No mires arriba, comedia negra que da miedo

La estudiante de astronomía Kate Dibiasky (Jennifer Lawrence) descubre un asteroide que orbita cerca de la Tierra. Su profesor y jefe, el doctor Randall Mindy (Leonardo DiCaprio) hace los cálculos pertinentes, cuyos resultados arrojan que en seis meses se estrellará indefectiblemente contra nuestro mundo para extinguir toda vida. Esto los llevará a intentar alertar a la humanidad sorteando la indiferencia de la administración política, la banalización de los medios de comunicación y el poder de empresarios con lobby en la NASA que buscan beneficios económicos, aunque sea a coste de la destrucción masiva.
Un asteroide a punto de impactar contra la Tierra y acabar con la vida en el planeta, hemos visto la premisa varias veces y seguro a más de unx se le vino a la cabeza Armageddon (1998, Michael Bay). En los primeros 10 minutos es inevitable no recordarla, pero la comparación solo termina ahí porque por suerte no cae en el patriotismo exacerbado de Bay, Bruce Willis única esperanza blanca de la humanidad, Peter Stormare haciendo de ruso, Steve Buscemi haciendo de loco inteligente, las canciones de Aerosmith (bueno, esto estaba bien). No mires arriba, dirigida por Adam McKay, nos hace chocar con la realidad de la mano de la comedia negra. Usa el humor para enrostrarnos la indiferencia e ineptitud de la administración política, la inconveniencia económica de dar la noticia, es decir, la pérdida del valor de las noticias, del contenido y su manejo por corporaciones, en especial, en tiempos de redes sociales y fake news.

Que funcione tan bien la película, desde mi punto de vista, está en gran parte en la elección del cast. DiCaprio, harto conocido por sus campañas y documentales sobre el cambio climático por el calentamiento global, es como que encuentra en su personaje el medio para hacer catarsis ante la falta de reacción de la sociedad, la burocracia y los medios de comunicación sobre las advertencias de la ciencia.
Kate, interpretada por Jennifer Lawrence, es la otra cara de la misma moneda ante los medios de comunicación. Mientras Mindy por su tranquilidad e imagen se vuelve atractivo para los medios, Kate, sin pelos en la lengua y más enérgica, al estallar por la banalización de la noticia, en vez de ser tomada en cuenta se convierte en un meme.
Los medios están representados a través de los personajes Brie Evantee (Cate Blanchett) y Jack Bremmer (Tyler Perry), dos presentadorxs del programa de “noticias” más importante y con mayor rating, quienes presentan cualquier tipo de noticia con una sonrisa y como parte del show. Por eso, es más importante saber sobre el rompimiento amoroso de una cantante de fama mundial que escuchar a dos personas hablar del fin del mundo. Sin dejar de lado a Peter Isherwell (Mark Rylance), una especie de Jeff Bezos o Elon Musk, multimillonario tecnológico con el poder de meterse en la NASA o en la misma Oficina Oval.

Quizás lo más interesante está en la interpretación de la presidenta Orlean, una genial Meryl Streep que nos acerca una líder disparatada, pero no tan alejada de la realidad. Una líder que no quiere dar la noticia para no bajar su imagen, pero que busca dar la noticia cuando su imagen cae por un escándalo. Claro que no está sola, y su jefe de campaña y Gabinete, Jason Orlean (Jonah Hill) en una especie de nepotismo gubernamental maneja las redes sociales y el trabajo diario de la administración como si fuera un reality show. Digo que es lo más interesante porque es de donde se saca el título de la película, en una sátira del negacionismo, más en tiempos de anticuarentenas y antivacunas. Negar la realidad más allá de toda prueba. Esto da miedo, porque hay un espejo con los tiempos que corren, con campañas de fake news con mucha fuerza en las redes sociales, por algo tipos como Trump y Macri fueron presidentes.
El montaje da una fluidez notable al relato, y en especial cuando usan como separadores imágenes random (bah, digo aleatorias pero seguro están repensadas) de la naturaleza o la naturaleza afectada por la humanidad, imágenes rápidas que nos hacen pensar en lo que se pierde, y más con lo que vemos en el relato de la falta de atención de quienes toman las decisiones y quienes divulgan la información. Y más, cuando nos muestran las reacciones en las redes sociales, cómico y a la vez alarmante porque reconocemos eso que vemos, podemos decir “es así”. No ganó el Óscar a mejor película, pero es una gran película que vale la pena ver.