Keep Your Hands Off Eizouken!: la animación es movimiento
Nuevamente el amigo Masaaki Yuasa nos hace entrega de otra gran obra, esta vez siendo bastante metatextual ya que la serie trata de tres amigas de secundaria que quieren hacer anime. El título se traduciría a algo así como: “¡Aleja tus manos del club de animación!”.
Asakusa es una joven chica de secundaria que desde temprana edad tiene una fascinación con el mundo de la animación, siendo que todo lo que encuentra interesante lo dibuja en su libro de anotaciones para futuras referencias. No es muy difícil imaginar que esta chica no tiene demasiadas amistades, la única, Kanamori: una chica poco expresiva y aparentemente sólo interesada por la plata. Un día Asakusa logra convencer a su amiga de acompañarla a una proyección de anime que se estará dando en la escuela a la que ambas concurren, ahí van a conocer a Mizusaki una joven y reconocida modelo que va a su escuela. Después de una secuencia de malentendidos se enteran de que Mizusaki siempre quiso hacer animación pero que debido a la desaprobación de los padres nunca pudo. Es así como entre las tres deciden formar un club de animación para llevar a cabo sus proyectos. Asakusa se ocupa de la creación de los fondos, vehículos e infraestructura, Mizusaki del diseño y animación de personajes y Kanamori toma el rol de productora, encargándose de los presupuestos, los deadlines y el trato con los clientes.
Es muy interesante ver cómo estas chicas se las van a arreglando con los distintos problemas que van surgiendo en los procesos de creación y producción de su material, pero ciertamente lo más interesante de todo esto es conocer los criterios y resoluciones que tiene Yuasa para ficcionar estos conflictos y dejar ver al espectador la forma en que los resuelve él. Esta serie está llena de esto, exuda su nombre. No solo desde su estilo tan característico sino que también desde su postura sobre lo que la animación significa para él y lo que debería poder transmitir al espectador. Esto no quiere decir de ninguna manera que el flaco se la pase dando cátedra en vez hacer un producto que sea entretenido y se sostenga por sí mismo. Pero para aquellos que lo venimos siguiendo hace un tiempo es claro que algunos personajes comparten sus posturas como realizador y, bueno, termina siendo un lindo gesto.
Algo de lo que sí o sí hay que hablar es la animación. Siempre impecable, incluso con presupuestos más acotados como el de la TV. Los movimientos son elásticos, llenos de fluidez y gracia, perfectos para el tono de esta historia. Y como dice Mizusaki en algún punto de la serie: “la animación es movimiento”, y en eso está todo. Cada una de las chicas tiene una forma de reaccionar e interactuar con el entorno muy característica y que complementa su diseño a la perfección, dando así carácter a sus personajes y haciéndolas fácilmente reconocibles desde el minuto uno.
Una cosita que me encanta de la serie es que cada vez que las chicas imaginan su próxima creación se transportan a ese mundo al que van a dar vida. Magia.
Sinceramente es un anime hermoso, desde su misma animación hasta su historia y personajes. Yuasa no deja de sorprender, desde su versatilidad como animador a su capacidad de narrar la historia que se proponga.