Despertando a los muertos… una vez más – La Península Ataca Vol. II: Los Spaghetti Zombies
El siguiente artículo fue publicado en Revista 24 Cuadros nro. 9, dentro de un dossier sobre películas de zombies, que incluía este material y un artículo de Marcelo Gil.
Con la intención de ampliar la información, actualizar datos, y corregir algunos errores del original, se presenta esta nueva versión corregida y ampliada.
En el año 1968, de la mano del film La noche de los Muertos Vivientes (Night of the Living Dead, 1968) el director George Romero redefiniría una de las figuras arquetípicas del género terrorífico: El Zombie.
A diferencia de sus antecesores, los Zombies Modernos que propone Romero (a los que se referirá como muertos vivientes) ya no son entes que actúan bajo los designios del brujo vudú o científico loco de turno, sino criaturas irracionales y putrefactas cuyo único fin es alimentarse de la carne de los vivos.
Con fuertes dosis de hemoglobina y manifestando una evidente crítica social, esta película filmada en blanco y negro, de una manera casi amateur y con un muy bajo presupuesto, marcaría un antes y después en la historia del cine de terror.
Diez años después, y a instancias del realizador italiano Darío Argento, Romero sacaría a la luz la primer secuela (al día de hoy ya suman cinco) de La Noche de los Muertos Vivientes: El Amanecer de los Muertos (Dawn of the Dead, 1978).
Mucho más sangrienta que su antecesora, a todo color y con una carga ideológica aún más explícita, esta película dirigida por Romero y producida por Argento, tendría originalmente dos cortes:
Uno de Romero, destinado al mercado norteamericano y que conservaría su título original.
Otro efectuado por Darío Argento, para el mercado italiano, bajo el título de Zombie, que resignaría gran parte de la crítica social y el humor ácido de la original en beneficio de agregar aún más sangre y truculencia.
Mientras la versión de Romero se convertía en el segundo film de su saga, la de Argento constituiría el comienzo de otra muy distinta.
Argento seguía así la premisa del denominado cine de explotación: Apropiarse de temas, géneros, personajes, o cualquier elemento que esté de moda, y exprimirlo hasta que se agote.
Zombie fue un éxito inesperado en Italia, y la industria cinematográfica peninsular comenzó a producir masivamente films de muertos que caminaban como si el mundo fuera a acabarse.
Levántate, anda y factura…
Italia, tierra de la explotación por excelencia, tomó sólo los aspectos más grotescos y superficiales de los films de Romero, exacerbándolos a un nivel inédito hasta ese momento: Haciendo a un costado toda pretensión ideológica, y con la firme convicción de que el sexo y la sangre nunca pasan de moda, los realizadores italianos generaron una serie de películas que se convertirían muy rápidamente en material de culto.
Las escenas de desmedida truculencia, los desnudos gratuitos, los personajes planos y unidireccionales, y los argumentos inverosímiles; fueron algunos de los elementos que caracterizaron a estos films, cuyo auge se produjo a lo largo de la década del ´80, tanto en las salas cinematográficas como en los videoclubes.
Dentro de este contexto, en el cual evidentemente primaba la avaricia sobre la inquietud artística, hubo un director que se propuso dar un paso más dentro de esta nueva visión de los primos lejanos de Lázaro.
Lucio Fulci, “il Maestro”
“De hecho, la verdad es que a Fulci le importaban un comino las sutilezas que pudieras introducir en el guión o los matices más delicados de tu interpretación. Fulci sabía muy bien lo que quería en la pantalla y cuál tenía que ser el aspecto visual de la película, y se concentró en ello.”
Ian McCulloch, protagonista de Zombie 2.
Zombie 2 (Noche de pánico / Zombie / Nueva York bajo el terror de los muertos vivientes, 1979) será el primer Spaghetti zombie íntegramente producido por la Península, y el que determinará los esquemas fundamentales del subgénero. Su director, Lucio Fulci, quien tenía una amplia experiencia dentro de los géneros comerciales y de explotación (había dirigido desde comedias picarescas hasta policiales y spaghetti westerns), se propuso mostrar mucho más de lo que nadie se había atrevido hasta ese momento, y lo logró con creces.
En esta película, un periodista y la hija de un científico viajan a una isla del Caribe, para descubrir que allí se están llevando a cabo experimentos relacionados con la reanimación de los muertos. En una de sus más dolorosas escenas, podemos ver con lujo de detalles cómo un globo ocular es atravesado por un trozo de madera (y después se escandalizan por Buñuel). En otra, mediante tomas submarinas, vemos a un zombie devorarse un tiburón.
La buena repercusión de este film, tanto a nivel local como internacional, llevó a que Fulci reincidiera en más de una ocasión con los muertos andantes.
Al año siguiente sale a la luz Pánico en la Ciudad de Los Muertos Vivientes (Paura nella citá dei morti vivent / City of the living dead, 1980), en la que un grupo de estudiantes de lo oculto deben vérselas con un sacerdote que hace caminar a los muertos en el pueblo de Dunwich. Con algún que otro guiño a Lovecraft, la película incluye sutilezas como gente vomitando sus propias vísceras, o taladros atravesando cabezas.
Ya en el ´81 se despacha con El Más Allá (L´aldilá, The Beyond) y La casa Cercana al Cementerio (Quella Villa accanto al Cimiterio).
Un rasgo que diferenció notablemente a Fulci del resto de sus contemporáneos fue que en cada uno de sus films sobre zombies abordó la temática desde una perspectiva diferente. Por ejemplo, en El Más Allá, probablemente su mejor y más pretencioso film, los zombies son apenas una parte de una trama ligada a un libro maldito (El Libro de Eibon) que remite de nuevo, e inevitablemente, a los mitos Lovecraftianos. Respecto a esta película, dijo el maestro: «Mi idea fue trazar un paralelo con Artaud. Hacer un film absoluto, conteniendo todos los horrores del mundo, un film sin historia. Hay una casa, con gente y muertos que retornan del más allá… eso es todo. No hay que buscarle una lógica, es sólo una sucesión imágenes. Por eso, aún siendo que la historia es un desastre, es un gran film».
Dejemos en claro que pese a estas elevadas pretensiones, al Maestro no se le caen los anillos al momento de mostrar evisceraciones, desmembramientos, baños de ácido, arañas devorando rostros y otras atrocidades, con un grado de crudeza y detallismo no apto para estómagos sensibles.
Luego de La Casa Cercana al Cementerio, el Maestro dejaría a los muertos en el freezer, al menos por un par de años.
Mortos qui parlan
Si bien, hasta el día de hoy, los filmes más representativos son los de Fulci, es interesante destacar otras producciones que, junto a las del Maestro, constituyeron la edad dorada del subgénero:
Las Noches Eróticas de los Muertos Vivientes (Le Notti Erotiche Dei Morti Viventi / Sexy Nights of the Living Dead, 1979). En este film dirigido por Joe D’Amato, un abogado adquiere una isla en la cual los muertos se levantan, hambrientos de carne humana.
Saturada de un erotismo de pésimo gusto y con algunas escenas de sexo explícito, la película convirtió a D´Amato en uno de los primeros directores en combinar zombies, sangre y pornografía en una misma trama. Sin dudas, todo un pionero.
Apocalipsis Caníbal (Inferno dei morti-viventi / Zombie Creeping Flesh / Virus Cannibale / Hell of the Living Dead / etc., 1980). Dirigida por Bruno Mattei.
Con un argumento sospechosamente similar a Zombie 2 de Fulci, en esta película un grupo de periodistas y militares se dirigen a Papua Nueva Guinea para investigar una epidemia zombie desatada por una fuga química.
Montada con insertos de otras películas y parte de la música de Zombie 2, este engendro incluye una rata zombificada, muchos muertos vivos muy mal maquillados y una antropóloga nudista que se saca la ropa sin demasiada explicación, argumentando conocer las «costumbres tribales de la isla». Imperdible.
La invasión de los zombies atómicos (Incubo Sulla Città Contaminata, 1980). Dirigida por Umberto Lenzi.
Una radiación nuclear convierte en zombies sedientos de sangre a los pasajeros de un avión.
Las caras de los zombies parecen albóndigas en mal estado. Además son hiperquinéticos y usan armas cortantes. Fiel a su estilo, Lenzi incluye escenas de laceraciones de senos.
Holocausto Zombie (Zombie Holocaust / La Regina dei Cannibali / Dr Butcher M.D: Medical Deviate / Queen of the Cannibals / Island of the Last Zombies / Zombies Unter Kannibalen; Marino Girolami, 1980): La idea era combinar los títulos de dos filmes previos y exitosos (Zombie 2 y Holocausto Caníbal) para obtener un mayor impacto comercial.
Además de zombies, caníbales y un científico loco, tenemos otra antropóloga, con tendencia al exhibicionismo, que es desnudada a los fines de un ritual aborigen. Saquen sus conclusiones.
Apocalipsis Caníbal (Virus / Apocalipse Domani /Virus Caníbal, 1980). Dirigida por Antonio Margheriti.
Generalmente confundida con la película de Mattei por tener el mismo título y haberse estrenado en el mismo año.
Cuenta la historia de tres veteranos de Vietnam repatriados a los Estados Unidos que comienzan a sentir apetito por la carne humana. La protagoniza John Saxon.
Porno Holocaust (1981). Un grupo de personas arriba a una isla, en la que un zombie radioactivo, con un miembro sexual hiperdesarrollado, se dedica a matar hombres y violar mujeres.
También dirigida por D´Amato, suele confundirse con Las Noches Eróticas… debido a que repite a varios miembros del cast de la misma y plantea una premisa muy similar.
Mientras que en Las Noches Eróticas… hay zombies y algo de pornografía, en Porno Holocaust hay pornografía y algo de zombies. Lo que se dice un ejercicio de género.
Las Noches de terror (Le Notti del Terrore; Andrea Bianchi, 1981): Como si fuera un “grandes éxitos” de todo lo visto anteriormente, esta película “homenajea” a sus predecesoras coterráneas refritando algunas de sus más emblemáticas y bizarras escenas.
Los zombies aparecen a los pocos minutos de empezado el material, y el sexo, los desnudos y los destripes están a la orden del día.
Como para aportar un nuevo matiz al asunto, la incoherente trama incluye a un adolescente que tiene fantasías incestuosas con su madre.
Su total falta de originalidad se compensa con mucha diversión.
Demonios (Demoni / Demons, 1986). Dirigida por Lamberto Bava.
En una proyección cinematográfica se desencadena una maldición que convierte a la audiencia en demonios asesinos. Si bien no son exactamente zombies, se portan bastante parecido.
Escrita y producida por Darío Argento, garantiza más de noventa minutos de diversión e indecencia fílmica.
Demonios 2 (Demoni 2… L’incubo ritorna / Demons 2: The Nightmare Returns, 1987). Secuela también dirigida por Bava. Esta vez los demonios acosarán a los habitantes de un edificio, al salir de una pantalla televisiva sin ningún tipo de justificación. Tan divertida y demencial como la primera.
Demonios 3 (La casa dell orco, 1988). Telefilm dirigido por Lamberto Bava, que en algunos países se distribuyó como secuela de Demonios. No tiene nada que ver con la saga y no se ve un zombie ni por casualidad.
El Engendro del Diablo (La Chiesa / The Church, 1989). Segundo film del director Michele Soavi, producido por Darío Argento.
Aunque inicialmente fue pensado como una secuela de la saga Demonios, el material toma una dirección muy distinta en las manos de Soavi, inclinándose hacia el terror sobrenatural.
En una iglesia, construida sobre la tumba de un grupo de brujas, ejecutadas en el Medioevo; se desencadena una maldición que liberará espíritus malignos y hará resucitar a los muertos.
Con un destacable tratamiento visual, y una atmósfera sórdida y tensionante, el film se erige como uno de los más interesantes y pretensiosos productos de esta corriente.
Secuelas, robos y otras infamias
Ya para el año 1988 la cosa empieza a agotarse: Un devaluado Lucio Fulci volvería a las películas de zombies con Zombie 3, un desastre del que el Maestro huye, siendo reemplazado por Bruno Mattei. El guionista, Claudio Fragasso, acusó a Fulci de haber malinterpretado su guión.
En el mismo año, Fragasso dirige Zombie 4 (Zombie 4. After Death, 1988), con lamentables resultados. Esta vez le echaría la culpa al montajista.
Un año antes Claudio Lattanzi y Joe D´Amato codirigen una película sobre pájaros asesinos, que algún distribuidor con tan poca vergüenza como escrúpulos, tituló Zombie 5: Killing Birds (Uccelli assassani / Killing Birds / Dark Eyes of the zombie, 1987). Algo similar ocurriría con la retroactivamente titulada Zombie 6: Monster Hunter (1982), también de D´Amato, que trata sobre un asesino en serie, o algo así, ya que no queda muy claro de qué la va este hombre.
Lo mismo se hizo con la saga Demonios, intentando distribuir como secuelas a películas que no tenían la más mínima relación con ésta. ¿Los zombies? Bien gracias.
Volviendo a la tumba
La película que marcaría el aparente fin del subgénero fue Demonios negros (Black Demons / distribuida en algunos lugares como Demonios 3, 1991) de Umberto Lenzi: Un grupo de jóvenes que se internan en el Brasil para investigar sobre la Macumba y terminan siendo acosados por un grupo de zombies hambrientos.
Si bien Michele Soavi retomaría la temática de los muertos vivientes en la comedia negra Dellamorte Dellamore (Cemetery man, 1994), su enfoque tenía muy poco que ver con el de los Spaghetti zombies. Para entonces el subgénero se encontraba completamente agotado y la industria cinematográfica peninsular comenzaba a buscar nuevos horizontes.
A modo de aislada y tardía coda, el director Bruno Mattei intenta revisitar los Spaghetti Zombies con L’isola dei morti viventi (Island of the Living Dead, 2006) y su secuela Zombi: La creazione (Zombies: The Beginning, 2007), materiales que no aportan absolutamente nada nuevo, y carecen del espíritu y la frescura de las obras que indignaron a la crítica, y revolvieron los estómagos de la audiencia, en la década del ´80.
¿Qué más decir respecto a estas películas? Hasta el día de hoy siguen siendo una notable influencia para todos aquellos realizadores que pretenden aproximarse al subgénero de zombies, y su crudeza y cinismo han resistido estoicamente al paso del tiempo. Si no, remítanse a las palabras que el director Andrei Tarkovsky dedicó a El más Allá en su libro Time within time: «Fui al cine con Franco esta tarde. Fuimos a ver El más Allá, una película de horror – ciencia ficción. Desagradable; una basura repulsiva».
Una razón más para verla ¿No?
Juan Pablo Mazzini
Fuentes
Cinefania.com
Crespo, Borja. «La Noche de los Muertos Vivientes. El Infierno que Camina». Midons
Flint, David. “Holocausto Zombie. Los muertos vivientes devoraron la cultura pop” Ma Non Troppo
Horrorpedia.com
IMDB
Revista «La Cosa» Nros. 22, 31, 92, 98.
Revista Cine Fantástico y Bizarro Nro. 10
Revista Cinefanía Macabra Nro. 4
Saracino, Luciano. “Zombies! Una enciclopedia del cine de muertos vivos”. Fan
vicisitudysordidez.blogspot.com
Wikipedia
zombiesvsinfectados.blogspot.com.ar