La dosis: una historia de vida o muerte

Se estrenó por la plataforma Cine AR La dosis, ópera prima de Martín Kraut, protagonizada por Carlos Portaluppi, Ignacio Rogers y Lorena Vega.
Seguramente Kraut no pudo imaginar que la locación de la ficción que estaba filmando habría de tener tanta presencia en la realidad, porque La dosis acontece fundamentalmente en el interior de una unidad de cuidados intensivos. Casualidades que trajo la pandemia.
Marcos es un enfermero con una larga experiencia y sobrados conocimientos. Trabaja en el turno nocturno, hace unos veinte años en el mismo lugar. Él y su compañera tienen a cargo el cuidado del grupo de pacientes, casi todos ellos en estado delicado. Marcos se hace cargo de la situación porque se quedaron sin supervisor. Pese al estado de gravedad de los internados, la tarea es llevadera y el clima del sector es apacible, lo que no excluye tener que actuar frente a emergencias, no siempre con éxito. En este entorno aparece un nuevo enfermero para completar el equipo, joven, comedido y decidido. La acción se transforma, el clima cambia, los acontecimientos se precipitan. Un aumento en el número de fallecimientos da origen a una auditoría médica. Marcos y el joven enfermero no tienen la misma posición frente a la cuestión. Los celos y las sospechas disparan el conflicto.

El principal objetivo de los profesionales de la salud es la atención de la vida y la salud de las personas. Las preguntas que caben formularse podrían ser: ¿cuál es el límite de la conservación de la vida? ¿Cuál es el concepto de vida, o mejor aún, hasta cuándo hay vida humana? ¿Existe un límite para la práctica médica? Todos estos interrogantes pueden integrarse a la polémica cuestión de la eutanasia y de la ética médica. La película toma el tema y lo integra, pero no hace de él el meollo del conflicto narrativo, porque La dosis es ante todo un thriller psicológico, con todos los elementos que definen el género. Obsesión, profesionalismo y soledad en uno de los antagonistas son marcas que deberán enfrentarse a la manipulación, la reiteración inquisitiva y quizás la perversión por parte del otro.
Excelente actuación de Carlos Portaluppi, medido y sutil ante un personaje que bien podría haberlo tentado hacia la exageración. Buenas actuaciones de Ignacio Rogers y Lorena Vega, aunque cabe señalar que estas hubieran sido mejor aprovechadas si se hubiera profundizado la tensión que se desarrolla entre ambos enfermeros. Quedan demasiados elementos librados a la participación del espectador. Es un punto flojo del guion que parece haber influido en los actores.
La música original de Juan Tobal acompaña muy bien el suspenso que se va generando.

La dirección de fotografía estuvo a cargo de Gustavo Biazzi y resultó muy acertada, con muy buenos primeros planos de Portaluppi y acertados planos detalle, todo lo cual permite al espectador incorporarse de lleno en esa sala de cuidados intensivos.
En líneas generales, buen debut de Martín Kraut.
El film participó en el Festival Internacional de Cine de Rotterdam, 2020, Holanda; en el Festival Construir Cine, 2020, Argentina; en BIFAN (Bucheon International Fantastic Film Festival), 2020, Corea del Sur y en el Fantasia International Film Festival, 2020, Canadá.
La película deja verse, con los detalles del relato que ya comentamos, pero es conveniente, en serio, advertir que el tema no es el mejor en los momentos sanitarios que vivimos.