Son: un hijo a medias

Escrita y dirigida por Ivan Kavanagh, Son es una película que presenta un gran despliegue de buenas intenciones y pone al frente una estética de manual, pero se tropieza con un guion deficiente y no termina de convencer.

La secuencia inicial nos muestra a Laura (Andi Matichak), una chica embarazada que está escapando de alguien o de algunos. El parto es inminente, y tiene al bebé sola en un auto. Pasan los años y, ya establecida en un barrio residencial, todo parece ir bien para ella y su hijo David (Luke David Blumm). Sin embargo, el niño cae enfermo y los médicos no saben qué es. La extraña afección hace que Laura deba enfrentarse nuevamente a situaciones de su vida pasada.

Protagonizada por Andi Matichak, quien interpretó a la nieta de Laurie Strode en la Halloween, de David Gordon Green (pertinentemente reseñada aquí), nos encontramos con una película de terror que apela a la conexión con los estilos más lúgubres del género y a los tiempos dilatados más que a los jumpscares. Sin embargo, la combinación argumental con un estilo que se asemeja a un drama compungido hace que los momentos de terror y suspenso queden mezclados. Por instantes se pierde esa sensación funesta de miedo, de acecho, y nos quedamos con el drama de un niño enfermo y su madre desesperada.

Respecto al guion, cabe decir que hay situaciones en las que el diálogo se presenta expositivo sin razón. El más chocante es cuando Laura le cuenta al detective Paul (Emile Hirsch) que fue criada en una secta. No hay nada que anticipe la decisión de la protagonista, tan solo una línea de diálogo puesta para hacer avanzar la trama, porque si no la historia se enfría.

Pero todo esto tiene elementos atractivos: por un lado, las secuencias de terror son, en general, buenos exponentes del género vendido. Si bien se llega a un final que no se ajusta del todo, queda cómodo a los límites de la historia. Por otro lado, la actuación de Matichak sostiene momentos que de otra manera serían difíciles de digerir. El componente conmovedor está bien representado en la protagonista, aunque eso no sume al clima general que podría haberse logrado.

Son cumple sin que le sobre nada; y para los fundamentalistas del terror más directo, seguramente ni eso. Tal vez despegarse de los momentos dramáticos hubiera ayudado a unificar mejor el guion y a generar la atmósfera adecuada para lograr la película de terror que no terminó de cuajar.