Si se puede trazar una metáfora musical entre esta película y la carrera de Ezequiel Acuña (Nadar solo, Como un avión estrellado y Excursiones), podría decirse que se trata de su primer disco solista y a la vez un grandes éxitos.
Para empezar se trata del primer film del realizador sin la compañía de Alberto Rojas Apel (actor y co-guionista de Acuña), por otro lado la película plantea un homenaje e innumerables puntos de contacto con sus obras anteriores: Secuencias de montaje, actores, personajes, situaciones, etc.
La historia es bastante sencilla: una banda se reúne diez años después de su separación para lanzar al mercado finalmente un disco que nunca vio la luz. Nuevos miembros aparecen y aquellos que ya no están cobran una fuerte presencia al ser nombrados constantemente. En el medio, mucha, pero mucha, música.
Acuña organiza un relato en cual se rememora todo el tiempo al pasado, a ese amigo que no está y a esa pelea de la que vamos conociendo más y más a medida que avanza la historia. Todo esto es contado con la misma nostalgia y hermetismo que el realizador presenta en sus anteriores películas.
La vida de alguien es una película con una estética muy cuidada, una hermosa fotografía (está hecha en fílmico, con una textura preciosa), personajes entrañables y situaciones muy entretenidas. Supone un encuentro con el pasado, pero no para estancarse en él, sino para volver a empezar. De alguna forma Acuña habla de él, de su amistad con Rojas Apel, de la ruptura de la misma y de su nueva carrera, ahora en solitario, pero igual de prometedora.