seis millones de dólares -. Si bien es reciente ya está adquiriendo un estatus de culto entre los seguidores del director y los fanáticos del cine coreano.

Visionado: Si hay ganas de ver una película en extremo violenta, con interpretaciones de primerísimo nivel y una calidad técnica impecable, buscate I Saw the Devil. Gran punto de inicio para adentrarse en la filmografía del director.

 

Número 2: Llegó el Silencio

Spring, Summer, Fall, Winter…and Spring (2003) de Kim Ki-duk

Un maestro budista y su joven aprendiz atraviesan las “estaciones” de la vida, mientras viven en un templo en el medio del agua en el medio de un valle.

Si bien mi abuela es budista, yo nunca supe ni investigué sobre la filosofía, costumbres y formas de ver la vida que propone la religión. Esto no me impidió disfrutar esta película que está empapada de una espiritualidad que nunca volví a ver en otra producción. Es cautivante desde el primer momento hasta el último, y nunca deja de sorprender con sus conceptos sobre la vida, la naturaleza, las relaciones y la muerte. Una característica bastante prevalente en su filmografía es el silencio, o mejor dicho, personajes casi mudos lo que lleva a una comunicación mediante lenguaje corporal, gestos sutiles y acciones fuertes. Similar a Spring… es The Bow (2005), con los dos personajes principales – un viejo y una chica – aislados en un barco en el medio del mar. También 3 Iron (2004), un romance de lo más inusual donde el silencio entre los involucrados es norma. En corea es conocido por ser un realizador trasgresor, políticamente incorrecto y muy violento, sobre todo en films como Pieta (2012) o Time (2006) donde critica ejes centrales de la sociedad coreana. En occidente algunos lo tildan de misógino. Lo que quiero decir es que el tipo es controversial, pero su cine es indudablemente algo especial.

Relevancia: En corea no fue un gran éxito pero sí en el resto del mundo, donde las ganancias superaron los siete millones de dólares (presupuesto desconocido). Fue especialmente reconocida en Argentina, ganando el cóndor de plata a mejor película extranjera.

Visionado: Si buscan una montaña rusa espiritual, veanla. Si no, también, porque es una experiencia inolvidable.

 

Numero 1: El Maestro, The Master, Il Maestro, Ju-in

Memories of Murder (2003) de Bong Joon-ho

En un pueblo rural, tres detectives intentan atrapar a un asesino y violador serial, basado en el primer asesino serial coreano. De trasfondo, la dictadura militar de los ochenta.

Voy a ser honesto. El top podría haber estado compuesto enteramente por las cinco películas que, hasta ahora, componen la filmografía de Bong Joon-ho. Fue de la mano de Ju-in que me enamoré de esta locura que es el cine coreano y encontré, sin lugar a dudas, a mi director favorito. En este film conocí a Song Kang-ho – una especie de Darín coreano pero que actúa eones mejor (bueno, exagero un poco pero se entiende) –  en el papel del detective protagonista Park Doo-man, y presente en muchas otras películas coreanas. Por dónde empezar. Creo que lo más destacable y atractivo de este director es su capacidad para, dentro del género, mezclar tonos con una perfección inmaculada. De la risa al llanto, del llanto a la risa y quizás también algo en el medio; lo tragicómico y el humor negro pesan muy fuerte en sus producciones. Los géneros que transita son solo un medio para tocar la crítica política y social de la manera más original posible, aspectos que elevan sus historias que ya de por sí son entretenidas. Otras obras “del Bong” incluyen Snowpiercer (2013) – un sci-fi como dios manda, con un nivel de profundidad científico y filosófico notable, al mismo tiempo que cuenta una historia llena de misterio y personajes memorables -. Su famosa The Host (2006), donde desafía todo cliché posible de una “monster movie” y aprovecha para pegarle palos a EEUU. Mother (2009), thriller con elementos de Memories of Murder que explora la relación madre e hijo de una manera perturbadora. Por último su ópera prima Barking Dogs Never Bite (2000), una comedia negra donde en los primeros 5 minutos el protagonista asesina un perro por sus ladridos molestos… claramente no pensada para occidente.

Nunca una toma de más ni de menos, interpretaciones brillantes, historias originales con mensajes sociales y políticos, el punto caramelo del humor negro y la mezcla de tonos. Todo eso y mucho más con El Maestro: Bong Joon-ho.

Relevancia: La película más vista en corea del sur en el año 2003. Salvó a una de sus productoras de la bancarrota.

Visionado: YA. ANDÁ A VERLA. TE PRESTO EL DVD SI QUERÉS.

Esto es una pequeña muestra de lo que el cine coreano y la Korean New Wave pueden ofrecer. Por un lado, directores avocados al género como Bong Joon-ho, Kim Jee-woon y Park Chan-wook. Por otro, realizadores ajenos al género como lo son Kim Ki-duk, Lee Chang-dong o Hong Sang-soo (del cual todavía no vi ningún film, razón de su ausencia en el top). Todos ellos conviven en el mismo ecosistema: la emocionante cinematografía de Corea del Sur.

(De izquierda a derecha:  Lee Chang-dong, Hong Sang-soo, Kim Ki-duk, Abajo: Park Chan-wook, Bong Joon-ho y Kim Jee-woon)

PD: El año 2003 pasó a ser mi favorito.

Bibliografia:

http://kultscene.com/introduction-to-the-korean-new-wave-of-cinema/

https://www.google.com/culturalinstitute/beta/exhibit/korean-new-wave/wQzbiZh6

http://www.tasteofcinema.com/2014/the-25-best-films-of-the-south-korean-new-wave/

https://www.inverse.com/article/13916-the-korean-new-wave-and-the-anxieties-of-south-korean-cinema

http://www.uba.ar/ceca/newsletters/agosto_11/nl-nota1-english.php

http://english.visitkorea.or.kr/enu/SI/SI_EN_3_4_2_6.jsp

Wikipedia

Imdb