Reseña: Bombshell

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Robando una reflexión de otra nota de La 24 que leí hace un buen tiempo ya, pienso que escribir es fácil a la hora de reseñar algo que se adora o se detesta. Agrego que también escribir se vuelve fácil cuando hay por lo menos una arista temática de interés sobre la cual explayarse, aun si dicha arista no fuese la imaginada en principio.

Ahí es donde comienza mi conflicto con Bombshell:

Está mal, pero no tan mal.

No consigue indignarme desde un punto de vista político ni audiovisual, no es aberrante, es simplemente mala.

El escándalo, película ganadora de la categoría peinado y maquillaje en los últimos Oscar, es una adaptación con muchas libertades sobre la historia de la caída de Roger Ailes, cabeza de la cadena Fox News, debido a ciertas denuncias de acoso sexual a varias de sus trabajadoras.

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Este suceso fue el que dio inicio al conocido movimiento #MeToo que inundó hace un par de años las redes sociales. Fue el quiebre para que muchísimas mujeres de diversas ramas de la industria audiovisual pudiesen contar públicamente sus distintas situaciones de abuso en el ámbito laboral.

El film tiene tres protagonistas: Gretchen Carlson (Nicole Kidman), Megyn Kelly (Charlize Theron) y Kayla Pospisil (Margot Robbie), una identidad ficticia que da rostro y nombre a una veintena de jóvenes pasantes de la Fox que fueron acosadas por Roger Ailes.

Cada una de estas mujeres sirve de pivote para la focalización del relato, entregándonos sus puntos de vista con las notorias diferencias que arrastran, siendo Megyn la viva imagen de la mujer fuerte que ha triunfado en el mundo de los hombres –aunque a qué precio–; Kayla, la jovencita que muere por escalar, y Gretchen la conductora mayor, pasada de edad, que los medios empiezan a enterrar por haber llegado a su momento de obsolescencia programada –parámetro claramente impuesto desde una vara que coloca a la mujer como objeto de consumo–.

Esta tríada durará muy poco, ya que el personaje de Kidman, si bien es el causante de más de un punto de giro en la trama, queda olvidado sólo para volver a cobrar importancia de forma fugaz durante el tercer acto. Pero bueno, antes de que eso suceda, así es como comienza a dársele forma al relato: Gretchen, sabiéndose a sí misma con un pie fuera ya de la Fox, contrata abogados para llevar a cabo una denuncia contra Ailes, a la que afirma se sumarán muchas mujeres.

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Mientras tanto, en el mismísimo corazón de la cadena, Megyn Kelly se escuda del odio público que ha desatado al señalar los comentarios misóginos del candidato a presidente Donald Trump. La conductora hiperconservadora empieza a ser llamada feminista y ella lo niega rotundamente. Y ahí está una de las líneas temáticas más importantes del relato: cómo hablar del abuso en un ambiente de derecha representa un gran y evidente conflicto con el entorno. Dicho conflicto despertará a lo largo del film distintos conflictos internos en las protagonistas, siendo en la misma línea muy interesante el de Charlize Theron con respecto a Nicole Kidman.

Cómo apoyar a una mujer que detestás cuando quizás jamás hayas escuchado hablar de la sororidad. Cómo se construye ese vínculo. Cómo se separan el pensar lo peor de la otra persona y poder avalar una denuncia activamente.

Podría decirse que esa es la arista más viable para desarrollar, pero la realidad es que se vuelve imposible por un factor decisivo: no está desarrollada ni en el film.

¿Pero entonces de qué trata la película? Difícil de decir.

Supongo que podemos decir que, un poco más o un poco menos, Bombshell trata de las rubias que lloran vs. las rubias que defienden al imperio a pesar de todas las cosas malas que el imperio les hace a diario. Desde no permitirles llevar pantalones hasta acosarlas con “chistes” inapropiados.

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Nada se desarrolla demasiado en el aspecto narrativo y el aspecto dramático se encuentra totalmente exagerado.

Las situaciones gráficas de abuso están mal tratadas sin un poco de tacto, pero con lágrimas y gritos dignos de telenovela; los conflictos se resuelven tirándolos de los pelos; las dos horas de película no terminan pintando bien ni las situaciones ni las acciones.

En el aspecto estético no hay demasiado qué decir: una primera secuencia de montaje de material de archivo intervenido bastante reminiscente a Errol Morris es vapuleado por una voz en off que se mantendrá constante toda la película. El aspecto meta de los programas de la Fox puede ser interesante, pero tampoco se ve explotado. La fotografía y el arte pasan desapercibidos dentro de su costumbrismo, quizás salvando la buena calidad del vestuario. Algunos planos, sobre todo los que emulan la vista desde la cámara del noticiero, se concentran demasiado en este aspecto, dejando la prolija estética del resto de la película de lado.

Al final cuando la película termina, el espectador se ve con más preguntas que respuestas en su cabeza y con el sinsabor de lo que se deja a medio camino de todos lados.

Bombshell como concepto podría haber sido una película importante, pero no lo fue.