Reseña: Defending Jacob

2

MUY LIGEROS SPOILERS.

Defending Jacob es una de esas series que se consumen en apenas un par de sentadas. Dos o tres días y adentro. Son harinas, azúcares o droga, como quieran llamarlas. Es una pesquisa policial, es un drama jurídico, y por sobre todas las cosas es un dramón familiar tremendo.

Pero, les decía, como las harinas o azúcares, o las drogas, para qué negarlo, su poder de adictivo hace que perdamos de vista que el producto no es muy bueno.

El Capitán América Chris Evans interpreta a Andy Barber, un asistente de fiscal de Distrito de una localidad pudiente de las afueras de Boston. Una suerte de Vicente López. Su esposa Laurie Barber (Michelle Dockery, Lady Mary en Downton Abby) trabaja en una escuela especial. O algo así, nunca queda claro. Tienen un hijo adolescente, Jacob (Jaeden Martell, excelente) y son muy felices.

jacob2

Un día aparece muerto en el bosque Ben Rifkin, un compañero de curso de Jacob. A pesar del vínculo, la fiscal de Distrito, Lynn Canavan (la siempre abogada de TV Sakina Jaffrey), decide dejar a Andy a cargo de la instrucción del caso. No estoy spoileando nada que no devele el título, cuando les digo que, bastante pronto, Jacob se convierte en sospechoso. Andy es separado del caso, y tienen que recurrir a la abogada Joanna Klein (Cherry Jones), para defenderlo. Del otro lado, quien se hace cargo de llevar a juicio a Jacob es el ex protegido de Andy, Neal Loguidice, interpretado por el siempre ortiva Pablo Shreiber.

El relato está estructurado como un racconto. Estamos en un presente incierto, en el cual Neal interroga a Andy frente a un Gran Jurado, procedimiento judicial en el cual un grupo de ciudadanos es convocado para considerar si hay una causa probable para creer que una persona acusada ha cometido el delito del que se le acusa y que debería sujetarse a un juicio. No es un juicio. No hay juez ni abogado defensor presente. El interrogatorio / racconto es el hilo conductor de un relato cronológico.

Los hechos que se cuentan son la investigación del asesinato de Ben Rifkin y el posterior juicio a Jacob Barber, acusado de su homicidio y juzgado como un mayor. El misterio es el gancho, el motor. Jacob no es el único sospechoso, y Andy está en una carrera contra el tiempo para probar la culpabilidad de un tercero. Pero lo que quieren contar los autores es la autodestrucción familiar, puesto que, cuando ocurren estas cosas, afloran las cloacas vinculares que infectan todo a su paso. Para ello, se valen de los recursos más bajos del arsenal, a saber: pasado oculto y que emerge en el peor momento posible, errores tan evidentes de los protagonistas que nos provocan a gritarles a la pantalla, y como ya es un clásico en los últimos años que se hizo presente en las series y films de todos los géneros en este lustro, el pavor que le tienen los adultos al mundo adolescente: la inusual desconexión y desconocimiento de hábitos y costumbres, tanto interpersonales, como virtuales.

descarga

Defending Jacob es una miniserie que, hasta hace 10 años, hubiera sido una película. En la gloriosa era de los blockbusters judiciales, ya fueran de John Grisham, como La fachada, Tiempo de matar, La cliente, o El jurado, o los de Scott Turow, como Se presume inocente o El peso de la prueba (los listo a todos en castellano, porque son de la época en que nos sabíamos los nombres así), alcanzaban y sobraban dos horas para contar esta historia. Sin embargo, Defending Jacob se toma 8 capítulos. La hipernarratividad es, tal vez, una de las peores consecuencias de la era de las series. No está mal contado: está sobrecontado. No tengo ninguna duda de lo que les digo, se podría haber hecho esto en 2 horas y hubiera ganado en efectividad. Al mismo tiempo, las 8 horas no aburren. Parece una contradicción, pero no lo es. El arte del guion de las miniseries llegó a tal punto que las subtramas son interesantes, los caminos de los personajes están bien escritos, las situaciones autónomas ayudan al relato. Pero en realidad, no ocurre nada. Hagamos un ejercicio si la vieron (o cuando la vean): resúmanla en un par de párrafos, como si se la estuvieran contando a alguien en una suerte de sinopsis: no será más larga que la de una película, con 4 veces la duración.

Venimos de un 2019 que fue el año de las miniseries, en la que se estrenaron Chernobyl (Craig Mazin) y Years and Years (Russell T. Davies), que supieron usar el formato a su favor, ya que son relatos de múltiples personajes que abarcan una línea de tiempo extensa y concluyen inapelablemente. Defending Jacob fuerza el formato, se ensancha a riesgo de su propia salud narrativa.

Defending-Jacob-1x08-1

Aquí puede haber un leve, muy leve spoiler.

Hay tres cosas que no le perdono a Defending Jacob: la primera es su fijación con las maneras del relato de “pueblo chico”, en el cual se cuenta cómo la familia es aislada de su entorno, mal mirada por sus conocidos, y su vida social y laboral se va al garete. Si van a hacer esto, entonces sitúen el relato en un pueblo chico, y no en los suburbios de una gran ciudad. No tiene sentido. Es una línea que se machaca al máximo, pero se mezcla con tomas panorámicas en las que se vincula directamente con una ciudad de millones de personas. Pueblo chico infierno grande funciona bien si, por empezar, tenemos pueblo chico.

La segunda es la estética IKEA que maneja, de muebles impecables, limpieza de quirófano, muy en la línea de House of Cards, que funcionaba de manera monstruosa en esa serie, pero que en Defending Jacob no tiene sentido. Nadie vive así, y sin embargo, hay pretensión realista. Culpo a Apple TV de esto.

La tercera, y principal, es su polémica subtrama Lombrosiana. A saber, Cesare Lombroso, un médico y criminólogo italiano del siglo XIX, sostuvo que las causas de la criminalidad están relacionadas con la forma, causas físicas y biológicas. El delito es causa de tendencias innatas, transferidas genéticamente, observables en rasgos físicos (forma de la mandíbula, orejas, etc.).

1_q6w91QBKoDUJeEBW0wAxKQ

Salvo en los rasgos físicos, y para mi sorpresa, hace entrada de manera muy natural esta teoría en la miniserie, en la que se sostiene, sin ponerse colorados, que se puede determinar la presencia del gen asesino en una persona, que esto puede diagnosticarse mediante análisis genéticos y psicoterapia. Yo no sé ustedes, pero para mí fue una trompada en el hígado, al nivel que si hubieran dicho que “el asesino es fulano porque es de piscis y, como es sabido, los piscianos tienen tendencias violentas en la noche de Walpurgis”.

Hay una falta de responsabilidad en colocar esto tan naturalmente en la trama de una serie, que solo me lleva a googlear y aprender que, efectivamente, se está hablando de esto en EE. UU. y el United Kingdom for Christ’s Sake.1

El problema es que la serie lo trata sin sentido crítico. Estamos a pasitos de Minority Report (Steven Spielberg, 2003). Por suerte, existen documentales que explican todas estos artilugios jurídicos pseudocientíficos, como The Innocence Files (Netflix, 2020), en el cual los abogados de la ONG norteamericana The Innocence Project explican con lujo de detalles la industria de análisis forense estadounidense, que crea profesiones como “dentista forense experto en marcas dentales”, y todo termina siendo un verso, un camelo, una pseudociencia. Para decirlo claro: en EE. UU. ejecutaron gente con pruebas tan débiles que hacen parecer a la astrología algo serio.

Defending-Jacob

No me extraña que haya movimientos antivacunas, telares de la abundancia y gente que toma decisiones en base a la luz que emitió una estrella hace 70 millones de años.

Raro que a Apple TV, nuevo servicio de streaming (uno más y van…) se le haya escapado esto, en uno de sus tanques de 2020, pero bueno, tampoco es que vengan muy bien en tecnología, y se dedican a eso hace 40 años.

El creador de Defending Jacob es Mark Bomback, conocido por sus guiones en la saga de Planet of The Apes, la remake de Total Recall, y no mucho más. Dirige todos los capítulos el noruego Morten Tyldum, lo que vendría a explicar la estética IKEA, el color gris azulado y el frío permanente. Tyldum dirigió la insufrible The Imitation Game (2014), la espantosa Passengers (2016) y la decente Headhunters (2011). No hace mal las cosas, les saca buenas interpretaciones a todos aquí y, como les dije, la serie es sumamente adictiva. Pero me voy a olvidar de su existencia en 15 días.


1)
https://www.bbc.com/future/article/20180530-the-controversial-debut-of-genes-in-criminal-cases

https://www.newsweek.com/warrior-gene-caused-man-kill-1470214